Epílogo

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9 años después

Hoy, 31 de octubre no es solo mi cumpleaños número 28, también es el día en que este pequeño terremoto ha decidido que era el momento ideal para salir al mundo.

Los pasados nueve meses me la he pasado en cama, con suero y unos antojos insoportables de sopa de pollo y coca cola, mi vientre está tan abultado, que no sé como demonios saldrá esta criatura. Es gracioso pensar que nueve años atrás nada de esto había sucedido. Mi segundo embarazo ha sido de lo más normal, mamá incluso dice que le recuerda mucho a cuando ella estaba embarazada de mi. Los médicos me han sugerido guardar reposo los últimos dos meses, y eso he hecho, estar mirando el atardecer desde el balcón mientras esperamos a que él decida salir cunado quiera... y al parecer, compartiremos cumpleaños.

—Señora Arden, podría darme su brazo, por favor —la enfermera me conecta a las maquinas necesarias, debo decir que tener una cesárea programada esta vez, es mucho más tranquilo que la última vez.

— ¡Mami! —la voz de Emilie en la puerta de mi habitación del hospital me saca de mis pensamientos, ella se sube a la cama a mis pies y tiene el cabello algo desarreglado, ni siquiera se para que me esfuerzo tanto en las mañanas cuando esta niña parece correr una maratón diaria en los recesos — ¿Hoy vendrá Chris? —pregunta colocando su mano cuidadosamente sobre mi enorme vientre.

—Si, hoy estará con nosotros. ¿Dónde está tu padre? —pregunto, pero la respuesta la obtengo de Axel, quien está en la puerta con la mochila de Emilie en la mano y una sonrisa en su rostro.

—Hola, ¿cómo te sientes? —pregunta ingresando a la habitación —Feliz cumpleaños —dice besando mi mejilla.

—Bien, pero ya quiero que lo saquen de aquí —menciono mientras mantengo mi mano sobre mi vientre, incluso siento una pequeña patadita y Emilie ríe colocando la mano en el lugar — ¿No tuviste problemas? —pregunto refiriéndome a Emilie. Regresó ayer de Londres, y me cuando le dije que el bebé nacería hoy se ofreció a ir por ella a la escuela.

—Todo en orden, aunque su maestra mencionó que ha tenido algunos problemas con matemáticas.

— ¿Te están costando las matemáticas, cariño? —le pregunto a mi hija y ella hace una mueca graciosa asintiendo con su cabeza.

—Las fracciones son horribles, mami, no deberían de existir —Emilie saca su lengua como si de ese modo pudiese insultar a las matemáticas, y tanto Axel como yo reímos.

—Nos pondremos a estudiar, jovencita —le digo y ella vuelve a hacer la mueca graciosa.

— ¡Hola! —escuchamos detrás de nosotros y automáticamente Emilie salta de la cama y corre a los brazos de Asher quien se encuentra en la puerta.

— ¡Papá! —grita y Ash la alza dándole un beso en su mejilla y ella lo abraza por el cuello.

—Hola, princesa, ¿cómo estuvo la escuela?

—Bien, papi fue por mi —dice señalando a Axel quien sigue a mi lado observando la escena con una sonrisa en su rostro.

— ¡Ax! ¿Cómo estuvo el vuelo? —Asher se acerca a nosotros con Emilie en sus brazos.

—Bastante tranquilo, vi que tu nueva línea está a punto de salir, hombre, esa camioneta está gritando mi nombre desde que vi las fotos.

Asher ríe sentando a Emilie en la cama observando a Axel.

—Te avisaré en cuanto lleguen al concesionario de Londres.

—Chicos, se que los autos les encantan y todo, pero este niño quiere salir ya de aquí, y honestamente yo también lo deseo, mucho —menciono intentando acomodarme mejor luego de tener una contracción bastante fuerte.

Liv, Schlesinger IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora