En el momento en que Ryu volvió, se sintió un ambiente distinto en el palacio. Su presencia causaba la tranquilidad en Camille debido a que el siempre estaba junto a Fiama, confiaba en la protección que el hombre podía brindarle a su princesa.
Tan pronto dejó a los Siory, se fue con más rapidez de la que había utilizado en un inicio. Llegó más que agotado con la pequeña, incluso tenía un poco de fiebre por forzar tanto su cuerpo y su magia, sin embargo, cuando la volvió a ver, el alivio inundó su rostro, debía ir con Kay, pero no solo necesitaba descansar también quería quedarse junto a la pelirroja.
Fiama pareció notar de inmediato el malestar que lo agobiaba pues tomó su mano y lo llevó de inmediato a su habitación donde pudiera descansar. Kay al enterarse de la noticia, fue a visitar el palacio de la princesa de inmediato, necesitaba obtener las respuestas de Ryu.
Al llegar a su habitación encontró a la pequeña poniéndole compresas bañadas en agua fría sobre su frente, ella las colocaba con el máximo cuidado posible, tal vez pensando que un mal movimiento pudiese aumentar su malestar. Su entrecejo estaba fruncido y no podía evitar mirarlo con extrema preocupación, ya le había dado el medicamento que le ayudaría a bajar la fiebre, pero necesitaba de alguien que lo ayudara con su deficiencia de magia.
- Su majestad - la niña se levantó lista para hacer su reverencia, pero Kay la detuvo de inmediato con un solo movimiento. Fiama sintió algo de incomodidad por la presencia de Kay en la habitación de Ryu - ¿Qué esta haciendo aquí? - preguntó curiosa, no podía evitar querer saber la respuesta.
El emperador miraba el rostro pálido del forastero con seriedad, se acercó a él y Fiama por un instante pensó lo peor cuando vió sus manos tan cerca de Ryu. Estaba lista para detenerlo, más cuando el emperador soltó unas olas de energía sobre el cuerpo del hombre y su tez pareció mejorar con solo segundos, entendió que él estaba curando su deficiencia.
Fiama estaba impresionada, no le gustaba ver a Ryu en un estado tan deplorable, se encontraba verdaderamente asustada, y al notar su mejoría, ella sintió un gran alivio.
Fiama acercó su mano a la frente de Ryu, la paso por su cara y su cuello y estuvo satisfecha al ver que la fiebre casi había desaparecido. Kay giró el rostro para no ser testigo de la cercanía de la niña y el forastero, sabía bien que no había razones para estar molesto, ellos dos tenían tal relación debido a lo mucho que se habían acercado todos esos años, la confianza, el respeto y el cariño era palpable. Sin embargo, la sensación de amargura subía por su garganta.
- Es genial, ya esta mejor, y todo es gracias a usted majestad - la niña le dejó ver su mejor sonrisa, una no planeada, tan natural que se contagiaba con facilidad.
"Uno no lo creería, pero Kay a veces decide ser una buena persona"
A pesar de que Deen estuvo a punto de lanzar un comentario sobre que el emperador sólo estaba celoso de ella y Ryu, se quedó callado por esa ocasión, de todos modos, Fiama posiblemente no creería en esa posibilidad a pesar de tenerla tan de frente, a veces la niña era demasiado ciega ante el sentir de otros.
Una leve culpabilidad apareció en el pecho de Kay, lo cierto es que sólo lo hizo para no verla pasar demasiado tiempo junto al hombre. Aunque se engañaba a sí mismo, pues Fiama pasaba el día entero con Ryu siempre que podía, era su mentor, su protector... su padre.
- No fue nada - murmuró avergonzado de andar actuando como un adolescente celoso - Dile cuando despierte que vaya a verme, hay cosas de que hablar.
La niña asintió, prometiendo entregar el mensaje, aunque lo haría una vez que estuviera segura de que Ryu estaba en perfecto estado.
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El destino de una princesa
FantasíaEleonor vivía una vida común hasta que un accidente de tránsito cambiaría todo. Cuando despierta ya nada es lo mismo, ella ha reencarnado como una princesa del libro que leyó minutos antes de morir. Está destinada a ser asesinada, pero se prometió a...