¿Se puede caer más bajo que yo? ¿En qué o quién me había convertido? ¿Dónde estaba mi alma? Yena decía que las putas no tienen alma.
Yena me dijo también que enseguida prácticas un día en la calle, lo haces como el comer, ―¡todo el mundo sabe follar, Sara ―pero me resultaba muy difícil subirme al coche de un desconocido y hacer esto.
Trabajaba a pleno rendimiento, por el día y por la noche, quería pagarme la maldita operación, estaba convencida que si pasaba por el quirófano entonces tendría más oportunidades de encontrar un buen empleo, y necesita con urgencia mucho dinero para ello, pues a veinte euros el polvo, tenía que echar muchos polvos al día, y no era la única que había en aquella calle de sexo, éramos unas cuantas, y yo la más fea, y menos popular, me podían salir con ayuda de Yena, uno o dos polvos de veinte euros y cuatro o cinco mamadas a diez euros al día, con lo cual para pagar el alquiler, y comer me sobraba bien poco. Y no todos los días resultaban iguales, ¡esos eran los mejores y más productivos! habían días que una o dos mamadas nada mas, o incluso una y ninguna también, con lo cual era casi imposible sacar dinero suficiente para esa cirugía si apenas podía mantenerme con unos gastos mínimos, incluso no comía casi nada, no hacía más que vomitar cada vez que hacia esto.
Y dentro de lo que cabe nosotras éramos unas putas con suerte, puesto que no teníamos un chulo detrás aconjonándonos o pegándonos una paliza como otras, y por si fuera poco tampoco somos adictas a las drogas, o al menos yo, Yena sí le gusta la coca, está más enganchada, yo la he probado alguna vez, pero es un vicio caro que no me puedo permitir, solo de vez en cuando me tomo alguna copa en el club para desahogarme.
Por el día hacemos la calle en un polígono industrial abandonado donde hay dos calles bastante grandes, allí hay varios grupos diferenciados, las españolas con sus chulos, las españolas sin chulos como Yena y yo, ¡creo que somos las únicas!, y luego están las rusas y búlgaras grupos estos dos que se llevan a matar, de hecho ya han habido varias peleas muy chungas en las que más de una han salido mal paradas directas al hospital por algún pinchazo de alguna navaja.
Nosotras preferimos llevar un espray picante en el bolso, porque como dice Yena –si llevas navaja es más peligroso... te puedes pinchar tu misma.
Nadie se mete con nadie si hay clientes, cada una tenemos una zona, yo no traspaso la de las demás, y ellas no traspasan la mía, pero para llegar a este punto tuvimos que pelearnos con unas cuantas rusas, que son las más transigentes. Y ni que decir de los chulos de las españolas, ¡ni mirarlos! Los chulos de las rusas son mas bestias pero también más respetuosos con nosotras, será porque un día en una reyerta defendimos a una de sus chicas, y desde entonces nos miran mejor.
Los chulos de las españolas, hay uno en especial que no para de decirle a Yena que se vaya con ella, pero ella no quiere dejarme sola, piensa que yo no podría buscarme la vida sola, a mi no me lo proponen, me ven muy fea, y con poco beneficio, incluso han llegado a echarme estando en mi zona porque dicen que espanto a los clientes.
―¡Tu ni puto caso Sara!
―Ese tío te quiere en su zona... tarde o temprano lo conseguirá y yo me quedare sola...
Me cogió la cara con la palma de las manos y puso su frente con la mía –jamás te dejare sola, eres mi hermana –y aunque no fuese hermana de sangre, Yena me trataba como tal.
―Últimamente estas muy viciada Yena con la coca...
―Sara no eres mi madre... ¿cómo crees que puedo trabajar? ¿Crees que me gusta que me la metan esos cerdos? ... es una forma de pasar mejor el día... igual que tu cuando te pones hasta arriba de whisky...
―Vamos Yena, no es lo mismo alguna copa de vez en cuando para olvidar esta mierda, que estar metiéndote rayas todos los días.
Levanto el dedo y andando conforme se alejaba de mi lado por aquella calle del sexo me dijo muy enfadada –no eres nadie Sara, no eres mi madre Sara... ¡déjame en paz!
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Ardo en Deseo
RomanceSara es una mujer luchadora que vive una agonía constante en su vida personal, esto hará que se plantee su vida de nuevo y cambie todo aquello que cree que le perjudica, entrando en un bucle beneficioso para ella al mismo tiempo que peligroso, vivir...