Final.

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Capítulo Final.

- Y aquí es donde yo crecí. - Murmuró la Alpha con una sonrisa a sus pequeñas de 3 años.

- Que bonito mami. - Ambas lobitas sonrieron. Al ver el lugar lleno de tantos felinos.

La pequeña manada de los Lyyov si había cambiado, había prosperado bajo el cuidado de los Ashka, que aunque no eran una manada independiente si que poseían cierta autonomia.

- ¿No vamos a quedar aquí, Mami? -

- Ojalá pudieramos, cariño. - Le susurró la Alpha besando a su hija mayor Malori, mientras que Belle su hermana idéntica asentía, a Annelien aún le daba cierta nostalgia pensar en como había vivido ahí con sus padres, pero estaba más que feliz con sus responsabilidades en la mansión de los Ashka.

- Sólo serán unas pequeñas vacaciones. - Decía Jerome saliendo de la camioneta con su hijo menor felino en brazos, un Alpha increíblemente astuto, pero más parecido a su padre que a su madre.

- ¿Porque papi? -

- Su madre necesita pagar ciertos intereses por una deuda. Cosas que no entenderían niños. - Río su padre guiñandole un ojo a su pequeña Luna Felina que rodaba los ojos.

- Tu no sabes si voy a querer pagarlos. - Negó ella llevando a sus cachorras en brazos, mientras que su Alpha abría la puerta de su antiguo hogar.

- Oh claro que vas a pagar. - La Alpha dejó que sus cachorras bajarán a curiosear por ahí, eran muy fuertes.

Sus tres cachorros sangre pura eran en realidad los últimos sangre pura en todo el mundo, aunque no los últimos de su matrimonio, porque el pan ya se estaba haciendo mientras el Alpha se quejaba de cuanto quería más cachorros, y aunque el intento no lo mortificaba, la espera un poco si.

Su Alpha era muy impaciente.

- Oh Hola Luna. - Koen tocó suavemente y entró a la casa justo tras ellos. - Alpha. - Hizo una pequeña reverencia.

- Koen. - Le abrazó Luna con alegría de verle. - ¿Cómo está Ría? -

- Nerviosa, la boda la tiene un poco nerviosa. - En realidad los Alphas habían viajado más por la boda de su amiga que por vacaciones.

- Me lo imagino. ¿Qué hay de ti? - Todos los Alphas hablaban entrando al antiguo despacho de su familia en esa vieja casa.

- El embarazo en mi beta le sienta bien, además sólo venía a dejarle personalmente unos informes. -  Ella los recibió con atención, dándoles una ojeada rápida, en resumen su manada estaba mejor que nunca.

- Creo que mamá tenía razón. - Sonrió Anne viendo a su Alpha colocar a su cachorro adormitado en un sillón frente a ellos para poder vigilarlo.

- ¿Con que Luna? - Preguntó Koen.

- Su premonición... -

- Ahh ¿Algo sobre tú manada? - Jerome preguntó sentándose un momento en una de las sillas de madera y cuero del despacho.

- Dijo algo sobre que los Lyyov tendríamos una vida mejor luego de tener a mis tres cachorros. - Decía Annelien sentándose en el regazo de su Alpha con una sonrisa.

- ¿Ah? - Koen frunció el ceño. - ¿Como? Luna creo que tal vez no le mencioné bien ese día, pero estoy seguro que dije más de cuatro cachorros. - Decía emocionado Koen.

Jerome volteó a ver inquisidoramente a su pequeña y preciosa Luna.

- ¿Como? -

- Sobre eso... Creo que es mejor que nos dejes a solas un momento. -

- Como deseen Alphas. Ah y es honor tenerla de regreso Luna. - Decía Koen con una sonrisa sincera.

- ¿Más cachorros? - Preguntó su Alpha queriendo luchar contra sus hoyuelos que querían formarse.

Porque había estado malditamente esperándolos como un condenado. Había querido más cachorros y pensó por un momento que la Luna iba a condenarlo por haber sido un necio con su Luna cuando la conoció.

- Creí que querías más cachorros. - Decía Annelien.

- Quiero más, pero yo también escuché sobre tres cachorros nada más. - Él había dicho.

- Pues quizá vengan más en camino. - Ella río intentando ocultar su rostro de su Alpha.

- ¡¿Como?! -

¿Cómo era que él era tan despistado en esas cosas? Tocó su vientre con cuidado luego de levantar suavemente su blusa, y alcanzaba a sentir aquel pequeño latido viajando a través de su piel. - Sabes que mereces un par de nalgadas por decirme lo antes ¿Verdad? -

- Anda Alpha, puedes hacer lo que quieras y sabes que no soy culpable de nada. -

- Voy a llamar pronto para ponerte en control. Y luego tal vez a la hora de ir a dormir, te dé lo que te mereces. -

- Eso me suena a que dormiré muy, muy bien. - Río ella viéndolo con esa mirada descarada y provocadora.

- Siempre te sales con la tuya. -

- ¿Qué esperabas? Soy una Alpha, no merezco menos. - Le dió un suave beso a su Alpha mientras acariciaba con cariño la marca de pertenencia que su Alpha tenía tatuada en el cuello, y que en realidad era su punto débil al éxtasis.

Jamás la vida podía ser mejor para dos Alphas tan unidos, incluso más allá de la muerte.

🔥❤J&A❤🔥

Forever.

Last Pure Alpha ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora