Capítulo 11

12.8K 1.7K 711
                                    

YoonGi buscaba con la mirada a JiMin, desde hace un rato que no lo veía, no quería admitirlo pero estaba un poco preocupado, su esposo era demasiado llamativo y la mayoría de los hombres aquí ya estaban ebrios, él había notado algunas de las miradas apreciativas que le daban al peli plateado. No quería siquiera pensar en uno de esos idiotas poniendo sus asquerosas manos en el delicado cuerpo de su esposo.

Avanzaba por el salón recibiendo buenos deseos por su boda junto a las miradas de respeto y temor de la mayoría de los presentes, salvo por algunos Lores que lo miraban con envidia y las mujeres le dedicaban miradas de deseo. Antes habría considerado llevarse a alguna a la cama, pero después de JiMin ya ni siquiera estaba interesado en mirar a alguien que no fuera su esposo, y eso podía  llegar a ser muy peligroso.

Observó a Soobin en una esquina hablando con el general de la frontera sur, se acercó a su primo y lo tomó del brazo para que se girará a mirarlo. 

—Querido primo, ¿qué puedo hacer por ti?—YoonGi le dedicó una mirada fastidiada al menor, al parecer Soobin entendió perfectamente lo que quería, pues suspiro para después hablar. —Se fue hace una hora, no se le veía muy feliz—informó con una mueca.

—¿Quién?—preguntó molesto, si alguien había molestado a JiMin iba asegurarse de hacerlo sufrir. 

—Tú—respondió el menor, sus ojos verdes tenían un tinte de molestia. —Mira YoonGi, yo no se como se supone que es la temática de estar casado pero en mi opinión, algo de comunicación debería estar presente—miró la copa de vino en su mano derecha, —y también deberías respetar más a tu esposo, porque si tu no lo haces, ¿como esperas que el resto de las personas aquí lo hagan?

YoonGi observó a su alrededor y regresó la vista a Soobin. —Yo respeto a mi esposo.

Su primo lamió sus labios. —Pues deberías demostrarlo mejor.

Bufó molesto y se alejó de su primo, camino directo hacia la puerta ignorando a todas las personas que trataban de acercarse, antes de salir tomó una copa de vino que le ofrecía algún empleado. Una vez en los oscuros pasillos caminó hacía su habitación donde suponía estaría JiMin, antes de doblar la esquina hacia dicho pasillo bebió toda su copa para luego arrojarla hacia una de las paredes.

Abrió la puerta lo más silencioso que pudo, cuando entró cerró tras de sí, caminó unos seis pasos cuando escuchó ruido a su izquierda, en la esquina de la habitación justo bajo la ventana noto que algo se movía, precisamente al filo de las pesadas cortinas, chasqueo la lengua en forma de saludo.

Ying levantó la cabeza sus orejas moviéndose, cuando por fin se decidió a mirarlo le dió la misma mirada de siempre, el animal parecía fastidiado por su presencia, pareció entrecerrar los ojos y después de un gruñido de fastidio se volvió a echar, luego miró a la derecha donde Tenn resopló por la nariz cuando noto que se trataba de YoonGi y no algún desconocido. Ambos ya eran muy grandes, como un caballo pequeño y él sólo temía cuanto más iban a crecer, por otro lado ya se había acostumbrado a la bienvenida silenciosa de ambos. 

El primer día casi le da un ataque al corazón cuando los vio moverse debajo de las ventanas, a cada lado de la cama, pero después de que ambos animales le bufaran fastidiados se calmó. 

Comenzó a deshacerse de sus ropas hasta quedar en interiores y con cansancio camino hacía la cama, el cuarto era levemente iluminado por el fuego de la gran chimenea que mantenía la habitación lo suficientemente caliente. Eso le permitió ver la pequeña silueta del bulto que era JiMin en la enorme cama, estaba cubierto por varias mantas y pieles para mantenerlo cálido. Cuando llegó a la orilla levantó las mantas y logró apreciar el cuerpo de JiMin, sólo cubierto por un camisón azul cielo, así pudo apreciar las torneadas y pálidas piernas sin restricción. 

Rey de Cristal  *Yoonmin* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora