Liv, Schlesinger IV

Capítulo Once

La manera apresurada en la que me muevo de un lugar a otro se asemeja a un huracán llevándose todo a su paso.

Finalmente, la escuela ha iniciado y debo admitir que me encuentro bastante nerviosa. Desde la última vez que estuve con Axel, no he tenido el placer de verlo ni una sola vez. No sé si se habrá ido o no, aunque él dijo que se quedaría por un tiempo trabajando en su próximo álbum.

Lauren ha estado muy extraña últimamente, parece algo distraída, quiero culpar al estrés preuniversitario por eso.

—¿Has revisado tus horarios? —le pregunto a Lauren y ella asiente mientras toma una banana y una manzana del frutero —De acuerdo, ¿no olvidamos nada?

—Liv, respira y relájate. Es solo el primer día, nada del otro mundo sucederá, ¿de acuerdo? —me responde en un tono muy relajado que me encantaría tener, pero es simplemente imposible para mi.

La universidad está sumamente cerca, y nuestras facultades también, lo cual me parece algo excelente. Quedamos en que almorzaríamos juntas y nos encontraríamos en un punto medio para ambas.

Mi primera clase es Ética Política. Recuerdo cuando vi todas las clases que tomaría este semestre, había algunas que no me entusiasmaban demasiado, esta era una de ellas, así que espero haberme equivocado o este será un semestre muy largo.

La clase es en un auditorio bastante grande, hay muchas personas sentadas con sus computadoras afuera y algunos con libretas abiertas. Hay mucho movimiento, personas entrando y saliendo, tomando asiento, saludándose entre ellos. ¿por qué tantas personas se conocen si es el primer día?

Tomo asiento en la hilera del medio, y saco mi laptop de mi bolso, me quedo mirando el fondo de pantalla del universo que tengo, cuando siento como alguien toma asiento a mi lado derecho. Volteo levemente y le sonrío al chico que está a mi lado. Él me sonríe de vuelta, sacando su laptop al mismo tiempo.

Unos cuantos minutos más, el auditorio está lleno y me sorprende que esta clase tenga tantos estudiantes inscritos.

—Vaya... —digo en voz alta mirando a mi alrededor. Es increíble como todos parecen tan familiarizados con todos, es incluso gracioso ver como toman asiento y parecen que saben lo que sucederá.

—Disculpa, esto es Ética Política, ¿cierto? —una chica a mi lado izquierdo me pregunta con una clara mirada de no tener la más remota idea de lo que está pasando.

—Si, bueno, eso creo, ¿por qué habrá tantas personas?

—Las hay porque este es un curso de colador —dice el chico a mi lado derecho sin dejar de observar su laptop.

—¿Disculpa? —pregunto mirándolo y él me sonríe, apartando la mirada de la pantalla de su computadora.

—Ética Política con McLaren es uno de los cursos más complicados en la facultad. Se da en primer año, y estoy muy seguro de que solo un cinco por ciento de los presentes lo cursan. El resto estamos repitiendo, y se que hay personas que van por su quinta vez.

La chica a mi lado izquierdo parece como si le hubiesen dicho que morirá mañana, se ve muy pálida y creo que se desmayará en cualquier segundo.

Una clase colador no me asusta, se que tengo el potencial para aprobar sin problema, pero estoy curiosa con respecto a esto.

—¿Tú estás repitiendo? —le pregunto al chico y él asiente aun mirando la pantalla de su computadora.

—Este es mi tercer año, ¿qué puedo decir? Creo que no logro aprobar por más que lo intente. Tú eres nueva, por lo que puedo ver. Además, no te había visto antes por aquí, y créeme, todos sabemos quien aprueba esta clase —él sonríe de nuevo y pone su mirada en la pantalla una vez más —. Soy Ethan.