JiMin veía con emoción cómo la gente salía de sus hogares para ver los carruajes pasar por las calles, lucían curioso al ver los carruajes dorados con los banderines rojos que contenían el emblema de su familia, un ojo de pupila rasgada rodeado por algunas escamas, pero al ver el gran cargamento de alimentos sonreían con emoción.
Apenas estaban entrando al pueblo de la capital de Vinterdod por lo que llegarían al castillo en poco menos de una hora. Por lo que había estado estudiado, el castillo estaba ubicado estratégicamente en un punto alto entre dos de las montañas congeladas, eso lo hacía un punto realmente seguro y tenía entendido que también lo hacía ser más frío, por otro lado el pueblo estaba a faldas de las montañas, la nieve siempre estaba presente en gran parte de aquel reino, salvo el pequeño pueblo a un día de la capital, aquel donde se dedicaban a la caza y un poco de pesca antes de que el pequeño río endurecerá durante el crudo invierno.
Pero en el castillo y el pueblo principal, la nieve siempre estaba presente, sólo en temporada de tormentas era cuando la nieve aumentaba hasta casi cubrir el pueblo y mantenerlo oculto. Las inesperadas ventiscas o tormentas de nieve eran la principal razón por la que atacar a Vinterdod era un suceso impensable, el ejército de YoonGi habían sido entrenados desde niños para sobrevivir casi una semana en la intemperie con las peores condiciones del reino sólo con sus armaduras y pieles. Ningún nombre nacido fuera de Vinterdod duraría una noche fuera.
Pero esa era la única ventaja del reino, sus hombres eran los mejores guerreros y junto a su pueblo eran capaces de resistir los peores climas, además su ubicación entre las montañas congeladas les daban ventaja en un posible ataque pues estarían peleando bajo un terreno conocido. Pero carecían de los recursos necesarios para sobrevivir las largas temporadas de tormentas durante la mitad del año, sin las pieles y telas enviadas por Giftenkker, los alimentos y ganado de Solufell o las grandes cargas de semillas y cereales junto a los jarabes y ungüentos enviados por Eviglod la gente de Vinterdod no podrían pasar el temporal de invierno sin perder a la mitad de su gente.
Y ese conocimiento sólo reafirmaba el pensamiento de JiMin de que YoonGi sólo había aceptado casarse por el beneficio económico y la estabilidad que eso traería a su pueblo, y no porque lo deseara como ilusamente había pensado durante los últimos dos días de cortejo.
—Pero mira lo blanco que es—dijo asombrado. El paisaje era hermoso, una vista que jamás se habría imaginado.
Solar y Hwasa también miraban asombradas el exterior, todo estaba cubierto por una capa de nieve que se veía tan blanca y suave como una nube.
—Me gustaría bajar y poder tocarla—respondió la rubia.
JiMin también quisiera hacerlo pero su esposo ni siquiera estaba cerca como para poder preguntar si podía detenerse por algunos minutos, pero algo le decía que su petición sería negada de igual manera.
—Yo también, pero creo que tendremos que esperar a llegar hasta el castillo—respondió con una sonrisa.
Hwasa le acarició el cabello. —Me temo que eso será después de que descanse un poco, las últimas noches no ha descansado bien por el frío, sus mejillas lucen un poco rojas al igual que su nariz debido al clima, también necesita una buena comida y no las barras de cereal y fruta que hemos estado comiendo.
JiMin sonrió negando, él se sentía bien, tenía un poco de frío pero eso iba cambiar una vez llegarán al castillo y pudieran sacar las pieles que se habían confeccionado para él.
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Rey de Cristal *Yoonmin*
أدب الهواةA un alma pura y un demonio el sol ha unido. La desgracia y la desdicha pavimentan su camino. Dolor y pérdida los marcarán, si no logran el amor encontrar. Ilusiones y promesas rotas los dañarán, y la más brillante joya el hielo perderá. Gotas de...