Capítulo 26

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—¿Por qué el consorte es tan bonito?

La mujer le sonrió a su pequeña hija—. Bueno la gente buena suele ser muy hermosa por fuera también.

La niña hizo un marcado puchero mirando al rey unos metro delante de ellas, el consorte estaba comprando pan recién hecho, varios guardias lo rodeaban pero nadie parecía intimidado ante los hombres armados pues sólo miraban la bonita sonrisa que les dedicaba el rey. 

—Sus ojos son tan bonitos, como pueden ser de ese color, nadie aquí los tiene así— reclamo—, los míos son más oscuros —reclamó abriendo en grande sus ojos mieles.

—El rey viene de otro reino, cariño—una sonrisa divertida se instaló en los labios de la mujer—. Las personas ahí tal vez tengan colores llamativos en sus ojos. 

La niña asintió no muy segura y siguió con la mirada a JiMin, el rey se detuvo frente a algunos niños del orfanato que jugaban con nieve en el pequeño quiosco al centro de la plaza, lo vio sonreirles, con su sonrisa tan bonita que hacía desaparecer sus ojos en dos medias lunas, para después ofrecerles el pan que recién había comprado. Los niños asintieron y después de varias reverencias en agradecimiento corrieron hacia el orfanato para repartir el pan con los demás niños. 

—El rey es maravilloso, es como mágico—lo medio unos segundos para después agregar—, el rey es una hada— declaró con alegría.

Su madre la miró divertida—. ¿Por qué dices eso? 

—En las historias dicen que las hadas son hermosas y siempre dan regalos a las personas que las ven—respondió segura—. El rey JiMin es muy bonito y siempre que viene le da regalos a los ancianos o a los niños del orfanato, aun recuerdo que cuando llegó trajeron un banquete con muchos pasteles para toda la gente del pueblo.

La mujer sonrió con cariño—. Tienes razón, el rey JiMin es un hombre demasiado bueno y dulce. 

—Él es una hada—corrigió con el ceño fruncido—, es el hada de los postres. 

Hyojong río ligeramente ante el último comentario y de forma tímida se acercó a la pequeña niña y su madre.

—Porque no te acercas y se lo dices—sugirió divertido ante la sorpresa en el rostro de la niña al mirarlo—. Puedo apostar que eso hará muy feliz al consorte, y después de haber pasado tanto tiempo enfermo en el castillo creo que necesita algo que lo haga sonreír. 

La pequeña niña lo miró por unos segundos para después sonreír y salir corriendo en dirección del rey. Vio a JiMin arrodillarse frente a la pequeña niña a quien le acaricio el cabello de forma amorosa, la niñita hablaba de forma alegre moviendo con entusiasmo sus manos para después tocar de forma suave las mejillas y cabello de JiMin, luego de unos segundos el rey comenzó a reír tanto que cayó de espaldas en la nieve para diversión de la pequeña niña y sus damas.

Hyojong miró alrededor de la plaza y como todas las personas parecían detener sus actividades para ver al consorte reírse sobre la nieve y como Tenn junto a Ying comenzaron a arrojar nieve sobre él. Todos los presentes sonreían con alegría. Durante el tiempo que JiMin estuvo enfermo la gente del pueblo comenzó a temer por la vida del rey y a extrañar en demasía sus visitas al pueblo, los niños en el orfanato preguntaban todos los días sin falta por el rey JiMin. 

Había pocos monarcas en la historia de Vinterdod que realmente tenían el amor de su pueblo, ni YoonGi, pese a ser el mejor que habían tenido hasta ahora, había logrado ganarse el amor de su pueblo, lo respetaban y le eran leales pero no era nada comparado con lo que parecían sentir por el consorte JiMin. 

Rey de Cristal  *Yoonmin* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora