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En un lujoso apartamento dormía tranquilamente un bello hombre.

La habitación estaba iluminada por los primeros rayos del sol en el día, el joven estaba tan tranquilo durmiendo; su cabello oscuro estaba sobre la esponjosa almohada blanca resaltante entre su cabeza, su rostro estaba relajado mostrando su simétrico rostro, sus hermosas facciones dándole un aire casi angélical digno de admiración, su frente, nariz y barbilla proporcional a su rostro.

Su belleza va más allá de su rostro; su cuello estaba decorado con una resaltante manzana que se movía con la respiración relajada de alfa, sus hombros anchos y músculosos, un pecho firme y torneado que se movía lento marcando la respiración, su abdomen marcado y fuerte siguiendo el  compás que marcaba, todo en una perfecta armonía.

El reloj en la mesa de noche marcaba las 6:45 de la mañana, la habitación estaba en calma con algunas cosas fuera de lugar ya que el chico anoche había llegado borracho y muy tarde; su camisa estaba en el suelo al igual que los pantalones en solo dormía con ropa interior la cual ahora estaba cubierta con la delicada sabana que envolvía bien la intimidad del joven.

El chico se movió fastidiado del sol; girando la mitad de su cuerpo buscando una posición más cómoda para seguir en el país de los sueños, pero este dejó ver su espalda completa mostrando el perfecto triangulo invertido que poseía además dejando una pierna músculosa y torneada  aire libre al igual que su gran pie.

El joven seguía dormido pero a los 5 minutos un molesto ruido que provenía debajo de su cama comenzaba a perturbar al alfa que sin más tuvo que abandonar su sueño para volver a la realidad.

Abrió sus ojos color miel con mucha pereza, este un poco  aturdido comenzó a localizar de dónde veían aquel ruido infernal, a movimientos bruscos tomó el teléfono y sólo contestó la llamaba.

-diga—arrastró las palabras sin ánimos.

-¡LUKE!—grito una voz femenina en la línea causando que tuviera que alejar el móvil unos centímetros para no dañar sus tímpanos.

-¿qué? –el alfa respondió a ese grito.

-¡MIERDA, LUKE ESTOY AAAAHHH—de nuevo la mujer volvió a causar malestar y terminar de despertar al alfa el cual ya sabía con quien hablaba.

El reconocería esos gritos en donde fuera ya que los a escuchado toda su vida; los gritos inigualables de su hermana mayor.

-ahora que quieres—estaba fastidiado de escuchar tan temprano a su hermana mayor.

-LUKE ESTOY A PUNTO DE DAR A LUZ—y otra sorpresa más, su hermana  dará a  luz a su bebé y como era el último familiar que la quería tenía que ir a apoyarla.

-¿en que hospital estas? —se levantó como resorte de la cama, estaba dirigiéndose a pasos acelerados a su armario mientras esperaba la respuesta de su hermana la cual le costaba hablar ya que los dolores de parto eran intensos y se le escapaban quejidos o maldiciones antes de darle una respuesta.

El ya estaba vestido y buscando las llaves de su auto mientras que en un ligero suspiro su hermana le dio el nombre del hospital.

Acelerado manejaba su auto, en quería llegar a tiempo y apoyar a su hermana; varios minutos pasaron y al fin llegó al hospital.

Rápidamente entró y fue a recepción.

-Kalila Graff—habló a la recepcionista  sorprendiendola.

Esta un poco indignada miró al alfa, pero se dio cuenta que en la mirada de luke había desesperación y rápidamente tecleo el nombre en su computadora.

-segundo piso pasillo H habitación 101—hablo rápidamente, pero solo se quedó siguiendo con la mirada al alfa que rápidamente corrió a la dirección indicada.

Luke corrió hasta llegar a la habitación de su hermana, este sin tocar abrió la puerta ganándose la mirada de las enfermeras y la medico que lo miraban sorprendidas de su intromisión, pero al contrario su hermana ni se inmutó ya que el dolor no la dejaba concentrase en ninguna otra cosa.

-llegue Kalila—habló y camino hasta llegar al lado de su hermana para sujetarle una mano; apoyándola para que no se sienta sola.

-que bueno que viniste ¡AAhhhh! —grito la omega.

-respira Kalila—habló relajado ya que veía como el dolor la dejaba inmóvil y sin fuerzas.

-¡CÓMO A TI NO TE DUELE!—de nuevo grito.

-pe—fue interrumpido luke por la voz de la doctora.

-Kalila tenemos que decirte algo muy importante—todos guardaron silencio ya que esas parecían malas noticias—no podemos hacerte la cesaría tendrá que ser parto natural y ese es el problema—trato de hablar lo mas calmada posible—el canal de parto es estrecho  además de tus problemas de salud veo que en el parto no saldrán los dos vivos—odiaba dar este tipo de decisiones a las personas—y con esa probabilidad esta es mi pregunta ¿a quién le damos prioridad?.

-a mi bebé, ella debe vivir, samantha vivirá—habló Kalila con total seriedad, pero amaba más  a su bebé que su miserable vida.

-¿a quien le entregaremos a la bebé?—al escuchar la respuesta de la omega una de las enfermeras tomó una hoja y preparada para escribir la respuesta.

-luke, por favor protege a samantha—miró a su hermano quien al escuchar sus palabra apretó más su mano, Kalila estaba casi llorando—se que eres joven pero para mí eres el único que apoyará y protegerá a mi tesoro, por favor te lo ruego—y amargas lágrimas le empañaron  la vista.

-pero—bajo la mirada no queriendo mirar la cristalina mirada de su hermana.

-yo solo te tengo a ti—afirmó en un sollozo que solo hizo que el corazón de luke se apretujara.

-lo haré, protegeré a la bebe, pero—levantó su vista para mirar a su hermana que se veía un poco más aliviada al oír su respuesta—pero por favor sal viva.

-lo intentaré—y tras esa afirmación la enfermera la pasó la hoja a ambos para que la firmarán.

Tan pronto la firmaron su hermana fue al quirófano y el se quedó solo.

Ese día hizo una promesa que jamás podría romper.

Papa TemporalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora