Capítulo 17 SEXO EN EL ALMACÉN ENTRE POLVO Y CUADROS ¡Qué pillada! I parte

205 6 0
                                    


Conversación con Diego...

―Hoy, ¿has follado?

―Anoche con un chico, lo hice a través de videollamada

―Yo tuve que meterme en el baño y hacerme una paja, me corrí pensando en ti, Sara

Tras una temporada en la cual Diego se limitaba simplemente a enviarme postales de amor y no hablar absolutamente nada conmigo, entonces vino de repente con que si he follado, lógicamente formaba parte de nuestras antiguas conversaciones, pero no se si venia al caso a estas alturas seguir con este juego, y aunque sabia que Diego me quería no podía esperar que el abandonara a su mujer, una vida que había construido a lo largo de sus años y sobre todo lo importante que era para él guardar las apariencias, porque Diego le importa demasiado lo que dijeran de él, no podía dar un escándalo en la comisaría, ni con sus amigos y familiares ni el que dirán de un honrado, serio, famoso policía que se enrolla con una mujer más joven, y deja a su mujer por ella, un verdadero escándalo que Diego no podía permitirse, a mi me daban igual las apariencias, prefería eso a seguir viviendo siendo una infeliz.

No obstante tenia muy claro que no me hubiera lanzado a la aventura, sino que primero me separaría de mi marido, y tras un tiempo me hubiera ido a vivir con Diego para que no asociaran mi separación con cuernos, todo en su justa medida, no por mí, sino por mi hija y por Diego, pues a mi me daba exactamente igual lo que opinaran de mi, puesto que no estaba haciendo nada malo, solo amaba a un hombre, deje de amar a otro, y quería vivir mi vida, no la de nadie.

 Tras unos días de mucho estrés en los cuales tuve que ocuparme del casi cien por cien del trabajo en la galería, puesto que Otis estaba con un ataque de nervios terrible encerrado en casa tomando medicamentos para tranquilizarse, Roni me ayudo bastante en todo, por primera vez se veía que tomaba interés por trabajar, lo que ocasiono que nos viéramos más a menudo, aunque Roni intento en varias ocasiones tener sexo conmigo, lo rechace hasta que en una de ellas me pillo excitada y caí de nuevo en sus garras.

Ese día estábamos haciendo inventario en el almacén, se arrimo a mi en un pasillo muy estrecho donde apenas cabíamos los dos, me rozo con su entrepierna, llevaba un pantalón de chándal no demasiado ajustado, y bastante suelta su ornamenta, así que la note bien, eso hizo que mi cuerpo reaccionara en este roce, y claro Roni no se movió, se quedo inmóvil detrás de mi espalda tocándome con su bragueta mi trasero, de pronto tenía los labios de Roni en mi cuello, sus manos puestas en mi cintura amarrándome para que no me ladeara, yo respondiendo a todas sus caricias, me ladeo las bragas y se bajo los pantalones metiéndomela hasta el fondo por detrás, note su pene caliente y erecto dentro de mi tan profundamente que casi me desmayo de gusto,se balanceo varias veces primero despacio, y después fue acelerando la marcha hasta que conseguí en cuestión de minutos un orgasmo descomunal. Entonces bajo lentamente hasta alcanzar su boca en mi clítoris, me metió la lengua haciendo movimientos circulares y chorreando estaba cuando volví a experimentar otro intenso orgasmo.

Tras este polvo continuamos haciendo inventario en el almacén como si nada hubiera pasado, me di cuenta que cuando casi me estaba corriendo alguien nos observaba, pero no iba a parar en ese preciso instante porque alguien me estaba mirando, preferí terminar y disfrutar de mi éxtasis a pesar de la incomodidad de ser observaba, aunque tengo que reconocer que finalmente me dio morbo aquella mirada indiscreta, salí del almacén para atender esa visita, y cual fue mi sorpresa que era Víctor el hijo de Diego.

 Me miro con una bonita sonrisa y yo me sentí profundamente avergonzada en ese instante, a pesar de lo cual me había producido un cierto placer el ser observaba por Víctor mientras practicaba sexo con Roni.

Ardo en DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora