— Princesa... por favor despierte.
Se escuchó el lloriqueo infantil con desesperación, podía sentir el tacto de unas tiernas manos en su rostro, no estaba incomoda para nada, pero sabía que debía despertar. Al abrir los párpados se encontró con unos hermosos ojos fucsia inundados en lágrimas, una expresión de verdadera angustia se había hecho con el rostro del pequeño niño.
— Evan... — murmuró bajo.
— ¡Ah! ¡Princesa! — ni bien noto como ella despertaba, todo su rostro cambió por uno de alegría — Despertó... — al decir esta simple palabra, se podía ver que estaba conteniendo muchos sentimientos.
Se levantó con cuidado, el pequeño la ayudó a acomodarse, al ver a su alrededor solo pudo ver una gran cantidad de árboles, el aire le pareció algo raro, pero no le tomó importancia a eso, más bien, lo que llamó su atención y la despertó por completo, era que ya había amanecido.
"Oh no... esto va a traer muchos problemas"
Miro al niño que aún la observaba preocupado aunque sus facciones ya se habían relajado un poco.
— Evan ¿te encuentras bien? — lo observó de pies a cabeza, parecía tener unos pequeños rasguños, pero no había nada grave.
— Yo estoy bien princesa — en su tono se escuchaba lo apenado que estaba, miro el rostro de la pelirroja y frunció el ceño, ella no parecía estar herida, excepto por unos cuantos raspones casi imperceptibles — ¿Pero y usted? ¿Como está?
— Creo que bien — sonrió con algo de torpeza, su energía parecía haber vuelto, para su suerte, ella estaba produciendo magia constantemente, así que si perdía un poco de fuerza, esta volvería bastante rápido, en su caso, sufrir de abstinencia mágica, era un hecho imposible, era muy posible que nunca sufriera de esto; después de haber usado sus alas de fénix, debió quedar con un porcentaje muy bajo de magia, esa fue una suerte, si no estaría sufriendo un terrible dolor, tanto físico como mental en esos momentos — ¿Hace cuánto despertaste? ¿Por qué no fuiste a buscar a algún caballero o alguien que nos ayude? — eso habría sido lo más lógico.
— Como podría irme y dejar a la princesa sola — respondió el niño de inmediato, las palabras de la niña no tenían ni un poco de sentido para él — Yo... no desperté mucho antes que usted.
Fiama suspiro, de algún modo, le agradó saber que Evan no pensó en abandonarla.
<<Sabes, gracias a mi también estás con vida>>
"Lo se Deen, gracias" respondió restandole importancia al comentario de la flama.
<<Oye, no me menosprecies>> como siempre, al estar conectados, podía sentir lo mismo que ella u oír sus pensamientos <<Estuve cuidando de ti y de tu amigo toda la noche>>
Fiama suspiro, pero sonrió sin más, realmente si no fuera por Deen ya habría muerto.
La pelirroja estiró su cuerpo, le dolía un poco la espalda por dormir en el suelo, pero no estaba tan incómoda.
— Debemos regresar, todos van a estar preocupados — sacudió su vestido de dormir con tonos blancos y miro a Evan.
El pequeño asintió, ambos empezaron a caminar, pero mientras más caminaban, el tono del bosque seguía sin cambiar. Fiama se detuvo al venir una sola cosa a su mente.
Miro a Evan con seriedad "Parece que nos transportó más lejos de lo que pensaba. Es posible que nos haya llevado a un lugar lejos del palacio" pensó, la inquietud comenzaba a aparecer en su pecho "Si pudiese manejar bien su magia, podría llevarnos de regreso al palacio, pero no va a lograrlo... su primera vez usando magia fue la noche de ayer"
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El destino de una princesa
FantasiEleonor vivía una vida común hasta que un accidente de tránsito cambiaría todo. Cuando despierta ya nada es lo mismo, ella ha reencarnado como una princesa del libro que leyó minutos antes de morir. Está destinada a ser asesinada, pero se prometió a...