3. La humillación es un chiste.

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- Interrumpiste. - Negó Annelien con molestia a Koen, porque realmente le parecía un buen Alpha para ella, tal vez si hablaban más se establecían citas o algo para conocerse.

- Créeme no quieres emparejarte con ese. - Negó Koen, él no era un idiota como para dejar que el Alpha pareja de la que sería su Luna fuera un narcisista rencoroso.

- ¿Cómo? -

- Es la mano derecha de Jerome. - Le comunicaba Koen, era una suerte que estuvieran en el jardín exterior porque podían comunicarse más tranquilamente.

- ¿Y qué con eso? -

- ¿Qué con eso? Créeme no vas a querer tener que lidiar con ese Alpha arrogante con el ego más alto que la Luna. -

- ¿Entonces? -

- No te emparejes con nadie de esa manada. Sé lo que es mejor para ti. - Annelien estaba segura que había escuchado esa frase antes.

- ¿Sabes algo que yo no Koen? - Lo escuchó tragar, pero negó de inmediato queriendo parecer seguro. - Habla ya por favor. - Pidió otra vez.

- No es... - A pesar de ser más pequeña Annelien era lo suficientemente fuerte como para tomar del cuello a su protegido, y levantarlo lo suficiente como para intimidarlo, los tacones no hacían estorbo para levantarlo del suelo por el cuello.

- Habla ahora. - Pidió utilizando su voz de Alpha, viendo seriamente a Koen.

- Tu madre, la Luna... - Respiró fuerte.

- ¿Qué pasa con ella? -

- Ella vió tu futuro... -

- ¿Y? - Apretó más su cuello para que hablará.

- Cachorros sangre pura, dijo que tendrías cachorros sangre pura, con uno de esa especie... Por eso no dejaré que te juntes con... - Tosió fuerte y Annelien tuvo que soltarlo para que hablará bien. - No te dejaré emparejar con cualquier Alpha... -

- Sólo con un sangre pura. - Annelien se abrazó a si misma ante la información que había adquirido, creía en su madre, sabía que ella siempre tuvo razón. - ¿Y me lo dices hasta ahora? - Lo miró mal de brazos cruzados. - Hubieras enviado cartas sólo a los sangre pura. 

- Sólo hay dos solteros. - En este continente. Ella frunció el ceño y le presto atención.

- Jerome y su tío Hanns. -

- ¿Qué? Jerome no está soltero. -

- Hasta que no marque a su Omega lo va a estar. -

- Hanns va a morir más temprano que tarde, ese viejo... -

- Podemos emparejarte a Hanns. - El rostro de desagrado que tenía Annelien era una joya completa.

- ¿Tengo que casarme con un viejo? -

- Lo más seguro... -

- Y debo dejar que me embarace. - Se lo decía más a si misma para asimilar la bendita situación. - Luna dime que es una broma. - Suspiró molesta. Koen suspiró también y arreglo su corbata que estaba desaliñada.

- Estuve hablando con él hace un rato sobre la situación, y dijo que estaba bien por él, que se haría cargo de ti como tú pareja, aunque no se haría cargo de tu manada. -

- ¡Perfecto! - Exclamó Annelien molesta. - Ya que... Hagamos el contrato o lo que sea. Me lo hubieras dicho desde un principio para no venir vestida así. - Murmuró ella muy molesta.

- Era para atraerlo. -

- ¿En donde está? -

- Dentro con sus parientes. - Decía Koen, y ella tuvo que suspirar recoger paciencia de donde no la tenía, para cuidar de su manada, así que a paso seguro se dirigió otra vez a la entrada del gran salón, efectivamente estaba con el resto de sus familiares tan guapos enfundados en su carísimos trajes de diseñador que lo hacían no sólo ver elegantes sino irresistibles.

Last Pure Alpha ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora