Capítulo 38

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Corrió por aquel pasillo ligeramente iluminado debido a las antorchas, podía escuchar claramente los pasos acercándose hacia él. El plan era que debía dejarse atrapar pero no tenía que ser tan fácil pues eso sería algo demasiado obvio para Sehun y Shin. 

No podía dejar que eso pasará, su plan debía funcionar y para ello tenía que fingir que estaba escapando de los traidores. 

Corría tan rápido como sus piernas se lo permitían pues entre más hombres fueran tras él y más lejos logrará llevarlos, su hijo estaría más seguro. Myeong tenía que salir del castillo sin importar que, sabía que Xenzu lo mantendrían seguro y lejos todos aquellos que querían dañarlo por eso era vital que distrajera a todos hasta que su pequeño estuviera a salvo.

Giro a la derecha en el siguiente pasillo, se dirigía directo a las cocinas, pero antes de llegar a ellas debía cruzar por algunas habitaciones de la servidumbre, se suponía que todas debían estar vacías puesto que todo el mundo se encontraba en la fiesta dentro del gran salón o directamente en las cocinas. Todos menos una persona. 

Iba pasando frente a una vieja y manchada puerta justo cuando esta fue abierta, la persona en el interior salió tan rápido y con tanta fuerza que logró derribarlo contra la pared deteniendo así su carrera. 

—Que bueno que te he encontrado.

Suran salió detrás del hombre que lo había derribado, colocándose justo a su lado. El sujeto era alto, ligeramente musculoso e iba cubierto por la negra armadura que los hombres en Vinterdod solían vestir, y en su mano una pesada espada que aún escurría sangre. 

—Es que acaso pensabas escabullirse por los pasillos en medio de la noche como haría una sucia cucaracha—sonrió divertida, dio dos pasos hacia el doncel—. Cómo te atreves, que no ves que el castillo está recibiendo a muy distinguidos invitados esta noche de celebración. 

JiMin llevo una de sus manos al costado que aquel mastodonte le había golpeado, le dolía demasiado y le costaba un poco respirar, tal vez había lastimado sus costillas pero debido a la posición y su ropa no podía revisarse como era debido. 

—¿Que celebras esta noche, Suran?—cuestionó con aburrimiento. Ocultando el dolor que senria pues no planeada darle el gustó a esa arpía asquerosa.

—¡Tu muerte!. 

En cuanto la castaña pronunció aquellas palabras una sonrisa se plasmó en los labios del hombre a su lado, este soltó su espada sacando un cuchillo del lateral de la pierna de su armadura, se acercó al peli plateado de forma lenta, justo como haría un animal acechando a su presa. 

No se movió, sólo se dedicó a mirar al contrario acercarse, esperando, con calma y quietud. Debía tener cuidado y ser más inteligente que su adversario o de lo contrario moriría esta noche. 

Tristemente no podía estar seguro de que pasaría, había visto este momento con anterioridad y algunos otros, pudo ver a Myeong abandonar el castillo de forma segura, sabía que su pequeño estaría bien pero, nunca fue capaz de ver qué sería de él y temía que eso fuera porque estaba destinado a morir a manos del enemigo. 

En cuanto el traidor se abalanzó sobre él, dio un giro sobre el suelo esquivando el ataque, sus costillas protestaron pero ignoro el dolor para concentrarse en la batalla. El hombre era rápido pero no lo suficiente pues JiMin lograba esquivar los ataques con facilidad, logró colocarse en pie y supo que debía tomar ventaja ahora, su cuerpo más pequeño y herido no podría resistir un enfrentamiento demasiado largo. 

Uno frente al otro, el traidor lo miraba fijamente esperando algún movimiento para atacar, se acercó rápidamente al contrario, el soldado levantó el cuchillo esperando el momento justo para hundirlo en su piel, pero no fue así, se lanzó al suelo rodando con rapidez hasta alcanzar la espada que descansaba sobre el frío suelo. 

Rey de Cristal  *Yoonmin* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora