“Ser un bebé es demasiado aburrido. Tener la mentalidad de un adulto y estar en el cuerpo de un bebé es lo que lo hace aburrido. No hay mucho que hacer cuando eres así de pequeño y apenas tienes la capacidad para moverte... Que desastre. En este caso, lo peor es tener que vivir como una princesa olvidada; literalmente las sirvientas me ignoran todo el día, si no es porque hago un escándalo de gran magnitud cuando tengo hambre o necesito que cambien mis pañales ellas no aparecerían. Esto es una total mierda” soltó un suspiro mientras se ahogaba en todo tipo de pensamientos “Han pasado tres meses desde que reencarne en este mundo y se supone que este mundo era una novela que leí momentos antes de morir. Yo era una chica común, con una vida común. Sufrí un accidente automovilístico del que no pude salir ilesa y por alguna razón se me concedió una oportunidad para volver a vivir, incluso tengo todos los recuerdos de mi vida pasada, sino fuera porque esté destino que me tocó es demasiado peligroso estaría muy feliz en todos los sentidos.
Mi nombre es Fiama Adelyn de la Croix, princesa imperial de Intravella y única hija de Kay Lot de la Croix, el emperador.
Es un hecho de que debería estar contenta por ser alguien con un "estatus especial", pero en realidad estoy condenada a muerte. Lo que realmente sucede es que Kay Lot me odia, me detesta en todo el sentido de la palabra, ¿La razón? No lo sé, eso jamás se explica en el libro, no se dice nada sobre el porque en ningún momento, la verdad es que hasta podría ser un sueño, tal vez caí en un coma o algo parecido, pero muy en el fondo se que no es así, una vocecita en mi cabeza niega que ese hecho sea cierto. Lo más importante ahora es que he decidido sobrevivir a todo lo que se avecina, ya que en realidad no tengo mucho tiempo para mí terrible sufrimiento. A los cinco años seré enviada al templo central de la iglesia donde el arzobispo reside, este hombre me asesinará cuando cumpla los quince años para poder obtener el poder de una magia perdida y crear una rebelión contra el imperio más poderoso del continente Everlate, es necesario que yo muera en sus manos ya que contengo la sangre de los Croix, quienes han liderado está tierra por siglos y tienen un trato con los espíritus celestiales de Everlate.
¡¿Por que diablos todo es tan complicado?!
Es decir, cuando lo leí, entendí perfectamente los términos y demás, es solo que tener que vivirlo es distinto en todos los sentidos.”
Un gruñido proveniente de su estómago fue suficiente para indicarle que era hora de comer. No se oía nadie en la cercanía y la verdad es que no tenía ganas de andar gritando, era un poco fastidioso, hasta para su garganta, pero nadie vendría a menos que lo hiciera. Las lágrimas abordaron sus ojos, no estaba segura si era por el hambre o por la patética forma en que era tratada.
Lo más seguro es que fuera por ambas cosas.
No supo cuántos minutos estuvo así, hasta que un ruido la distrajo, eran pasos resonando en la habitación. Miro hacia todas las direcciones que su posición le permitía, no había nada.
— Así que tú eres la princesa — una voz masculina hablo a un lado de la cuna, de pronto parecía que un campo se distorsionaba y una imagen se formó. Un hombre tomo forma dejándola sorprendida — Eres muy hermosa — se acercó a la pequeña. Una persona con una sonrisa radiante, demasiado deslumbrante; un muchacho joven de ojos celestes muy claros, dónde se descubría viveza, rebeldía y misterio. Con cabello negro azabache, además de un aura extrovertido e incluído un gran carisma. Alguien muy guapo sin duda alguna.
“ ¿Quién es este hombre?... ”
La razón le decía que desconfiara, un desconocido apareció de la nada y estaba en su cuarto.
— Pequeña — acaricio una de sus mejillas — Estás destinada a morir joven.
El rostro de la princesa palideció, el miedo que tenía era grande, pues ya le habían pronosticado aquello en una vida anterior y termino siendo cierto. En definitiva no permitiría que volviera a suceder, pero era entendible porque esa mala sensación recorría su espina dorsal.
“No puedo permitirlo, yo viviré... Viviré mucho tiempo. Tengo que sobrevivir...”
— Eres muy interesante — comento el extraño — Eres una bebé muy extraña... Princesa, me gustas.
“ ¿Acaso eres un acosador?... Por alguna razón me recuerdas a Andy... Es molesto ” lanzó su mejor mirada de odio, o por lo menos lo que sus facciones permitían, ella no era de juzgar a las personas por como se ven o como te tratan la primera vez que los conoces, es el hecho de que él tenía algo. Aparte del hecho de que no sabía cómo pudo ese sujeto ingresar a su habitación, un susurro casi imperceptible de la razón le decía que no se confiara tan fácil.
Empezó a reír al ver la rara expresión y como tenía el ceño fruncido, noto de inmediato que no le agrado esa visita que hizo.
— Realmente eres extraña — observaba el rostro de la niña con mucho cuidado, como si no quisiese perderse nada en ella — Te pareces mucho a ambos — por un segundo su mirada se ensombreció después de esas palabras, pero pronto cambio a su amigable gesto anterior — Tus ojos son realmente hermosos.
“ ¿Podrías dejar de adularme? Me da escalofríos solo de escucharte... ”
— Parece que no te agrada que te dé cumplidos — trato de tomar la mano de Fiama, que pronto renegó de ese gesto — Eres divertida, princesa. Parece que mi visita llegó a su fin, alguien se acerca — le informo con pesar — Vendré a verte pronto querida, no lo dudes — empezó a olfatear a su alrededor y de pronto se alejó de la cuna casi de un salto, su expresión cambio a una austera, sus ojos parecían los de un gato que esperaba cazar a su presa e inclusive cambiaron a un azul intenso, se podía sentir la tensión en cada fibra que recorría su cuerpo — Hasta luego, princesa. Y mucha suerte con lo que viene.
Se desvaneció en el aire sin dejar rastro. Las palabras que salieron de su boca no le gustaron. El sonido de las puertas abriéndose de par en par la sacaron de su distracción.
— Hay una presencia repugnante aquí — una voz masculina y sedosa se hizo presente, no era la de ningún sirviente, lo que sin dudas, no le agrado — Parece que ya se ha marchado.
Lo mejor sería no llamar la atención, no hacer ningún tipo de ruido o movimiento brusco que pudiera atraer a los "intrusos". Se quedó tan quieta como si fuera una estatua. Y entonces, su cuerpo mismo la traicionó, un fuerte gruñido resonó como eco, había olvidado que ya tenía que haber comido.
Y una presencia se hizo cercana, hasta que estuvo justo frente a ella, no lo conocía de nada, pero solo con verlo sintió su ritmo cardíaco acelerarse al igual que su respiración.
— Así que tú eres la bastarda.
“ ¡¿Pero que mierda con este sujeto?! ¡¿A quien diablos le dice bastarda?! ”
— Majestad, no debería referirse así a la princesa — otra voz se hizo presente, no podía verlo ya que se oía más lejano, pero agradecía que alguien tuviera un poco de decencia.
— Princesa ¿Eh?... — dijo con sarcasmo y burla en su tono — No es más que una desgracia — odio era lo que se detectaba — Si ella no hubiera nacido, Liza seguiría aquí — la miraba seriamente, como si quisiera transmitirle y hacerle entender lo que decía. Claro que ella sabía bien el significado de esas palabras, pero no podía decir mucho — Mi reina perdió la vida por ella, ni siquiera es un príncipe, perdió la vida en vano... Para traer a una maldita desgraciada.
Abrió sus ojos lo más que pudo, el breve análisis a ese rostro sin duda le dió un respuesta de quién se trataba y para nada le agrado saberlo.
“ Mi dios... Esta persona no puede ser... pero es posible, y es hasta obvio... Cabello negro como el carbón, gran postura orgullosa, aura de gran poder... Ojos violeta con un aire sombrío... ¡No puede ser!... ¡¿Que diablos está haciendo aquí Kay Lot de la Croix ”
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El destino de una princesa
Viễn tưởngEleonor vivía una vida común hasta que un accidente de tránsito cambiaría todo. Cuando despierta ya nada es lo mismo, ella ha reencarnado como una princesa del libro que leyó minutos antes de morir. Está destinada a ser asesinada, pero se prometió a...