—¡Violetta! ¡Violetta!—me reciben los gritos de los fotógrafos y periodistas ansiosos por hacerme el centro.—¡Aquí Violetta!
—No me sueltes.—susurra a Tiago y noto como refuerza su agarre.
—Nunca.—y poniendo una sonrisa en el rostro entramos en la boca del lobo.
Flashes aquí, flashes allá. Cámaras aquí, cámaras allá. Mis ojos pican y mis mofletes duelen de sonreír tanto.
Mi corazón late desbocado y escondo una mano en la espalda de Tiago para esconder el temblor de manos. No sé cuanto tiempo seré capaz de mantener la fachada de indiferencia y relajación.
Busco algo con la mirada, aún no sé qué es, pero cuando creo ver a Christopher a saludando a los últimos reporteros y entrando casi al hotel, lo llamo sin pensar.
El aludido, sorprendido por escuchar su nombre a lo lejos, se gira y su rostro pasa de tener una sonrisa radiante a fruncir el ceño en dirección a mi compañero.
Sin pensarlo dos veces, agarro la mano de Tiago y lo arrastro hasta mi jefe sin importarme que estemos delante de los medios.
—Hola, Christopher.—lo saludo con dos besos y él me responde de la misma manera con una tenue sonrisa.
—Estás arrebatadora, Violetta.—me susurra al oído con voz grave, haciendo que se me ponga la piel de gallina y me sonrojo.
Un carraspeo a mi lado me saca de mi ensoñación y noto el brazo de Tiago abrazarme posesivamente, pegándome a su lado y fulminando con la mirada a Christopher.
—Tu debes ser Tiago.—se presenta con una cordial sonrisa y tendiéndole la mano.
El ambiente se hace pesado y por lo que me parece una eternidad, creo que Tiago va a dejar a Christopher con la mano extendida. Por favor, no quiero hacer un papelón delante de los medios
—Sí y el novio de Violetta.—termina contestando estrechando su mano con fuerza.—Y tu debes de ser Christopher.—lo dice con tonito y contengo la respiración al ver la expresión dura del aludido.
—Sí y su jefe.—recalca con intención congelando una falsa sonrisa en sus labios.
Cuando voy a intervenir para romper este "ambiente" tan cargado, Cafiero, el reportero tan conocido, se nes acerca con una "deslumbrante" sonrisa y nos indica para tomarnos foto. Primero a los tres y luego a Christopher y a mí solos.
—Te veo adentro, pequeña.—habla en mis labios para, inmediatamente después, depositar un casto beso en ellos.
Cuando me posiciono al lado de mi jefe, este me aprisiona firmemente por la cintura y con la otra mano la mantiene guardada en el bolsillo de sus pantalones de tela, aparentando despreocupación.
Lo intento imitar y paso un brazo por su espalda mientras dejo el otro colgando sujetando el pequeño bolso sin saber que hacer.
—¿Estás bien?—pregunta inclinando su cabeza hacia mí.
—Sí,—respondo de la misma manera, tapándome la boca con el bolsito para que no me puedan leer los labios.—¿Por qué lo preguntas?
Alzo los ojos hacia los suyos y lo encuentro observándome con una mezcla de curiosidad y algo más.
—Porque te noto más tensa que un palo de acero.—bromea dándome un ligero apretón y me río disimuladamente.
—No me gusta estar delante de las cámaras.—confieso aún con el bolso tapando mi boca.
—Tú solo mírame y aparenta naturalidad.—me reconforta y con sus dedos me da leves caricias en la cadera. Eso no me está tranquilizando en absoluto, me está turbando.
ESTÁS LEYENDO
DOBLE MENTIRA
Teen FictionHan pasado cuatro años desde que la vida de su mejor amiga Angelique cambió radicalmente, y ahora es su turno de luchar por la vida que tanto anhela. Violetta Molina no lo ha tenido todo tan fácil. Estuvo metida en una relación que no terminó bien y...