Capítulo 42

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—Vamos, podemos quedarnos en cama por uno minutos más—protestó el mayor.

Sonrió divertido tratando de zafarse de los brazos de su esposo, se removía en la cama pero YoonGi sólo apretaba los brazos a su alrededor.

—Podemos, sí—asintió de acuerdo—. Pero si lo hacemos no saldremos de aquí hasta pasado el almuerzo.

—¿Y eso qué?—preguntó con una hermosa sonrisa en sus labios—. Somos los reyes, podemos hacer lo que queramos—aclaró con prepotencia—, y ahora mismo me apetece demasiado pasar todo el día en la cama contigo.

Tomo el rostro de YoonGi entre sus manos su mirada encontrándose con aquellos hermosos orbes verdes como el jade, brillaban con alegría debido a la gran sonrisa que le regalaba, sonrisa que se reflejó en sus propios labios, a veces se preguntaba cómo era posible amar tanto a alguien como él amaba a YoonGi o como podía ser tan afortunado como para que su amor fuera recíproco.

Sabía que tenía suerte, después de todo tenía a su hermano y TaeHyung como un ejemplo de que en ocasiones el amor no podía solucionarlo todo, o al menos ellos aún no podían llegar a un acuerdo feliz para ambos. JungKook le escribía y sólo decía que tenían días malos y días peores pero que no debía preocuparse, que prometía que todo mejoraría en su matrimonio, por otro lado TaeHyung, él era diferente, más reacio a hablar sobre su matrimonio.

Al principio sí que le contaba cómo iban las cosas en su matrimonio pero desde una semana antes del nacimiento de Myeong dejó de hablar sobre ese tema, le había preguntado y la única respuesta que obtenía fue la misma, "supongo que podría ser peor", esa era la lacónica respuesta y debido a eso había dejado de preguntar. No sabía que pudo pasar entre ellos para recibir ese tipo de comentarios al hablar de su matrimonio, pero esperaba de corazón que pudieran arreglarlo.

Sabía que TaeHyung amaba realmente a su hermano, y esperaba que JungKook hiciera lo mismo, pero su hermano siempre fue reservado sobre sus sentimientos o amoríos. Si no fuera por la chismes en la corte real o los habitantes de Kärrgläss nunca se habría enterado de nada sobre la vida amorosa del menor.

Ese era un caso y por otro lado estaba SeokJin.

SeokJin, siempre tan serio y comprometido, tan leal como nadie más, un rey digno y soberano justo, que no había recibido otra cosa de la vida que decepciones.

Eternamente enamorado de Lord Namjoon quien parecía indiferente por su amigo, cuando SeokJin se mostraba dispuesto a intentar algo. Luego algo cambió entre ambos, podía ver el interés en los ojos del Lord cuando miraba a su amigo, pero no estaba seguro de que aquello fuera realmente amor, pese a eso le insistió a Jin que lo intentará pero el monarca siempre se negó.

Al final tuvo razón, Namjoon no amaba, no de verdad, a SeokJin y después de intentarlo sólo por un corto tiempo había desistido de llamar la atención del rey y se busco a alguien más y ahora iba a casarse, y con nadie más que la prima del hombre al que meses atrás le había jurado amor eterno.

El amor era algo curioso, él y YoonGi parecían ser los que menos posibilidades tenían de ser felices juntos, de ser la pareja que eran ahora, sí les costó un poco pero habían arreglo sus problemas y ahora su esposo le mostraba el gran amor que le tenía, sin restricciones o miedos.

Besó los labios de YoonGi, de forma suave, disfrutando del contacto. El calor de los labios ajenos, el ligero sabor al té que habían estado tomando antes, el agradable calor que embargaba a su cuerpo por ese mero contacto.

—No podemos—regañó de forma suave—. Debo ir al pueblo, voy a llevar comida y abrigo a los más necesitados, y tu me dijiste que debías ir a ver algo a la frontera este—murmuró lo último con molestia.

Rey de Cristal  *Yoonmin* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora