Capítulo 33

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—¿Cuándo regresará el rey? 

JiMin miró a HyunA, sonrió pues sabía que no preguntaba realmente por saber cuándo volvería YoonGi sino por el hecho de que Hyojong llegaría junto a él. 

—Tal vez lleguen esta tarde—respondió Solar por él.

—Ohh. 

JiMin sonrió a su amiga, miró por la ventana en la sala de entretenimiento como algunos copos de nieve caían del cielo, le gustaba cuando los copos caían, disfrutaba de salir al patio y sentirlos caer en su rostro para derretirse lentamente contra su piel dejando una sensación de humedad que desaparecía a los segundos. 

—Me gustaría salir un rato—murmuró a nadie específicamente. 

—No creo que sea lo mejor—opinó Hwasa—. Está demasiado frío afuera. 

JiMin chasqueo la lengua y le volteo los ojos, ahora que estaba embarazado todos parecían tratarlo como si fuera de cristal, más de lo que ya habían estado haciendo, eso estaba a punto de desesperarlo. Entendía y agradecía la preocupación pero estaba llegando a un punto asfixiante. 

Cuando estuvo convaleciente en cama estuvo más que de acuerdo con los cuidados pero ahora estaba bien, esperaba un bebé por lo que todos deberían dejar su actitud temerosa y dejarlo hacer más cosas, estaba embarazado no moribundo en cama. 

—Sabes que sólo queremos cuidarte—aclaró Solar al ver su expresión molesta—, nos preocupamos por ti y por el bebé. 

Apretó sus manos en puño y su ceño se frunció con más molestia, tal vez sólo eran las hormonas pero últimamente todo le disgustaba o molestaba con una rapidez alarmante. 

—¡No voy a morir por salir al patio unos minutos!—reclamó—. Estoy embarazado no enfermo, soy perfectamente capaz de salir unos minutos y tomar el aire, lo cual por cierto me hará bien. 

Solar y Hwasa lo miraron fijamente, él les regreso la mirada de forma seria en una batalla de voluntades, supo por las expresiones en los rostros de sus damas que ellas no iban a ceder en esto, cansado de esa actitud salió molesto de la sala.

Nadie lo siguió, sus guardias sabían que debían dejarlo sólo para que se calmara, además Ying y Tenn ya lo esperaban fuera de la sala por lo que ellos lo cuidarian. Atravesó los pasillos con pasos molestos y algunos bufidos, las personas que se encontraban limpiando lo miraban extrañados pues no era común que actuara de esta forma. 

Sabía que sus damas no tardarían demasiado en ir tras él para hacerlo entrar en razón, según ellas, pero se negaba a recibir un sermón sobre mantener su salud y cuidar del bebé, era su hijo y claro que se preocupaba por su bienestar pero si él decía que podía salir unos minutos al frío es por que estaba seguro de que su cuerpo lo resistiría. 

Sabía dónde esconderse, con una sonrisa divertida cambió el rumbo de sus pasos hacía el pasillo a su derecha y bajó las escaleras en saltitos alegres, Ying y Tenn estaban un metro detrás de él, ambos parecían alegres de verlo feliz y no con el mal humor que parecía tener desde la mañana. 

Una vez frente a la pesada y oscura puerta de madera tomó la llave que descansaban en su bolsillo, apenas la introdujo en el cerrojo se detuvo sin abrirla y giró sobre sus pies al escuchar a Tenn y Ying gruñirle a alguien suavemente a sus espaldas. 

—¿Qué haces aquí?

Suran sonrió—. Aún vivo en el castillo, puedo andar por donde me plazca. 

JiMin frunció el ceño—. Sabes bien que eso no es cierto—una dulce sonrisa adorno sus labios—, sólo puedes quedarte en la parte este del castillo, alejada de mi y de mi esposo. 

Rey de Cristal  *Yoonmin* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora