Capítulo Cuarenta

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En el segundo en que recobré la consciencia, me di cuenta de algo muy interesante y que me parece necesario puntualizar. Asher no dejó de tomar mi mano en ningún momento, papá apareció varios segundos después y se que le dijo algo, pero honestamente no recuerdo escuchar palabra alguna, solo verlos moverse de un lado a otro.

Cuando me logré calmar, Juliane apareció en la habitación con una tasa de té en su mano, y es aquí donde me encuentro, sobre la cama intentando tomar un té que ni siquiera pedí, junto a la madre del chico que pensé que sentía algo por mi.

— ¿Estás mejor, querida? —pregunta con una genuina preocupación en sus ojos, aunque no me siento lo suficientemente bien como para responderle con palabras. Solo asiento dándole un sorbo más al té de manzanilla —Quiero disculparme contigo, por lo que mi esposo te dijo, solo está molesto y preocupado, él no hablaba en serio cuando...

—No, tranquila. No tiene que disculparse por nada, se que él lo decía muy en serio, pero estoy bien, no se preocupe. Mi familia y yo nos iremos de todos modos.

Juliane no reprocha esto ultimo, ni siquiera intenta cambiar mi opinión, tan solo asiente, se levanta y se despide deseándonos un buen viaje, y agradeciéndome por haber contactado a su hijo. Papá está hablando con ella de algo afuera, antes de que desaparezca por completo, y él ingrese a la habitación junto a Asher. 

—En cuanto te sientas mejor, podemos irnos.

—Me siento mejor —digo de inmediato levantándome y mareándome en el camino. Asher me toma entre sus brazos rápidamente evitando que caiga al suelo.

—No estás bien, evidentemente —me dice y yo solo niego con mi cabeza.

—Solo me levanté muy rápido, no es nada —Asher no me deja ir, me mira a los ojos con una preocupación inmensa que hace que mi corazón se encoja —Ash... —susurro al mismo tiempo que con mi mano acaricio su mejilla —tranquilo, estoy bien.

—No quiero que nada malo te pase —me responde en un susurro también. Sus labios están tan cerca... es una tentación enorme solo verlo así de cerca y saber que no puedo hacer nada realmente.

—Liv, Asher —dice papá detrás de nosotros. Ash me ayuda a estabilizarme y ambos nos volvemos hacia él —. Deberíamos de ir saliendo.

No tardamos mucho en salir de ahí, al pasar por el pasillo principal puedo ver a Carie discutiendo algo con Daniel, él parece muy molesto, pero no se da cuenta del momento en que nos vamos.

Papá llamó un taxi y este nos estaba esperando fuera de la residencia de los Cassian cuando pasamos por la puerta. Asher le dio la dirección del hotel Arden que esta en el centro de Westminster, a unos minutos de donde nos encontrábamos. Pasaríamos la noche en el hotel y supongo que estaremos de vuelta de Mónaco mañana.

Cuando estamos frente al hotel, puedo notar como el personal parece sorprendido y algo asustado al vernos bajar del taxi. El portero saluda a Ash de manera formal, y él le sonríe de vuelta junto a un "buenos días."

En el lobby, los gerentes salen a recibirnos diciéndole a Asher que no lo esperaban y que es una grata sorpresa tenerlo ahí, por supuesto lo dicen por compromiso, no es como que ver entrar por la puerta al heredero de uno de los imperios hoteleros más grandes del mundo llegue a ser una sorpresa agradable, todas estas personas deben de estar aterradas de que Asher diga algo malo del hotel, aunque Ash no es así, por supuesto, él encuentra siempre lo bueno en todo.

—Hola, lamento no haber avisado que vendría, pero tuvimos un imprevisto —le explica Asher a la señorita en la recepción, y puedo ver como esta pobre chica suda en frio con solo vernos. No puede tener más de veinte años, quizá es su primer empleo, y tiene al mismísimo jefe en frente de ella en este momento.

Liv, Schlesinger IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora