Capítulo 26

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"¿Que hace este sujeto en mi cama...?"

No estaba bien de ninguna manera, ella esperaba llegar a dormir y descansar lo suficiente para empezar con su investigación.

<<Oh que tierno, vino a darte las buenas noches>> y entonces la voz de Deen se escuchó, era más que claro que se burlaba.

"No digas esas tonterías... supongo que vino a hablar sobre lo que pasó ese día" penso en la razón más lógica por la que Kay se encontraría justo allí "Aunque podría haberme mandado a llamar, no era necesario que viniera hasta aquí y mucho menos que se durmiera en mi cama."

<<Tal vez solo quería venir a ver como te encontrabas>>

La pequeña casi soltó una risa al escuchar a Deen, le pareció bastante cómico su comentario, porque era imposible. Kay no se preocupaba por nadie más que no fuera Arabella, claro que eso sucedería mas adelante, ahora estaban básicamente en la misma posición, pero nunca se sabe cuando las cosas podían cambiar.

Estaba a salvo por el momento, no había intensiones de llevarla a la iglesia, así que debía ser prudente y actuar con cautela.

"¿Debería despertarlo?" miro un poco más de cerca el rostro del emperador, tenía pestañas largas y arqueadas, de cejas pobladas y labios gruesos, además de una mandíbula marcada y pómulos sobresalientes "No entiendo como puede ser tan guapo... en mi vida anterior este tipo de rostros solo se veían en la televisión" penso aún analizándolo.

— Así que por fin llegaste — los labios del hombre se movieron y pronto sus ojos estaban abiertos, observo tan fijamente a Fiama que la pelirroja no pudo evitar dar un paso atrás asustada por la repentina acción de Kay — Sabes pequeña bestia, es irrespetuoso mirar a la gente mientras duerme — la pequeña se sonrojo un poco al oírlo decir esto; termino por levantarse sin quitar sus ojos de la niña — No es bueno que hagas esperar tanto tiempo a alguien que tiene responsabilidades por cumplir.

"Nadie te pidió que vinieras" dijo en su mente algo fastidiada por las palabras del pelinegro.

— Lo lamento, su majestad. Hoy fui a visitar a mi familiar a la torre de Lirys. Si hubiera sabido que usted vendría, habría pospuesto mi salida — la pequeña lo miró de forma educada.

Kay estiro un poco su cuerpo, no había dormido tan bien en años. Desde que se convirtió en emperador, el trabajo se había llevado toda su atención, claro que él era bastante bueno en lo que hacía y tenía tiempo libre, pero lo invertía en seguir mejorando el imperio. Lo máximo que dormía eran cuatro horas, después de ello su propio reloj biológico lo hacía levantarse y seguir con su día. No era sano, pero ya se había acostumbrado a vivir de ese modo. No estaba seguro de porque se sintió tan cansado cuando entró en el palacio de Siblas, solo sabía que necesitaba un lugar cómodo para dormir aunque fuera unos minutos. La energía mágica de Fiama lo lleva hasta el cuarto de la niña, donde su presencia era más fuerte. La habitación no era nada de otro mundo, las paredes eran de un tono oscuro al igual que las cortinas, el tamaño no era comparable al de un almacén de comida y habían muy pocos muebles dentro. Camino hasta la cama de la niña y sin pensarlo mucho se recostó. Tan pronto su cabeza tocó las almohadas el hombre se quedó dormido al instante y así estuvo hasta que anocheció.

— ¿Como estas de salud? — pregunto el emperador levantándose del sitio que se volvió bastante cómodo.

La pequeña tardó un poco en procesar la pregunta, no hubiera sido tan difícil si no se hubiera tratado de Kay. "¿En verdad vino para saber sobre mi?"

— Estoy bien, no debo sobreesforzarme y descansar bien es parte de mi recuperación — dijo mirando brevemente  su cama y regresando sus ojos a Kay — Eso es todo.

El destino de una princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora