5. Degenerado.

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- ¿Te vas a casar con esa Alpha? - Preguntó Hein asqueado a su tío, y este asentía mientras en su lugar Jerome con su abrigo de piel se dedicaba a escuchar caminando lentamente por el bosque con ellos también.

- Ha sido una grata oferta la verdad. -

- Es degenerado. - Habló Hein, porque a él le gustaba la Alpha y aunque no para algo serio, si lo suficiente como para algo que lo entretuviera un tiempo.

- Ella sólo lo hace por tu sangre y poder. - Habló Jerome con molestia en su lugar, de alguna manera imaginar a la Alpha casada con su tío era asqueroso.

- Por mi sangre, poder o lo que sea, creo que es una buena Alpha con la que pasar mi vejez. - Decía Hanns porque de alguna forma sabía que pronto moriría. Jerome suspiró.

- No pienses que algo cambiará si te vuelves un Alpha de esa manada, yo sólo velaré por los míos. - Afirmó Jerome.

- Esta decidido entonces. Ella respondió la carta. Nos casaremos en tres semanas en su mansión, ¿Quieren acompañarme como chaperones? -

Jerome estaba por negar, pero se lo pensó mejor al recordar el delicioso aroma de la Alpha, uno escandaloso, demasiado, tanto o más que el de su novia Karya, y aunque una vez llegó a percibir un aroma así en una Omega décadas antes, cuando quiso hacerla suya ella tuvo miedo y se quito la vida, ese fue el trágico final de su pareja destinada... Si bien nunca la amó, él vacío ya estaba ahí.

Así que acompañaría a su tío sólo para cerciorarse de que quizá si se había equivocado juzgando mal a la Alpha.

- Sólo nos quedaremos allá por dos o tres días. - Hein sonrió, volvería a ver a la bonita Alpha.

●•●•●•●•●•●

- ¿No es muy poco? -

- Lo justo. - Mencionó Annelien a penas terminando de maquillar sus mejillas.

- Quería que usarás un vestido enorme de novia cuando te casaras. -

- Este no va a ser un matrimonio normal así que no tiene sentido alguno. - Dijo Obvia Anne.

- Aún así... - Ria en cambio parecía deslumbrante con ese vestido al cuerpo que llevaba puesto.

En la mañana había llegado Hanns y unos pocos familiares que se habían instalado en la casa, en quien sabe donde porque Koen y Ria se habían encargado de eso, debido a que en realidad a Annelien le importaba muy poco quienes estuvieran presentes en la dichosa pequeña boda.

- Ya es hora, los testigos y abogados ya están aquí. - Afirmó Koen.

- Ya voy. - Annelien llevaba un vestido corto blanco, que dejaba apreciar su linda figura, tenía un poco de encaje, y escote que apenas dejaba ver su cuello donde tendría una marca pronto.

Todos en la parte de abajo apenas apreciaban unos pocos decorados. La familia de Hanns, todos los pocos Ashka que los estaban acompañando veían como una hermosa chica con cuerpo de Omega descendía escaleras abajo de la mano de el Alpha mano derecha de la Alpha, pero tras de ellos bajaba muy lentamente la Alpha en sí, una muy hermosa si te detenías a verla en realidad.

Annelien tuvo que evitar las miradas curiosas de los familiares de Hanns, sobre todo la mirada asesina que tenía Jerome contra ella. No sabía si era porque ambos eran Alphas, pero parecía que de verdad quería matarla y la novia de Jerome a su lado tampoco ayudaba.

Decidió ignorarlo con todo el cinismo que pudo mostrar y le sonrió al muy viejo Hanns quién le ofreció amablemente su mano.

Un matrimonio por amor y poder, pero no egoísta sino que verdadero a amor hacía los suyos, ella no se casaba con ese anciano porque anhelará dinero y poder que ella no tenía sino que deseaba cuidar de su pequeña y apenas sostenible manada, como Alpha estaba dispuesta a hacer lo necesario.

Luego de firmar, y que casi oficialmente fuera su esposa, Hanns beso sus mejillas, y aún así la incomodidad de parte de la familia de Hanns era extrema. Era extraño ver casándose a un anciano con siglos de vejez y una joven que quizá tenía malas intenciones con él.

Apenas se hicieron los últimos detalles y las pocas personas se dispersaron cuchicheando en el salón de la mansión de Lyyov.

Last Pure Alpha ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora