[Cαρíтυℓσ 33]

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Capítulo 33: Quiero ir a la escuela contigo.
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Estaban demasiado cerca, era evidente lo que estaba a punto de pasar, pero segundos antes la miko del sengoku se alejó a toda velocidad de él, como si ubiera despertado de un especie de trance y se puso de pie

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Estaban demasiado cerca, era evidente lo que estaba a punto de pasar, pero segundos antes la miko del sengoku se alejó a toda velocidad de él, como si ubiera despertado de un especie de trance y se puso de pie.

-Y-Yo iré po-por más hiervas m-medicinales- sin esperar una contestación, salió corriendo de ahí, una vez que estuvo lo suficientemente lejos, colocó su mano sobre su pecho y respiró profundo.

<<¿Q-Qué fue eso? ¿Cómo fue que llegamos a ésto?>> se preguntaba varias veces, fue tan repentino y no supo como más reaccionar que salir corriendo, de alguna forma sintió miedo, lo admitía y eso era porque... Tenía miedo de volver a salir lastimada nuevamente.

En el interior de la cabaña, el hanyou no paraba de auto-regañarse por lo ocurrido ¿¡Cómo pudo atreverse a hacer eso?! La verdad ni él mismo sabía la respuesta, fue algo que no pudo evitar, fue como si ubiera caído en un especie de hechizo ¡Rayos! Seguramente ahora Kagome se sentía incómoda por su culpa.

<<Argh ¿¡Por qué hise eso?!>> cuestionó, lo único que sí sabía, es que en ese momento ella le pareció más hermosa que nunca y sin darse cuenta ya se estaba acercando para... No había duda, algo extraño estaba ocurriendo con él últimamente.

Pero por ahora, tal vez sería mejor no hablar de ésto por un tiempo.

~o~

Ambos se sentían igual de nerviosos e incómodos, eso era evidente mientras llevaban la mitad de las pertenencias de la azabache a casa de los Higurashi, la otra mitad se quedaría en el sengoku, ella decidió que no podía abandonar la aldea e iría muy a menudo para cerciorarse de que todo esté bien.

La anciana de la aldea y todos los aldeanos, ayudaron también, se ve que le tenían mucho aprecio a la chica, incluso varios lloraron en la despedida, sobretodo un tal Hoyo y las tres amigas de Kagome.

-Etto, ya te ayudé, así que, yo-yo ya me-me voy- anunció el peliplateado, volteándose y encaminándose a la salida a paso muy apresurado.

-Si-Si ¡Nos vemos después!- se despide, tratando de sonar normal, aunque la realidad era otra obviamente y así finalmente, con el asesoramiento de su madre, comenzo a instalarse en su nuevo hogar.

Le asignaron una habitación increíblemente espaciosa, con vista hacia la cuidad, paredes de color rosa y un amplio armario. Estaba asombrada, medía prácticamente lo que medía una cabaña común del poblado y aquí, a penas era un pequeño pedazo de toda la casa. Ésta época nunca dejaba de sorprenderla.

Habló con su madre, sobre sus responsabilidades como miko y que no podía descuidar la villa, ella aún parecía asombrarse de sobremanera cada vez que le hablaba sobre la era antigua, pero estaba segura de que le creía totalmente, ahora que la vio salir del pozo con la mitad de sus pertenencias, su hermano menor también le creía y su abuelo la misma historia gracias a sus creencias.

El sєcrєtσ dє Nuєstrαs Épσcαs [Iηυγαshα γ Καgσmε]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora