39. Marca.

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Suave mención de relaciones sexuales... Pasa al siguiente cap si no te gusta.

- Annelien, no me tientes. - Ella reía mientras se sentaba sobre su Alpha esa mañana, se había encargado la noche anterior de llenarlo de cansancio para que durmiera como un cachorrito y durmiera profundamente.

- ¿Qué pasa si sólo quiero tentarte Alpha? - Preguntó su Alpha con una mirada coqueta. Levantando el vestido de pijama que llevaba puesta, era uno corto y muy seductor aún con su barriguita.

- Annelien, tenemos que desayunar y tienes que tomar tus vitaminas. - Suspiró él y cuando intentó moverse para quitarla de su torso, y llevarla para ingerir algo de alimento antes de una fuerte sesión de sexo duro, fue entonces que se dió cuenta delas cadenas a su alrededor, en sus brazos y sus piernas. - ¿Qué diablos estás haciendo? -

- Ayer no hicimos todo lo que yo quería hacer. - Dijo con un puchero, y él suspiró.

- Vas a matarme. - Se quejó su Alpha, viendola a los ojos seriamente. - ¿Quieres jugar un poco? - Anne asintió con una sonrisa en sus labios. - Adelante, pero yo no me moveré, estoy agotado. - Aquella no era del todo una mentira, él podría romper las cadenas si quisiera, pero quería ver hasta donde los llevaban los deseos de su Luna.

Cerró los ojos con fuerza, al sentir la mano alrededor de su miembro, su Alpha respondía con rapidez a las dulces feromonas de cerezas y fresas batidas de su Luna, una ola de calor lo golpeó al sentir aquel estrecho interior de su Alpha hermosa, iba a matarlo, Joder.

Casi se desmaya de éxtasis al ver como su deliciosa Alpha lo montaba con la ropa puesta, aunque dejando ver a su Alpha en donde estaban unidos, sus muslos estaban desbordantes de delicioso néctar de vida que quería probar, sus pezones estaban endurecidos y rebotaban a pesar de que estaban sensibles el sólo quería engullirlos.

- Anne, vas a... - Ni siquiera lo dejó hablar cuando su Luna le tapó la boca con fuerza, y él dejaba que su pequeña disfrutará del control que aunque no tenía, pensaba tener.

Ella lo cabalgaba fuerte y decidida, disfrutando del vaivén y del contacto, de su grueso y robusto miembro, que había sido hecho para llevarla a las estrellas y de vuelta con cada jodida y fuerte estocada.

- Justo ahí. - Gimoteaba su Luna empalando ese enorme miembro como una roca en sí misma, le encantaba tener el control, y someter a su Alpha sólo estaba en sus sueños, pero le encantaba fantasear. Sintió como el clímax iba a golpearla fuerte, así como el nudo de su Alpha comenzar a crecer.

Su Alpha sonrió de pronto al verla casi derretirse sobre él, creyó que otra cosa más hermosa que su Luna felina embarazada cabalgandolo no había, pero se equivocó al ver sus colmillos crecer, y que en su delicioso éxtasis mientras dejaba su nudo en los más profundo de sus entrañas, entonces buscará su cuello olfateandolo, y decidiendo marcarlo en el lugar que le parecía correcto en su cuello, una marca que cualquiera vería, y sabría que tenía a alguien que lo amaba y que lo cuidaría.

El éxtasis que recorrió de pies a cabeza al Alpha lo hizo soltar hasta la última hora de su semilla, le hizo tener el más fabuloso orgasmo que había tenido en su vida, la jodida mordida en su cuello era el clímax, un gruñido lleno de deseo había escapado de su garganta.

- ¿Cómo no dejé que me hicieras eso antes? - Él carcajeó ante la idea rompiendo las cadenas en sus brazos con facilidad, y abrazandola/atrapándola en el proceso.

- Sólo quería que ya sabes, no te movieras mucho. - Ella lamió la sangre en la herida de su cuello, saboreandola y disfrutando de un vínculo aún más fuerte con su pareja.

- Eres mío ahora. - Le decía con severidad mientras se dedicaba a abrazarlo y montar con suaves movimientos el nudo, disfrutando del momento.

- Sabes que siempre te he pertenecido. - Ella mordió sus labios y gimoteo un poco luego de sacar el nudo deshinchado del Alpha de su interior.

- Sólo quería asegurarme. -

- Puedes estar segura ahora. - Ella río dejando besos en su rostro con cariño. - Hablando de eso, Annelien no vuelvas a usar esos vestidos. -

- ¿Porqué? A mi me encantan. - En realidad le encantaba lo rudo que se ponía su Alpha en el sexo.

- Sabes que tampoco te gustan mucho. -

- No es que no sean del todo mi tipo. -

- Pero distraes a todo el mundo. -

- Hay por favor Jerome. La gente sólo me ve por que te tienen miedo. -

- Te ven porque saben que eres hermosa. Y sólo yo quiero tener el privilegio de perderme en tus curvas. -

- ¿Qué curvas? ¿Has visto como he subido de peso? Son curvas de gordura. -

- Esas curvas de gordura son jodidamente sexys. Así que sólo hazme caso o voy a castigar ese perfecto chulo hasta que lo entiendas. -

- Tentador... - Se río. - Aunque lo que diga usted señor Alpha. - Él le propinó una fuerte nalgada. - Auch. ¿Y eso que? - Se quejó intentando esconder una pequeña sonrisa, que luchaba por salir.

- Soy tú Alpha, no cualquier Alpha. Dilo. -

- Si mi Alpha. - Decía ella queriendo reír, y sobando su muslo ardoroso por la reciente nalgada, que de hecho le gustaban, pero se negaba a admitirlo. - Ahora vamos a quitarte esto. - Se reía de las fuertes cadenas que fácilmente habían sido rotas por él.

Last Pure Alpha ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora