Mi Vida Un Caos

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En este momento mi vida es un completo caos, ¡supongo que no soy la única mujer en el mundo que tiene una vida así! Pero no puedo fijarme en los demás, ni tampoco vivir sus vidas, puedo ser muy empatia, de hecho lo soy, ahora tengo que mirar por mí de una vez por todas si quiero cambiar, o como mínimo alcanzar ser una estrella muy brillante en el cielo.
Mi nombre es Sara, tengo cuarenta y dos años, comparto mi vida desde hace veinte años con mi marido Tomás, y una hija de doce años que tenemos en  común. Pinta como una familia perfecta, y a simple vista lo parece,¡ pero las apariencias engañan!
Mi vida es una cárcel, quería ser pintora, de hecho tengo varios cuadros que según algunos expertos dicen que son buenos. Cuando estoy inspirada pinto, cuando estoy triste pinto, cuando estoy contenta pinto, cuando estoy excitada pinto. ¡Así que podría decirse que tengo una buena colección de obras pintadas por mí! La mitad de esos cuadros los tengo en casa de mis padres, y la otra mitad los he ido regalando a amigos y familiares, y otra parte la he ido acumulando en el trastero, pues Tomás al principio de casarnos me adapto una habitación en nuestra casa para que pudiera pintar, pero me dejó claro que lo hiciera por afición no para dedicarme profesionalmente, ya empezaba de hecho a vender algunos lienzos e incluso a exponerlos en salas de amigos pintores reconocidos. Tras dos años de matrimonio en el cual Tomás me permitió dedicarme profesionalmente a lo que yo quería, entonces mi marido decidió por mi que eso de girar de un lado a otro con mis cuadros, no era vida para un matrimonio joven como el nuestro que el me daría lo que necesitará, no hacía falta que yo trabajará en nada, que mi obligación era ocuparme de la casa y de nuestra hija. Por supuesto mi familia es lo más importante para mí, y mi hija lo primero, pero creo que me equivoque el tenerla tan pronto, ya estando en el altar, me había quedado embarazada y por eso las prisas de casarnos, no por mi, sino por mis padres que son muy religiosos no querían verse envueltos en un escándalo de esta envergadura para ellos. Mis padres son muy tradicionales, planearon mi boda con Tomás, el como también es un hombre tradicional, accedió de buen grado que nos casaramos, que era lo mejor no paraban de repetirme, que tenía que dar un apellido a su hija, ¡cuando hoy por hoy no hace falta casarse para hacer eso! En fin me vi en un callejón sin salida, casada con un hombre del cual creí estar enamorada, fui poco a poco abandonando la pintura y me dedique completamente a la crianza de mi hija, y a las labores del hogar, y en ratos libres casi imperceptibles y cuando Tomás se iba de viaje aprovechaba para dedicar unos momentos a mi gran pasión pintando lienzos que sacaban lo mejor de mi, recordando aquellos instantes de felicidad momentánea donde encontré en Tomás un amante inigualable, todo seguramente porque fue el hombre que destrono mi virginidad. Tenía veinte años y no había conocido a hombre que me tocará una teta, más que Tomás, fue el primero y el único. Esa primera vez la recuerdo con nostalgia y al mismo tiempo como la peor experiencia de mi vida sexual, ¡me dolió, me sangro...! ¡Que horror!, ¿placer? ¡Siii, para él!
Fue en un descampado, aparco su coche, me subió la camiseta, descubrió mis tetas, las chupo un poco y enseguida me ladeo las bragas subiendome la falda que llevaba puesta, y la metió, yo note una cosa viscosa y dura  dentro de mi vagina, que en ese momento no podía describir, nunca había metido nada en mi interior, así que fue una experiencia rara para mí, el hizo unos gestos también raros y un gemido como - ahhh, ahhhh, yaaaa! Le pregunté - ¿ya que? Y años posteriores me entere que fue que se corrió, es decir, un orgasmo, ¡ni idea de lo que eso significaba! De hecho con Tomás rara vez he sentido eso de correrme, solo una vez lo experimente, y me dije ahora entiendo eso que hace mi marido cuando dice -¡ahhhh, ahhhh, yaaaaa!

Ardo en DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora