El sєcrєtσ dє Nuєstrαs Épσcαs [Iηυγαshα γ Καgσmε]

[Cαρíтυℓσ 13]

Capítulo 13: Sesshomaru, el daiyoukai en busca de Tessaiga.
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-N-No lo hagas... Inuyasha- pide débilmente la princesa Izayoi mientras trataba de levantarse sin mucho éxito.

-¿Se encuentra bien señora?- pregunta Aome con angustia corriendo hacia la mujer en su ayuda, pero no tomó en cuenta que el frío daiyoukai frente a ella, alistara un especie de látigo con la intención de herirla.

Estuvo a punto de sacar su arco sin embargo el hanyou aparece de la nada, parándose en frente suyo y así recibiendo el ataque por ella. El golpe del látigo de Sesshomaru fue tan fuerte que lo aventó varios metros lejos.

-¡Inuyasha!- exclaman la miko y la princesa al mismo tiempo, de inmediato ambas fueron hacia él con preocupación.

El peliplateado maldice por lo bajo, poniéndose de pie pero nadie tuvo tiempo de decir o hacer algo porque Izayoi levantó sus manos en aire y una flor brillante apareció, iluminando todo. En ese momento todo se tornó negro.

~o~

Inuyasha abrió los ojos de golpe, inmediatamente se levantó mirando detenidamente todo el escenario a su alrededor, ni siquiera podía recordar como había llegado ahí. Todo el sitio era completamente distinto y más iluminado, con un amplio río a su lado izquierdo.

Buscó a Aome con la mirada, ella estaba tendida en el pasto cerca suyo, estuvo a punto de intentar despartarla cuando de pronto ve a alguien a lo lejos acercarse con lentitud. La reconoció de inmediato, es su madre biológica, Mioga se lo había dicho hace poco. Es ella.

-Hijo, al fin nos reencontramos- dice suavemente la mujer de cabello negro, parándose frente a él.- lo más probable es que no me recuerdes, aún eras muy pequeño cuando nos separamos. Soy tu madre.

-Pero ¿Cómo es posible? Me dijeron que habías muerto- cuestiona.

-Es verdad, ya morí una vez. Sesshomaru tiene la habilidad de llamar las almas de los muertos y así me trajo de regreso, pero no sé la razón- agacha la cabeza- no me queda mucho tiempo, debo regresar al otro mundo.

-¿Entonces te vas a ir?- pregunta con los ojos bien abiertos, tenía tanto que preguntarle y ahora resulta que se iría nuevamente, ésto no era justo para nada. A penas conocía a su madre biológica y ya se tenía que despedir de ella.

-Lo siento mucho hijo, se que tienes muchas preguntas que merecen respuesta y no tienes idea de lo mucho que deseo poder quedarme contigo... Pero no es posible- en sus manos aparece otra vez aquella flor resplandeciente y entonces arroja los pétalos de la misma al río.- mira sobre la superficie del agua, Inuyasha.

El adolescente le miró interrogante y comenzó a acercarse al riachuelo, arrodillándose en la orilla. De repente un imagen se muestra en las aguas cristalinas, era él mismo pero de niño ¿¡Cómo es posible?! Pero no fue lo único que vio, atrás suyo se reflejaba su madre sin embargo ¡No tenía rostro!