Ese viaje estaba siendo más agotador de lo que creía, su magia era consumida con facilidad, así que ir a pie era su mejor opción y más ahora que sabía que tenía detrás a alguien cruel. Reservar su energía era lo mejor, no sabía cuándo volverían a atacarlo. Decidió entonces ocultar toda su magia, esto era algo que había aprendido en su familia; en el entrenamiento desde muy joven aprendió a sobrevivir sin magia fue algo que le enseñó. La presencia de su energía disminuyó hasta llegar a cero y con eso, localizarlo no sería tan fácil. Se podía decir que ahora era como un humano normal y corriente.
El sonido de una llamada llegó hasta sus oídos, era extraño pues tan solo ayer había recibido una por parte de Kay. Es claro que ese hombre tenía algo importante que decir, si no, no lo estaría llamando, tal vez había encontrado a quien deambulaba por el palacio haciéndose con la información importante.
En cambio, la imagen que recibió le devolvió todas sus energías, solo ella era la única que podía hacerlo sonreír de la manera en la que lo estaba haciendo.
- ¡Ah! ¡Tío Ryu! - su dulce voz llena de alegría fue como un duro golpe a sus sentidos.
¿Por qué le parecía que habían pasado milenios desde la última vez que habló con ella? El cabello rojo y esos hermosos ojos que reflejaban genuina felicidad. El mismo se vió contagiado por lo que ella demostraba, no estaba seguro de porqué quería llorar.
- Mi hermosa princesa... - susurró casi con la voz cortada, no podía evitar sentirse sentimental.
El rostro de Fiama se distorsionó, y los ojitos contentos se aguaron en un instante, y su labio inferior en un puchero le dió un pinchazo a su corazón. Unas pocas lágrimas se resbalaron por esas mejillas regordetas y solo pensó en volver para apaciguar esa intranquilidad que le había creado con su partida.
- ¡Me alegro que estés bien! - lloriqueó sin poderlo evitar, no empezaría a llorar justo cuando estaba contactando con este hombre que tanto la cuidaba, pero el nudo en su garganta causó su quiebre - ¡Te extraño mucho tío Ryu!
Ni el mismo sabía que se había convertido en alguien tan especial para Fiama, ahora ya podía confirmarlo, y esas lágrimas solo aumentaron sus deseos por protegerla de cualquiera que tratase de hacerle daño. Era inconcebible como podía existir gente que buscaba dañar a una criatura tan tierna y dulce como Fiama. Ella era todo lo que estaba bien en ese mundo.
- Mi querida princesa, el honor más grande que he tenido en la vida es que derrames lágrimas por mi. Te juro por Darrash que volveré a tu lado sin importar que.
Las lágrimas se detuvieron, esos bonitos dientes perlados fueron visibles una vez más al tener las comisuras levantadas. La niña asintió al oírlo - Asegurate de volver a mi lado, tío Ryu. Te estaré esperando.
Eso calentó su corazón, ella confiaba en él, no podía permitirse fallar de ninguna manera, debía asegurarse de regresar.
- ¿Cómo es posible que mi hermosa princesa esté llamando? ¿Cómo te encuentras? ¿Has tenido algún problema con ese hombre? - no quería arremeter con tantas preguntas, de hecho tuvó que silenciarse a la fuerza, pero tenía tantas ganas de saber lo que estaba pasando en su vida.
La niña reía encantada al ver que Ryu estaba bien y que tenía la misma energía de siempre, sin duda él era la motivación que necesitaba para asegurarse de estar bien.
- Tuve una reunión hoy con el emperador, estuvimos hablando y me prestó su comunicador después de que le comenté sobre la falta que me hacías, dijo que podía hablar contigo Tío Ryu, aunque no por mucho tiempo - se burló indiscretamente de la inconformidad que expresó Kay.
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El destino de una princesa
FantasiaEleonor vivía una vida común hasta que un accidente de tránsito cambiaría todo. Cuando despierta ya nada es lo mismo, ella ha reencarnado como una princesa del libro que leyó minutos antes de morir. Está destinada a ser asesinada, pero se prometió a...