II

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Han pasado varias horas, nadie le daba informes sobre su hermana o la bebé, el parecía un fantasma que sólo veía a las personas; estaba deseando de que su hermana y la bebé sobrevivan.

Su teléfono no ha dejado de sonar, tal vez sea su manager; hoy tenía que hablar sobre un nuevo contrato.

Pero a él no le importaba más que la salud de su hermana, ella cometió un error y por eso ni siquiera sus padres se han parado en el hospital aunque les haya dejado un mensaje de voz informándoles la delicada situación.

Su hermana hace nueve meses salió de fiesta y ahí conoció a un alfa el cual se aprovecho de su hermana; esta días después del incidente comenzó a sentirse mal y paro al hospital donde le informaron su embarazo.

Su condición le trajo serios problemas con la familia ya que su situación arruinó el matrimonio que tenían arreglado; mis padres al saber la noticia no dudaron en echarla de la casa sin ningún remordimiento.

El ya comenzaba a ser una cara reconocida en el mundo del espectáculo así que decidió independizarse y ayudar a su hermana rentandole un apartamento y apoyando sus gastos.

Rió amargamente recordando las pequeñas discusiones que tenía ya que según Kalila ella debería apoyarlo a él ya que es la mayor.

«yo soy mayor, debería apoyarte a ti luke»

Pero tantos momentos juntos ahora podrían ser lo último que le quede de su hermana; el se negaba de que su hermana muriera y más de esta manera, una mala decisión no mata ¿o si?.

De nuevo estaba inmóvil en la dura silla de plástico, mirando el blanco piso como si fuera lo más interesante del dia; cada minuto estaba perdiendo la fe que tenía, se estaba resignando a tener un bebé.
Su teléfono a dejado de sonar a causa de la baja batería y ya no era una molestia, una joven enfermera beta le trajo el desayuno y la comida; al parecer ya está en el atardecer y pronto caerá la noche, aun no han dicho nada sobre su hermana.

Hasta que unos zapatos blancos se detuvieron justo en su mirar, además de un carraspeo y que esa voz dijera su nombre sabia que al fin se dirijan a él.
Rápidamente alzó la mirada encontrándose a un bello hombre joven el cual se asustó un poco por la rápida reacción de Luke.

-señor Graff mi nombre es Oliver Jason, soy el médico que estuvo en el parto de la omega Graff, vengo a darle 2 noticias las cuales me gustaría que se lo tome con calma—habló fluidamente aunque por dentro estuviera muy nervioso de la reacción del alfa.

-¿quién falleció?—habló el alfa muy desanimado.

Dejó de mirar al joven médico, bajó su mirada para prepararce mentalmente, pero en realidad no servía de nada; tenía un gran sentimiento, uno  triste y vulnerable.

Ciertamente el médico no se esperaba esa reacción por parte de un alfa, hasta sintió lástima por el; pero debía dejar esos sentimientos y ser profecional.

Suspiro se reacomodo la bata y le respondió la pregunta.

-Kalila—dijo esperando una respuesta corporal, estaba atento a cualquier movimiento extraño por parte del alfa.

Pero no recibió ninguna señal, la verdad su curiosidad le estaba matando, tal vez tenía un paro respiratorio, pasaron más segundos es silencio y esa idea se estaba afianzando más en la mente de Oliver.

Estaba a punto de tocar al joven alfa cuando...

-¿Puedo... ver a la bebe?—preguntó sin ánimos, la verdad la estaba pasando mal.

El escuchar eso el alma volvió al cuerpo a Oliver, estaba a menos de 6 milímetros para tocarle un mechón de su cabello; al percatarse de la  cercanía  se alejo  rápidamente causando una pequeña ventisca de aire que sintió el alfa cerca de su oreja.

-si—respondió Oliver volviendo a su papel profesional—sígueme—ordenó para tomar rumbo a la zona de cuneros.

Luke hizo caso a la orden y lo siguió en silencio perdido en sus pensamientos, su mente estaba en otro universo pero su cuerpo estaba caminando automáticamente en la realidad.

Pasillo tras pasillo, varias puertas cruzaron hasta que detuvieron ambos su andar.

El médico se giro para mirar al alfa que seguía con la cabeza agachada; esa imagen removió algo dentro de Oliver, un sentimiento incierto pero claramente indebido.

-joven gire por favor a su izquierda—habló firme.

El alfa hizo caso una vez más, levantó su vista topando se con una enorme ventana; está dejaba que su visión traspasará aquel material viendo a 18 bebés en sus respectivas cunas.

Sus cabesitas estaban cubiertas por adorable gorritos, rosas o azules dependiendo del género de la pequeña personita, estaban sin cobijas dejando su pecho al descubierto, solo unos calcetines y pañales los cubrían.

Por instinto se enfocó en los gorritos rosas; agudizó  su visión y olfato para seber cuál de ellas era la pequeña que trajo al mundo su difunta hermana.

El médico se dio cuenta de los instintos del alfa, la verdad  le cautivo ese lado por que la verdad  pocos alfas están realmente interesados en sus crías; soltó un suspiro y entró a la habitación con el permiso debido.

Al cruzar la primera puerta le recibió una enfermera y una persona encargada de vigilar la puerta para que nadie intente secuestrar a las pequeñas personitas.

Esa pequeña recepción es muy importante ya que si atraviesas le siguiente puerta los bebés estarán a tu disposición, se acercó a la beta que estaba sentada en el escritorio y está al mirarlo le sonrió.

-por fin te apareces por acá Oliver—reclamo la beta, ella es su amiga desde la universidad.

-estuve hoy atendiendo un parto—informó a su amiga el por qué no fue a comer con ella.

-oh, interesante—habló y lo miró pícaramente—y... ¿quién es el apuesto alfa que está mirando cómo idiota a los bebés?

Por inercia miró la pantalla en donde la camara de seguridad reproduce lo que graba, en el ángulo que estaban podía ver perfectamente al alfa, el cuál parecía seguir cegado por sus instintos.

-el es el padre de una bebé que está aquí—afirmó Oliver para que su amiga no hiciera más preguntas al respecto.

-ahh... --suspiro la beta con resignación—pensé que ya estabas echando raíces y conociendo alfas.

Ese comentario hizo que el médico le llegara un sonrojo—ya vas de nuevo—habló un poco enfadado de la actitud de su amiga.

Tener un alfa por ahora no es su meta.

-pero siempre rechazas a los varones que te pretenden—habló de nuevo.

-no quiero a un alfa—contra atacó Oliver.

-pero si eres un hermoso ser—le respondió la beta.

-sabes ya dejemos esta discusión para otro día—habló un poco incómodo ya que el beta que estaba de guardia los comenzaba a ver raro.

Por qué realmente ellos no estaban hablando, sino gritando.

-¡no tu nesecitas un alfa!—golpeo la mesa la beta en total desacuerdo, ella lo tenía que convencer.

-¡Basta Amalia!—grito Oliver cansado de la actitud de su amiga—dile por favor a Jude que acerque a la ventana a samantha Graff, su padre quiere verla.

Finalizó dándole la espalda a su amiga, estaba molesto y avergonzado por su infantil discusión






Papa TemporalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora