[Cαρíтυℓσ 2]

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Capítulo 2: La Shikon no Tama

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-Por favor espera

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-Por favor espera...- pide la azabache tratando de seguir el ritmo apresurado del peliplateado.

-¡Te dije que dejaras de seguirme!- frunce el ceño tratando de quitar de su mente el dulce aroma de la muchacha.- sólo vuelve al templo de donde provienes.

-Lo haría si pudiera, pero estoy perdida- explica desesperada- te lo pido, ayúdame, no se en que pueblo estoy.

El oji-dorado detiene inmediatamente su caminar regresándole a ver casi como si estuviera loca.

-¿Pueblo? ¿De qué demonios hablas?- alza la ceja.

-Bien tal vez no sea un pueblo o una aldea pero aún así estoy perdida, tu seguramente puedes ayudarme por tu olfato...- no termina de hablar ya que él le interrumpe.

-¿Y tú como sabes eso...?- pregunta sorprendido por sus palabras pues nadie más aparte de su madre y Miroku saben ese secreto.

-No tienes porque ocultármelo, tu aura demoníaca te delata- habla tranquila.

-¿Aura... Demoníaca?- le mira confundido y al mismo tiempo impactado.

-Descuida solo purifico a youkai malignos, a pesar de ser una miko se que hay muchos youkai con buenas intenciones- sonríe- así que por favor te pido que me ayudes.

<<¿Cómo es posible que ésta chica diga tantas locuras juntas? Debe en verdad estar mal de la cabeza...>> piensa.

-¿Eres una miko?- interroga.

-Bueno no del todo, mi nombre es Aome- se presenta.

-La verdad no se si creer tu loca historia pero esta bien, te voy a ayudar- dice resignado.

-Arigato- sonríe agradecida.

Él mira hacia otro lado comenzando a seguir el rastro del aroma de la miko, la azabache le sigue en silencio con un brillo de esperanza en sus ojos. Dieron un par de vueltas a las calles cuando de pronto comenzó a llover fuertemente complicando más el trabajo de Inuyasha hasta que el olor terminó por perderse entre otros miles de olores. Ahora sería más difícil todo.

-¿Qué ocurre?- pregunta.

-Es imposible, entre tantos olores y la lluvia será complicado- se cuelga su mochila de frente para evitar que se mojen sus libros.

-Entonces quieres decir que no podré regresar...- agacha la cabeza dando un pequeño estornudo, si ahora para colmo se había enfermado.

El chico le regresa a ver notando el estado en el que se encuentra la azabache, no se había percatado pero ella traía sus ropas rasgadas y llenas de lodo y la lluvia no ayudaba. Da un suspiro y se saca su chompa colocándosela a ella para que pueda cubrirse.

El sєcrєtσ dє Nuєstrαs Épσcαs [Iηυγαshα γ Καgσmε]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora