Capitulo 5 TEO AMANTE A LA FUGA ¡A MEDIAS ME QUEDE!

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En cuanto vi a Teo me pareció...¡un hombre atractivo!, sabía que lo era, verlo así de cerca me lo pareció aun mas, se me olvido lo cabreada que estaba con José Ángel, bueno solo una parte, quizás parte de ese cabreo hizo que aceptara finalmente esta cita sexual con Teo, pero desde luego no me arrepiento de ello, seguía tambaleándome de un lado a otro, estaba supernerviosa, no quería que él me lo notara, entonces para disimular se lo dije al montarme en el coche ¡estoy nerviosa que lo sepas, seguramente diré alguna tontería, perdóname de antemano! —Teo se echo a reír y me dijo que él también estaba nervioso, incluso más que yo. Un tío tan seguro como Teo, ¿más nervioso que yo? Pues eso de cierta forma me tranquilizo.

 Tras dar un montón devueltas por el bosque entre conversaciones de trabajo nada interesantes,rayando su coche con ramas de árboles y matojos que se metieron bajo elvehículo, pasando por caminos pedregosos... al fin tras más de media horaconduciendo, aparcamos en un descampado en medio del monte rodeado de pinos,parecía un buen lugar fuera de miradas indiscretas.

Me baje a estirar las piernas, Teo se acerco a mí, y entonces se lanzo a besarme, primero me dio unos besos en los labios muy tiernos, y luego me metió la lengua hasta el fondo ¡tengo que decir que me gusto mucho su forma de besarme, denotaba que estaba encantado de estar conmigo, y yo por supuesto con él!, eran besos románticos y apasionados a pesar de tener en cuenta en mi mente que tan solo era un rollo con una mínima esperanza de que yo significara algo mas para Teo, dadas las conversaciones mantenidas por ambos en las que me había confesado que sentía algo más que una simple atracción hacia mí, y de hecho estando allí conmigo hizo planes de un futuro inmediato en el cual planifico de vernos el próximo día en un hotel, plan que también me había notificado por teléfono mientras chateábamos haciendo sexo cibernético, otro día incluso me propuso irnos a pasar el día a un balneario, esto último lo propuso de nuevo tras tener sexo con él.

 Tras unos preámbulos sexuales fuera del coche, comenzó a meter su mano por debajo de mi vestido ¡bien lo estaba deseando!, que subiera de intensidad este momento de placer. Para evitar miradas indiscretas decidimos entrar en la parte trasera y acomodarnos, le desabroche la camisa mientras nos besábamos, le bese el cuello y detrás de las orejas ¡Teo estaba a tope!, no paraba de gemir ¡la primera vez que un hombre gime tan fuerte delante mía! Lo que hizo que supiera que estaba gozando conmigo, eso me alentó más para continuar con el siguiente paso... le desabroche los pantalones y dado el poco espacio del habitáculo intente ser lo más sexy posible al quitarme el vestido, me acerque a su pene y lo metí en mi boca, no sin antes pasar mi lengua por el glande, el seguía gimiendo y no paraba de decir —¡qué gusto... ufff... que gusto, siii! —yo sabía que esto lo volvería loco, pues tras varias conversaciones telefónicas sabía perfectamente sus gustos sexuales. Parecía que hacía tiempo que nadie se la metía en la boca, su mujer no le gustaba chupársela, debía de ser eso.

Yo estaba aún en ropa interior y mojadísima, Teo excitadísimo con su polla en mi boca, pero no avanzaba él en tocarme y desnudarme, levemente me chupo un pezón, lo besuqueo y poco mas, así que llegado a este punto yo necesitaba meterme algo en el coño, le incite a penetrarme, y me la metió, no sin antes correrse fuera , parte del esperma lo echo en el sillón, y se preocupo mas de haber manchado el coche que de terminar de hacer el coito, dejándome súper excitada, la metió otra vez, pero claro se le quedo un tanto flácido el pene, pero entro bien, y yo sentí un placer descomunal, ufff, deseaba que se moviera, el se puso encima y yo me movía exasperadamente.

Una llamada de teléfono nos interrumpió, yo le pedí que no lo cogiera, él temeroso de que fuera llamada importante de trabajo lo cogió interrumpiendo de nuevo el coito, ¡y yo súper a tope de excitada! me dijo que se tenía que ir urgentemente le habían llamado de la oficina, un cliente lo esperaba, yo le dije que nos íbamos pero primero que terminara de correrme, el se negó, me dejo literalmente a medias, —es un momento Teo, estoy a punto... —pero se puso nervioso, comenzó a vestirse y me corto el rollo, yo me quede vamos hecha polvo.

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