VI

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Habían pasado varias horas desde que vio al pequeño París, era su turno de revisar a la pequeña samantha, cuando entró a los Cuneros vio a todas esa nuevas vidas llanas de energía que le alegro su herido corazón. 

Al llegar a samantha la tomó en brazos y la llevó al pequeño consultorio que tenían en el área de cuneros, la reviso y anotó, todo iba en prefecto estado con la bebé pero había un problema.
El padre. 

No confiaba mucho en los alfa y menos así de orgulloso como ese tal luke le demostró, tenía que vigilar lo de cerca. 

Eran las 8:00 am, y estaba en su escritorio revisando varios documentos, hasta que un calambre en su vientre le interrumpió su paz. 

El calambre continuó y una ola de calor estremeció su cuerpo entero, era lo que menos necesitaba en ese momento; su celo había llegado. 

Rápidamente busco en su escritorio supresores, pero no encontró ninguno.
«mierda y más mierda» se reprochó mentalmente. 

Tenía una reunión con los directores de aquel hospital en 15 minutos, necesitaba ya un supresor.
Con esos pensamientos busco como un loco aquella pastilla que le ahorraría problemas, pero  no la encontraba y lastimosamente el tiempo se le estaba lleno, di enreda comenzó a mojarse y a sus piernas fallar mientras sudaba a mares. 

Todos sus histéricos movimientos se pararon de golpe al escuchar como alguien abría la puerta sin permiso y muy bruscamente. 

-¡MIERDA A QUE HORA VA—y no dijo mas ya que el olor a omega en celo le golpeó.
Oliver solo entró  en más pánico, ya que su instinto con la presencia de aquel alfa se descontrolo aún más. 

El alfa solamente se quedó congelado mirando al omega.

-Qiang, por favor sal—habló en un susurro Oliver tratando de que ese alfa se fuera. 

-no...—habló el alfa aspirando nuevamente el aroma a celo que desprendía Oliver—tienes un aroma exquisito lindo. 

Y cerró la puerta del consultorio tras de él con seguro, comenzó a caminar a la dirección de oliver, Qiang soltó su aroma para someter al omega. 

Oliver estaba en pánico, se sentía tan indefenso, con sus ojos llenos de lágrimas miró al alfa para suplicar una vez más pero era más que obvio que el alfa no cedería.
Al estar uno en frente del otro el alfa lo miraba con deseo y lujuria, mientras que el omega estaba asustado y excitado, no podía controlar sus instintos aunque no quisiera a Qiang su cuerpo no le ayudaba. 

El iba a ser abusado como en el pasado. 

Soltó lágrimas de impotencia al sentir como era recostado en el escritorio, sus sensibles pezones tocaron la superficie fría haciendo que se endurezca y se enmarquen aún más, el alfa bajó sus pantalones de un tirón dejándole su trasero al aire a su disposición, su mente estaba en negación  pero su cuerpo reaccionaba a los toques bruscos que proporcionaba Qiang como si fueran los más románticos de todos. 

Y lo que más temía se escucho, el sonido del cinturón al ser desabrochado y el bajar de un cierre. 

Todo estaba perdido, sintiendo como aquel asqueroso hombre le tomaba la cadera y su miembro rozaba con su entrada le estremeció de miedo a Oliver.

Qiang introdujo su miembro dentro del omega quien más lagrimas soltaba, para el alfa era de lo más excitante tener a Oliver tan vulnerable ante él, aún recuerda la primera vez que vio al omega, apenas era un practicante pero la verdad a todos los directores se ganó con su belleza, talento y carisma que mostraba el joven omega que todos en esa gran mesa lo vieron como un dulce conejo que pronto estaría a merced de esos sucios lobos.

Pero el lindo conejito era muy listo y evadía cada oportunidad de los lobos con mayor agilidad los 12 ejecutivos que estaban detrás del poco a poco fueron perdiendo el interés hasta darse por vencidos, pero uno de ellos se quedó, el más orgulloso que no permitiría que un omega le pisoteara su dignidad.

Y ahora él se imaginaba después de atender al omega como se presentaría en aquella sala de juntas informando lo sucedido, obviamente omitiendo partes y como seria la envidia de aquella mesa, él quería ser el único ganador.

-¡QIANG BASTA!—grito a todo pulmón aun llorando.

-¡CALLATE!—y le volvió a someter ahora golpeándole detrás de su cabeza.

Ese grito salió de esas cuatro paredes alertando a los que pasaban por ahí, y sobre todo al alfa que estaba a punto de tocar la puerta.

Al escuchar ese terrible grito, el instinto de protección creció en el pecho del alfa detrás de la puerta, sin decir nada abrió la puerta para no haber deseado ver tal imagen que le lleno de fuego la sangre.

Rápidamente corrió para abalanzarse contra el sujeto que tenía sometido al chico, y de un golpe en el rostro logro alejarlo del cuerpo de omega, pero aún no había saciado su furia y le dio inicio a una pelea totalmente fuera de control.

Muchos curiosos comenzaron a acercarse, uno de ellos se dirigió a ayudar al desnudo omega quien solo gritaba que se detuvieran, pero los espectadores llamaron a seguridad del hospital quien entraron interponiéndose en aquella pelea.

Enfermeras se acercaron al omega quien estaba en un rincón con solo su bata de medico cubriendo su desnudes y llorando a mares, entre 8 guardias lograron separar a ambos alfas y a comenzar a disipar la multitud de curiosos.

-¡SUELTENME! ¡NESECITO MATAR A ESE TIPO!—grito el alfa que intervino en la violación de Oliver.

-GUARDA SILENCIO!—le dijo un guardia.

-¡CLARO QUE NO! ¡ESE ALFA ESTABA VIOLANDO A UN OMEGA!—grito a todo pulmón y los curiosos que quedaban gritaron escandalizados ya que en su mayoría eran jóvenes omega, y mujeres mayores, todos tenían sus cámaras encendidas grabando la situación y la declaración.

-¡BASTA!—grito el omega. Pero lastimosamente fue tarde ya que el resto del concejo del hospital ya estaba en la puerta mirando toda la escena.

Eso estaba mal, lo echarían de su trabajo, nadie podía detener eso.

Papa TemporalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora