15. ¿Coincidencia?

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Annelien se quedó dormida casi frente a Delilah quién estaba confundida al ver el repentino cansancio de la Alpha.

- ¿Ella está bien? - Koen y su hermana entraron casi sin preguntar a la habitación, y el Alpha sacó un par de pastillas de un pequeño maletín que llevaba con él, Hein los observó extrañado en un rincón.

- ¿Necesitan agua? - Delilah les tendió un vaso, y casi con mucha ternura Koen tocó suavemente el brazo de Anne.

- Necesitas beber esto. - Un poco adormitada la Alpha bebió lo que él Alpha le tendió y por la confianza que Annelien le daba a ese Alpha, Delilah se preguntaba si era él, el padre del cachorro que cargaba la Alpha en su vientre, pero con ponerlo fácilmente sabías que sí, era un Alpha híbrido.

- Gracias. - Murmuró la Alpha después de beber lo que le habían suministrado, pero el cansancio pudo más con ella por lo que volvió a dormir.

- ¿Por qué? -

- Es un embarazo de un híbrido. - Decía Koen obvio, recordando que aunque a su madre lobo nunca le fue problema, a una madre felino si que le traería problemas adicionales.

- ¿Qué pasa con eso? - Hein que había estado al margen se sintió curioso de repente.

- Ella es un felino, puede que sea una Alpha, pero aún así su tamaño no es el adecuado para cargar un canino. - Aclaró Koen.

- Agregándole a ese hecho el que sea el cachorro de un sangre pura, increíble. - Susurró Delilah, ahora si estaba con aún más curiosidad sobre el padre. - ¿Hay algún tipo de peligro? -

- Eso es una posibilidad. - Admitió Koen. - Pero confiamos en que a medida el cachorro se desarrolle su cuerpo se vaya adaptando. -

- Tienen razón, bueno los dejamos por hoy. - Hein fue el primero en hablar. - Las habitaciones a su lado son suyas también. - Ambos Hein y su madre se retiraron de la habitación.

Koen y Ria, se aseguraron que su Alpha estuviera cómoda, sería un embarazo duro para ella, sobre todo al hacerse cargo de todo sola, pero para eso estaban ellos allí, para aliviar su carga.

- Es asombroso, ¿Verdad? - Le preguntaba Hein a su madre quién asentía siguiendo a su hijo hasta el despacho principal.

- ¿Qué cosa? - Preguntó Jerome al haberlos escuchado cuando hablaban.

- El cachorro híbrido que nacerá de la Luna de los Lyyov. - Mencionó Hein. - Además en su estado no creo que esa Luna y Alpha sea un problema para nosotros Jerome. Créeme no van a estorbarnos si quiera. -

- ¿Porqué? - Preguntó Jerome con el ceño fruncido.

- El cuerpo de la Luna no es el adecuado para la cría híbrida. - Jerome enarcó una ceja, deduciendo entonces la razón por la que el simple cuerpo de la felina se había vuelto voluptuoso con rapidez.

- No nos incumbe de todas maneras y mientras no se meta con mi manada, todo estará en paz. Ahora sólo tengo que arreglar un par de serios problemas. - Decía recordando a la beta con aroma a fresas y frambuesas batidas que le había robado a su primogénito.

- ¿Qué problemas? - Preguntó con curiosidad de pronto Delilah, sirviéndose un último vaso de licor en la noche, antes de ir concebir el sueño.

- No creo que sea importante que lo sepas Delilah. - Decía sin importancia Jerome, más la risa fastidiosa de Hein dejaba ver otra cosa.

- ¿Por qué? -

- Sólo quiero que siga manteniéndose en secreto. - Manifestó. - Simplemente si conoces a una beta con aroma a cerezas y fresas batidas quiero que me lo digas. - El ceño de Delilah se frunció.

- ¿Para qué la quieres? -

- Me ha robado. - Por el odio que escupía su sobrino al hablar de esa mujer, algo le decía que le tenía incluso más odio que a su ex novia Omega infiel.

- ¿Qué es eso que te ha robado? -

- No es necesario entrar en detalles. - Bramó molesto, su tía suspiró.

- Esta bien, pero ¿Cómo es ella? - La pregunta le hizo recordar a Jerome esa noche, y aunque no fuera un grato recuerdo, recordó detalles de aquella "Beta" insolente que le había robado.

- Ojos negros, piel clara. Cabello negro y largo. Tiene un maldito lunar en el hombro izquierdo, y tiene dos lunares en el muslo derecho. - Delilah no ocultó el rostro de sorpresa, eso quería decir que la última mujer que había dormido con el Alpha se había atrevido a robarle e iba a terminar muerta.

- Pies y manos pequeñas, labios carnosos. Nariz pequeña y mejillas abultadas. - Suspiró molesto intentando ignorar el enorme bulto en su pantalón, pasando sus enormes manos sobre su rostro, tratando de olvidar ese exquisito recuerdo.

Hein frunció el ceño, pensando en que la mayoría de felinos eran así,  y sólo quedaba una pequeña manada, y la única mujer que conocía con esas lindas características era una Alpha, no una beta, además era Luna. "Coincidencia" pensó fugazmente intentando sacar la imagen de Jerome y Annelien de su mente por que ni en millones de años esos dos Alphas de mal humor soportarían estar cerca el uno del otro.

- Ok, te informaré si conozco a alguien. - Delilah se llevó su tragó con ella.

Last Pure Alpha ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora