Ardo en Deseo

Capitulo 4 FUNDIENDO NUESTROS CUERPOS ARDIENTES DE DESEO

Y llego el día tan esperado, estaba a la misma vez que deseosa de verlo, sentirlo, tocarlo, muy nerviosa, pues no sabía cuál sería mi reacción, no sabía si al verlo me iba a gustar más, o me dejaría de gustar, o si yo le gustaría, tenia miedo a ser rechazada por José Ángel, aunque me había visto sin maquillar, temía que al verme de frente se llevara una desilusión.

Yo esperaba impaciente en mi coche, cuando el llego por sorpresa, me temblaban las piernas, me lleve un cuadro para regalárselo, le encanto, no podía salir del coche, el ofreció su mano para ayudarme a bajar del vehículo, me quede frente a él, me sonrió y se le encogieron esos ojos verdes tan pequeños de forma que más pequeños se le hicieron, ¡me gusto la primera impresión, y lo bese... me lancé! El se sorprendió, no se atrevía, le pregunte si yo le gustaba, no me soltaba la mano —me encantas, eres preciosa...nos volvimos a besar en los labios, fue un beso delicioso y deseado por los dos.

 Todo el camino fue con su mano puesta en mi rodilla, y con la otra en el volante, me miraba más a mí que a la carretera, hubo un momento que le dije —mira a la carretera que nos estrellamos.

Me miraba, me sonreía, se mordía el labio inferior al observarme, y yo dentro de mi no cabía de emoción de saber que este hombre que me atrajo nada más verlo me deseaba tanto, dentro de mi sentía una emoción tal, que no podía creer lo que me estaba sucediendo, mi corazón latía a millón por hora, era como estar soñando despierta.

 Tras conducir durante unbuen rato, hablamos mucho sobre todo José Ángel, contándome su vida pasada,presente y planes de futuro junto a mí, cruzamos miradas suaves, aparcó en undescampado frente a un extenso campo y rodeados de montañas junto a un chalet que parecía estar abandonado,nos fuimos a la parte de atrás de la furgoneta, nos sentamos uno al lado del otro,nos miramos más intensamente y me lance a besarle, lo deseaba, el se emociono,casi lloro, estaba temblando en mis brazos, me despegue un segundo y le dije–estas temblando –me asintió con la cabeza, estaba totalmente emocionado.

Nos besamos con tal intensidad que me subió una quemazón por todo mi cuerpo que al instante ya estaba completamente húmeda en mi zona baja, sin haberme apenas rozado esa parte. Me metió la lengua hasta el fondo, jugó con ella de una forma que ya ni recordaba, la notaba por todos los lados de mi boca, la cual se humedeció al instante, jugó con mi lengua, dientes, cielo de la boca, maravillas hacia con ese músculo mojado, la subía hacia arriba y hacia abajo, en círculos, sin parar de besarme, metió sus manos rudas por debajo de mi vestido, y enseguida bajo a mi vulva,  se detuvo un instante para decirme —estas mojadísima, como te deseo. 

Me acomode en los asientos de atrás, me subí el vestido, el me ladeo las bragas ¡su miembro era descomunal! era grueso más bien ―¡todo eso era para mí!―José Ángel me miraba a los ojos mientras me embestía, mordía su labio inferior, lo cual me volvía loca de placer que hiciera ese gesto mientras me observaba, y entonces introducía su lengua en mi boca. Sus ojos estaban humedecidos por la emoción del momento, y me miraba con lujuria, seguía una y otra vez embistiéndome con la postura del misionero, subí mis piernas en sus hombros, lo cual aún le excito más hasta el punto de no parar de moverse encima mío cada vez con más intensidad, yo gemía de placer... lo que nunca había hecho. Se corrió encima de mi pecho. Yo disfrute, creí tener un orgasmo.

 Continuamos besándonos, abrazándonos, hablando de nuestras vidas, el no paraba de contarme cosas, yo lo escuchaba con atención al mismo tiempo que emocionada de estar a su lado, el me sonreía, me miraba, se mordía su labio inferior, me guiñaba un ojo mientras conducía, nos dirigimos a un paraje natural donde estuvimos paseando agarrados de la mano, no me importaba si me veían junto a él, estaba dispuesta a todo por este hombre, nos detuvimos, me abrazo, me beso y me dijo –te quiero –mirándome a los ojos.