Capítulo Cincuenta y Tres

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Las primeras dos semanas después de salir del hospital pensé que el tiempo no podía pasar más lento, pero ahora, un mes exacto después del nacimiento de Emilie, finalmente ha llegado el día en que puede ir a casa.

Mamá se volvió loca hace unos días y me dijo que su nieta no podía vivir en un apartamento de universitarios, fue una gran sorpresa saber que su regalo para Emilie fue una casa.

No podía creerlo al principio, pero cuando me dio las llaves me dijo que debía tener un lugar seguro para ella y que me diera la oportunidad de continuar mi educación sin problema.

El apartamento seguirá siendo mío, y Lauren podrá vivir ahí todo lo que ella quiera, aunque imagino que querrá vivir con Daniel ahora en lugar de estar sola en ese lugar. Asher se mudará conmigo a la nueva casa, y Axel prometió quedarse un Pittsburgh un tiempo para estar cerca de Emilie. Hace unos días terminó la temporada en Broadway y según le entendí quiere dedicarse completamente a su nuevo álbum que será de un estilo mucho más suave y diferente, como mi canción, pero para eso tuvo que volver a Nueva York, y me ha llamado casi todos los días para saber de Emilie, al parecer esto de la paternidad no se le ha dificultado en lo absoluto, y hablando de ese tema en especifico, Asher a sido un apoyo increíble todos estos días. Ama a Emilie y pasa cada momento que puede con ella en el hospital, a veces incluso sin mi.

— ¿Lista? —pregunta dándome la mano en lo que caminamos hasta Neonatología, ha llegado la hora de llevar a Emilie a casa y estoy realmente ansiosa. Mis padres se encargaron de que la nueva casa estuviese completamente lista, por supuesto no teníamos idea de su llegada, por lo tanto, no estábamos preparados con absolutamente nada, y ellos se encargaron de cubrir esa parte, lo cual agradezco infinitamente.

El resto de mi familia la conocerá este fin de semana, Theo y Anne no podían creerlo, les envié unas fotografías hace unos días, y están realmente emocionados por conocerla. Luke me habló sobre casos como el mío de los que ha escuchado y me dijo que realmente le intrigaba toda mi situación, conocerá a Emilie en cuanto pueda viajar, y Cade por poco me deja sin tímpano cuando lo llamé hace unos días para darle la fecha de salida del hospital. Volará desde Los Ángeles y estará en la nueva casa mañana mismo.

—Ansiosa, y algo asustada.

—No estás sola, además tengo un encanto natural con los niños, y Emi es una niña lista, así que no tienes que preocuparte.

—Quería preguntarte algo un poco... sensible.

—Claro, ¿ocurre algo?

—Bueno, los últimos días Axel y yo estuvimos hablando y, queríamos saber si te gustaría ser el padrino de Emilie.

— ¿De verdad? —pregunta con su mirada llena de sorpresa.

—Entendería si no quieres, se que debe de ser bastante incómodo para ti y bueno...

— ¿Bromeas? Será un honor, Liv. Te amo, a ti, y a Emilie. No dejaré que nada malo les ocurra, y estaré siempre ahí para las dos, creo que eso lo sabes a la perfección.

—Una hija no era precisamente el plan ideal para nosotros, ¿verdad?

—Pero eso no quiere decir que sea malo. Si, estamos bastante jóvenes aún, pero tenemos los medios, y el apoyo necesario para que Emilie crezca de una manera sana y correcta. Lo que menos le faltará será amor, de eso puedes estar segura.

Estamos frente a la ventanilla de Neonatología, la doctora Rodríguez ha autorizado la salida de Emilie y en cuanto me dan los últimos papeles una enfermera aparece con mi hija en brazos. Está utilizando un juego de manta y gorrito morado que papá le trajo hace un par de días, y debo decir que se ve tan diferente a hace un mes. Se ve mucho más fuerte, y formada. La doctora nos ha dicho que está perfectamente bien y que se espera que sea una niña sana, y eso me da una tranquilidad increíble.

Liv, Schlesinger IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora