Capitulo 16

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Mehgan estaba segura de que estaba perdida.

No tenía su celular con ella, y tampoco sus pertenencias. ¿Cómo había perdido la noción del tiempo y el espacio tan fácilmente? Daba igual, ya estaba en un aprieto y tendría que salir de él solita.

El largo sendero por el que vagaba no tenía fin, literalmente. Podía verlo extenderse hasta donde sus ojos alcanzaban. Y aunque la neblina no había disminuido para nada durante todo el camino, las plantas a los lados sí que habían cambiado mucho. Antes eran verdes y brillantes, y ahora se tornaban marchitas y secas. El verde delas hojas era oscuro, triste, sin vida.

Y el camino seguía. Y ella aún estaba sola. Era incómodamente nostálgico.

— ¿Hola?— murmuro, sin dejar de caminar. Nadie le respondió. Ni el cielo gris, ni las plantas marchitas. La niebla le impedía ver algo más allá. Era frustrante. — ¿¡HOLA!?

Su voz hizo eco por todos los alrededores, como si estuviese atrapada en un ducto o una tubería. Aun así, no dejo de moverse. Sus pies descalzos no dolían, ni estaban cansados. En realidad la tierra árida no le molestaba para nada. Y la niebla no le causaba frio. En realidad, lo único que podía saber a ciencia cierta era que había agua cerca, como un lago, un rio, o el mismo mar, y que debía seguir caminando. Ni siquiera podía cuestionar porque. Solo lo hacía.

Un sonido confuso la hizo girar la cabeza. Provenía de atrás. Trato de ignorarlo sin dejar de caminar, pero el sonido se repitió, esta vez venia de la izquierda. Mehgan estaba comenzando a pensar que había alguien más con ella por ahí. El sonido se repitió, duplicándose desde distintos ángulos con un extraño eco doble. Ella siguió caminando, ignorándolo. Solo tenía que llegar, no podía sucumbir ante ningún factor externo que le impidiera seguir su camino. Solo debía seguir. Solo debía llegar...

¿A dónde?

Se detuvo de golpe.

¿A dónde?

Sigue caminando.

¿Por qué? ¿Para qué? ¿Cuál es el fin?

No lo hay. Solo ve. Corre. No te detengas.

Detente. Vuelve. Te están esperando.

Ven hacia mí. Camina hacia mí. Sostenme. No te detengas. Gira.

Mehgan apretó los ojos. ¿Qué? ¿Qué estaba sucediendo? Las voces venían de todas las direcciones, de todos los lugares al mismo tiempo, asfixiándola, mareándola, volviéndola loca. Jadeo, y dio un mínimo paso atrás. Las voces se agitaron.

¡No! Ven hacia mí. Sigue mi voz. Estoy muy cerca. Estoy muy cerca. Estoy aquí. Estoy contigo.

Vuelve. Te esperan. Te necesitan.

Lycans II: ApocalipsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora