[Cαρíтυℓσ 23]

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Capítulo 23: Miroku, otro adolescente peculiar.
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No tardaron en reaccionar y ambos fueron tras el misterioso ladrón, pero lo perdieron

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No tardaron en reaccionar y ambos fueron tras el misterioso ladrón, pero lo perdieron. Por suerte, el chico de la era actual, al poseer un gran olfato, rastreó el olor del mapache y para el atardecer llegaron a un bosque, ubicado en las afueras de la ciudad. No podían permitir que esos fragmentos les fueran robados, debían recuperarlos a como de lugar.

-Estamos cerca- advierte el hanyou, desenvainando a Tessaiga en el caso de que tuviera que enfrentarse con esa criatura y recuperar el trozo de cristal por la fuerza. Captó otro olor conocido pero le restó importancia y continuaron, pero entonces algo inesperado pasó.

Una fuerte ventisca por poco los arrastraba en contra de su voluntad, rápidamente Inuyasha reacciona y clava su katana en el suelo, mientras sujetó firmemente a Kagome por la cintura para evitar que siguieran siendo arrastrados. Por un momento todo volvió a la normalidad, hasta que lograron divisar una orda de youkai pasar a su lado y se encaminaron en una dirección específica.

-Seguramente van tras la Shikon no Tama, hay que seguirlos- propone la miko y su acompañante asiente, internándose más en lo profundo del bosque. Y de nuevo esa vestisca se hizo presente, se aferraron a un árbol y lo que pudieron ver, fue a una persona que succionaba a esos seres sobrenaturales por medio de una fuerza oscura en su mano.- ¡Kami! ¿Qué clase de poder espiritual es ese?

-Más que alguna clase de poder, se parece a... Un agujero negro- llega a la conclusión el estudiante, aún asombrado y para cuando ese pequeño espectáculo terminó, logró reconocer el rostro del sujeto responsable. Ahora estaba más desconcertado.- ¿Miroku?- alza la ceja.

-Oh, pero que inesperado. No espera encontrarte aquí, Inuyasha, pero supongo que vienes por el fragmento.- el otro estudiante se coloca un collar de cuentas celeste alrededor de su mano y avanza hacia aquellos que descubrieron su secreto- ¡Pero si los ángeles caen del cielo!- toma a la azabache de las manos, ignorando la presencia de su amigo.- bendita sea la cuna donde naciste, preciosa.

-¿Eh...?- iba a apartarse, pero cierto adolescente celoso se adelantó y le dio un buen golpe en la cabeza, dejándole un chichón al que sujetaba sus manos. Si, ya lo recuerda, se trata del chico que, en otra ocasión, le pidió indescentemente ser su novia.

-Mejor habla de una vez, idiota ¡¿Qué demonios fue todo eso?!- cuestiona el hanyou de la era moderna con fastidio evidente, nada tenía sentido ¿Por qué su "mejor amigo" jamás le contó nada eso? Y aún más desconcertante es ¿Cómo alguien puede tener un especie de agujero negro en su mano?

-Parece que les debo explicaciones, bien, vengan conmigo. De todas maneras, veo que los tres tenemos el mismo objetivo con respecto a la dichosa Shikon no Tama- invita el pelinegro y los demás deciden seguirlo, finalmente llegando a un templo de tamaño considerable al anochecer.

El sєcrєtσ dє Nuєstrαs Épσcαs [Iηυγαshα γ Καgσmε]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora