[Cαρíтυℓσ 21]

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Capítulo 21: Eres mi reencarnación.
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-¡Inuyasha!- lo llama una niña de cabello lacio y azabache, de ocho años en ese tiempo, con una amplia sonrisa, desde el patio principal

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-¡Inuyasha!- lo llama una niña de cabello lacio y azabache, de ocho años en ese tiempo, con una amplia sonrisa, desde el patio principal.- ¡Ven, vamos a jugar!

-De acuerdo, iré cuando termine la tarea- responde desde la ventana de su cuarto, notando la cara de decepción que puso su mejor amiga.

-Podrás terminar después, últimamente pasas mucho tiempo en los estudios y casi no estás conmigo- objeta, cruzando los brazos.

El niño de cabellos plateados, de diez años recién cumplidos en ese entonces, suelta un suspiro y finalmente acepta ir. Existe una diferencia de dos años entre ellos, aunque a pesar de eso iban en el mismo salón.

-Oye Kikyo ¿Y ese moretón en tu brazo?- le preguntó con preocupación, aunque en fondo ya sabía la respuesta y el silencio de la mencionada le dio la razón.- no puede seguir ésto así, alguien debe ponerle un alto a tu madre.

-Descuida, no es nada- sonríe débilmente para no angustiarlo más.- a fin de cuentas, ya no estaré en éste lugar por un largo tiempo.

-¿De qué hablas?- cuestiona sin comprender.

-Mi madre me enviará a estudiar lejos, quiere que aprenda arquería lo más pronto posible y mi hermano Kawaramaru me acompañará- explica.- solo prométeme algo, que siempre seguiremos siendo amigos ¿Si?

-¿Qué pregunta es esa Kikyo? Claro que si- ambos se abrazan.

Pero eso fue ya hace como siete años, muy pocas veces tuvo la oportunidad de ver cara a cara a la madre de su ex-amiga, pero de las veces que la vio, siempre supo que algo raro tenía esa mujer. Odiaba a Urasue, porque en varias ocasiones golpeaba a Kikyo, la maltrataba y lo sabía porque la azabache misma se lo dijo, además también por los evidentes golpes que tenía.

Después de que ella se fue del país para aprender sobre arquería en una escuela élite, él decidió continuar con su vida sin olvidar esa promesa que se hicieron de niños. Kikyo volvió cuatro años después y retomaron su amistad. Aunque cabe resaltar que varios sentimientos entre ellos comenzaron a surgir, pero no pasó a más, pues ese incidente de hace dos años los separó.

<<El olor de Urasue está mezclado con el de Kagome y.... Kikyo, están cerca>> continúa con su andar y finalmente llega a una gigantesca propiedad apartada de la cuidad, protegida a su vez por un gran muro de concreto.

De un solo salto llegó hasta el otro lado, pero se llevó una gran sorpresa al verse rodeado por una orda de muñecos de cerámica con forma humana y sin darle tiempo a reaccionar éstos comenzaron a moverse. Con sus garras comenzó a destruirlos velozmente, no había duda de que algo pasaba en el interior de la vivienda y tenía que llegar cuanto antes.

El sєcrєtσ dє Nuєstrαs Épσcαs [Iηυγαshα γ Καgσmε]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora