III

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Pasaron unos pocos minutos hasta que la pequeña bebé fue a cercada a la ventana, el alfa inmediatamente se pego al cristal para admirar de cerca a la pequeña bebita.

Esta a ser recién nacida solo movía un poco su cabeza, sus manos se movían torpemente junto con sus piernas, su pálida piel se veía  aterciopelada y rosita; Oliver realmente se quedó fascinado con aquella bebé que a su parecer iba a mejorar los futuros días al alfa.

Pasaron 30 minutos exactamente, y la bebé comenzó a llorar, el alfa rápidamente se puso inquieto buscando una solución, la enfermera a cargo tomó la cuna y comenzó a llevarla hasta su lugar; se alejo unos momentos bajo el criterio del alfa, le dio su fórmula, la cuál inmediatamente la bebé recibió con gusto.

Eso tranquilizó en definitiva al alfa y sacó una sonrisa a Oliver; pero era hora de explicarle algunas cosas al padre que pereciera ser primerizo en este aspecto.

-señor Graff—llamó—acompáñeme tengo que hablar con usted de asuntos de suma importancia con respecto a la bebe.

Tras terminar de mencionar aquello el alfa regresó a su control y ambos caminaron fuera de esa área, el camino fue corto pero silencioso e incómodo.

Al entrar h tomar asiento en sus respectivos lugares, Oliver se preparo para hablar.

-alfa Graff—mencionó para al menos obtener un poco de atención-- yo seré el responsable para atender a su bebé en cualquier emergencia—comenzó—y como voy a estar a cargo de ella, le haré algunas preguntas—formuló.

-continúe—contestó sin ánimos.

-usted ¿es soltero o tiene una pareja?—comenzó hablando fríamente—si la tiene necesito saber el sexo y genero que ocupa—complemento listo para anotar los resultados en la hoja.

-soy soltero, no tengo una pareja—contesto sin interés alguno.

Oliver solo asintió y escribió en ese apartado.

-¿tiene una vida sexual activa?—preguntó de nuevo.

-¿eso que tiene que ver? –habló un poco sarcástico.

-es importante ya que esto también perjudica el bienestar del recién nacido—aclaró en una forma demandante ya que la postura que tenía el alfa le hacía sentir Inseguro.

-sí—dijo sin más.

El médico volvió a escribir la respuesta.

-¿cada cuando le viene su período de celo y cuánto dura?—continuó con la encuesta.

-cada 6 meses y dura 1 día—aclaró un poco avergonzado.

-¿Qué método toma para controlar su celo?—soltó con una tremenda curiosidad sobre aquel alfa.

-depende—indagó el alfa.

-¿de que?—respondió inmediatamente.

-de mi trabajo—respondió cortante.

-¿a qué se dedica profesionalmente?

-en serio no me reconoce—respondió sin gracia alguna.

-no—dijo sin interés de levantar el ego al alfa.

-soy modelo—contesto de nuevo.

-¿usted ya tiene a alguien para que se encargue de la bebe cuando no pueda hacerlo?—preguntó para mirar al alfa.

-no—trato de sonar lo menos Inseguro que pudo.

-¿entonces que planea hacer?—respondió un poco enfadado—le debo de recordar que los alfa en celo son agresivos y con las emociones negativas a flor de piel, si no tiene alguien sea beta u omega para cuidar de ella, me temo que servicios infantiles no permitan que usted se lleve a la infante de aquí.

-entonces que debo hacer—la verdad ese médico le estaba colmando la paciencia.

Al escuchar eso Oliver rápidamente dejó aquella hoja suavemente en el escritorio, abrió el primer cajón de este buscando rápidamente tres folletos que le serán útiles aquel alfa.

Al encontrarlos, los puso sobre la mesa, acercándoselos a luke, el miró curioso aquellos tres folletos muy coloridos.
-esto te ayudará, aquí tiene todos los cuidados que debe tener un recién nacido—comenzó a explicar—tanto cambio de pañal, ropa que debe usar, como debe estar su habitación y cuna, que debes traer en la pañalera, aquí también te recomiendan artículos, como preparar un biberón, horas de sueño y comida, etc.

-creo que no es necesario todo esto—habló luke—hace tiempo mi perrita tuvo cachorros…--fue interrumpido por la voz de Oliver.

-¡un bebé no es un perro! —exclamó un poco eufórico—los bebés necesitan más atención y cuidados.

-yo creo que tienes un problema conmigo—habló gravemente el alfa para tratar de intimidar al contrario—¿Qué te sucede? Yo soy un alfa y tu un simple beta,  ¡SOY UN ALFA, RESPETAME!—uso su vos de mando al final de la frase.
Tras escuchar esa voz instintivamente Oliver bajo la cabeza mientras mostraba su cuello demostrando sumisión ante aquella voz que penetro sin compasión sus tímpanos.

Luke quedó en shock al ver la reacción del médico ante su voz, la reacción no fue de un beta; fue claramente de un omega.

-lo siento—habló el alfa después de unos segundos después.

El observaba como aquel  omega no se movía ni un milímetro, sudaba y seguía mostrando su cuello.

La verdad Oliver estaba en un shock gracias a la voz demando; su cabeza dolía, estaba abochornado, enojado con luke, su boca tenía un sabor amargo.

-creo que me voy—rápidamente el alfa tomo sus cosas y los folletos para correr a la salida de aquel hospital sin detenerse hasta estar en su automóvil.

«eres un idiota» se dijo a sí mismo.

Oliver se comenzó a mover cuando ya no sintió la presencia de aquel alfa, sus músculos se relajaron pero la furia le hervía en la sangre.

«ese idiota» pensó de él omega al moverse por completo.

Oliver se recargo por completo en la silla tratando de que aquel dolor y tensión se fueran; suspiro y la puerta fue abierta.

-¡OLIVER!—grito la beta mientras  asomaba la cabeza, viendo a su amigo—¿que te paso? —dijo totalmente sorprendida al ver a su amigo completamente sin fuerzas.

-un… alfa—dijo un poco bajo ya que su voz aún no regresaba.

-¿quién?—preguntó furiosa—Qiang, fue de nuevo ese inútil—estaba más que enfadada aquel maldito alfa una vez trató de violarlo y otras más lo acosaba.

-no—habló un poco más claro.

-entonces fue Dumin el de limpieza—afirmó.

-fue el alfa que lleve a los cuneros—afirmó antes de que su amiga saliera a golpear alguno de los que le acosaban.

Todos ellos se lo merecen pero realmente hoy no; su amiga estaba más enojada al saber que un nuevo acosador se unía a la lista.

-¿Qué te hizo?—preguntó acercándose y abrazando maternalmente al omega.

-sólo uso la voz de mando—explicó tratando de bajarle la importancia.

-¿Qué te obligó hacer?—de nuevo preguntó.

-sólo que me callara—miró a los ojos a  Amalia—sólo fue eso.

-esta bien—suspiro resignada—venía a saber si querías ir a cenar.

-claro.

















Papa TemporalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora