- Dile a la princesa que la esperaré mañana.
Mikhe asintió y salió para informar a Camille sobre la afirmación del emperador con respecto a recibir a Fiama al día siguiente.
Dejó de lado los papeles sobre su mesa y sacó el comunicador que lo contactaría con ese hombre.
Lo encendió y no mucho después, la imagen de Ryu apareció en el cristal.
- Es extraño que llames tan pronto - la mirada desinteresada de Ryu lo recibió.
- Quiero saber cómo va tu viaje.
Una risilla burlona se escuchó - No sabía que su majestad estaba tan preocupado por mí - dijó con un tono casi infantil - Aprecio mucho que el emperador me extrañe.
- Cortaré la llamada si vuelves a hacer otro chiste como ese.
- Que frío eres - Ryu se resignó a la actitud de Kay, tampoco es como que le gustara hablar mucho con él, aún así tenían un objetivo en común y por ahora, debían soportarse si es que querían que todo saliese bien - Me gustaría decir que todo va de forma segura y tranquila, pero no mentiré. Hace unas noches fui atacado por esa extraña criatura, que sospechó, es causante de los ataques a mi hermosa princesa.
Kay escuchó con atención las palabras del hombre, esto no parecía bien, no había manera de que esa información se filtrara, al menos no de su parte, ni de Mikhe. La gente solo pensaba que era uno de sus típicos viajes dentro de Intravella, nadie sabía el verdadero motivo por el cual Ryu había salido del palacio imperial.
- Tu camino aún es largo, asumo que tardarás uno o dos meses en llegar con ellos. Es claro que habrá mucho peligro - murmuró pensativo - Debo deshacerme de lo que sea que esté rondando por mi palacio y exponiendo todos mis pasos.
- Será mejor que cuides bien de mi querida Fiama - advirtió esta vez con extrema seriedad, ese tono jocoso había abandonado por completo su voz - Fiama es lo más importante.
- Lo haré, y tú... asegúrate de estar a salvo, ella se sentirá muy triste si algo llega a pasarte.
- ¿Ella? ¿Por qué jamás la llamas por su nombre? - de algún modo, le parecía un tanto despectivo el trato de Kay hacia la pelirroja.
El emperador no respondió.
- Te llamaré si algo sucede, tu haz lo mismo.
Y cortó, no tenía intenciones de gastar más energía lidiando con Ryu.
Aunque no pudo quitarse el cuestionamiento del forastero de su cabeza. ¿Por qué no la llamaba por su nombre?... en realidad había una respuesta simple para eso, y es que de alguna manera, él no se sentía suficientemente bueno como para utilizar el nombre que Liza le había dado a su hija. Llamarla pequeña bestia fue solo una excusa, al igual que su titulo de princesa, además, estaba seguro de que ella estaría más cómoda sin oírle pronunciar su nombre.
Escuchó la puerta y la voz femenina tras la madera.
- Hermano, ¿podemos hablar?
- Estoy ocupado ahora - no tenía ganas de escuchar a Lina, aún habían mucho en que pensar y su presencia era un agobio total.
- Es sobre mi sobrina.
Al oír esa respuesta la detuvó por completo.
- Entra.
La rubia no tardó en ingresar, sus ojos recorrieron con rapidez la figura de Kay tras el escritorio, la camisa estaba desabrochada en la parte del cuello y parte de su pecho era vistoso, si no fuese por la excelente educación que se le dió desde niña para aprender a ocultar sus expresiones y sentimientos, el nerviosismo podría haberse reflejado en su rostro de inmediato.
ESTÁS LEYENDO
El destino de una princesa
FantasyEleonor vivía una vida común hasta que un accidente de tránsito cambiaría todo. Cuando despierta ya nada es lo mismo, ella ha reencarnado como una princesa del libro que leyó minutos antes de morir. Está destinada a ser asesinada, pero se prometió a...