40. Ojos plateados.

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- ¿Entonces no habrá ningún tipo de problema? -

- Claro que no. - Negaba el doctor en el consultorio, observando los cachorros en la pantalla del monitor. - De hecho debería decir que han crecido muy bien. - Decía el Doctor calculando el peso de cada uno de los cachorros en la barriga de la bonita Alpha Felina.

- Bien. - Decir que el orgullo de Jerome no estaba por los cielos sería mentir.

- ¿Podría dejar esas horribles vitaminas entonces? -

- De hecho si quieres, eso es posible. Esas vitaminas ayudan más en la etapa temprana del embarazo, estoy seguro que eso ya ha pasado. - Decía el Doctor, pensando en hacer una nota para los nuevos cuidados.


- Creo que necesito un batido. - Decía la Alpha en el regazo de su Alpha mientras le ayudaba con un poco de su trabajo.

- ¿Quieres que te haga algo de comer? - Ella negó levantándose con un poco de dificultad, extrañamente desde el día anterior había tenido pequeños dolores, pero había evitado decirle a su Alpha quién al ver en su rostro la molestia, preguntó.

- ¿Estás bien? - Ella asintió intentando no preocuparle, pero aquella sonrisa llena de agobio era más sincera. - ¿Segura? Podemos ir al hospital. -

- El Doctor ya debe estar en su casa. -

- Me importa poco que ya este en su casa, para eso le pagamos. - Ella carcajeó un poco. Pero de camino a la cocina, el charco en sus pies decía otra cosa. Observó a su Alpha alarmada.

- Tranquila cariño, todo va a estar bien. -

- Acabo casi de orinarme encima sobre la alfombra ¿Cómo va a estar bien? Vamos a tener que cambiarla. - Negó molesta, quejándose por lo bajo con el dolor que tenía casi adherido ala espalda, era un dolor agudo y punzante, en donde sentía que su columna vertebral casi se partía en dos.

- Es el líquido para ya... Voy a matar a alguien si no me contestan. - Rugió Jerome quién hacía una llamada al hospital con su celular en una mano, mientras que con su otra mano sujetaba fuerte a su Luna. Dirigiéndose hacia el exterior, conduciría el mismo, si el chofer no estaba por ahí.

- Jerome, duele. - El gemido de dolor de la Alpha lo descolocó. Si iba a conducir, o la llevaría en su forma lobuna de ser posible.

El camino al hospital fue caótico para el Alpha quién intentaba controlar a su lobo y enviarlo hasta el fondo, porque sino iba a salir, y nada bueno saldría de eso.

- ¿Quieren que los maté? - Jerome casi le arranca la cabeza al enfermero que intentó sujetar a su Luna. Él la llevo en brazos hasta donde otra enfermera le indicaba.

- Vas a estar bien cariño. - Susurró él intentando consolarle, pero la verdad era que su pequeño cuerpo de felina no estaba hecho para esos cachorros de lobo.

- Alpha creo que aquí estará bien. - La colocaron sobre una camilla, donde fueron corriendo al quirófano que preparaban para Luna.

Jerome no iba a poder despegarse de su Luna hasta que supiera que estaba fuera de peligro.

- Alpha va a tener que calmarse, o si no lo sacaremos a la fuerza. -

- ¿Como? - Estaba a punto de lanzarse sobre el enfermero sino fuera porque el Doctor le lanzó un tranquilizante con ayuda de los demás. Los cachorros vendrían al mundo con la presencia de su padre medio acontecido por los sedantes, porque sino su lobo no los dejaría trabajar sobre Luna tranquilos.

Jerome escuchaba cada uno de los jadeos, y chillidos de agonía de su Alpha estaba por recuperarse en la sala del quirófano y tal vez arrancarle la garganta al Doctor, pero este fue aún más rápido al ponerle frente a él, a un bebé en frente, comenzó a llorar a todo pulmón moviéndose en los brazos del doctor como si su vida dependiera de ello, claramente sacando la fuerza de su padre.

- Alpha, es una niña. - Su mundo casi cae a sus pies al escuchar ese llanto, aquellos ojos plateados en la pequeña eran un rasgo fuerte de los Ashka se parecía mucho a su madre incluso, pero esos ojos de los Ashka decían que dominaría el mundo algún día justo como su padre si se lo proponía.

La sujetó con una sonrisa en sus labios, e intentaron que saliera de la habitación, pero para nada que saldría, así que decidieron continuar con la cesárea de emergencia.

Last Pure Alpha ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora