Capítulo 6

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—Jamás pensé que YoonGi sería el elegido por JungKook para ser tu esposo—comentó SeokJin todavía impactado por aquella noticia.

Pero si lo pensaba bien no debería estar tan impresionado, razonó el mayor de los Reyes. 

Las opciones de JungKook eran limitadas, pero aún así, ¿YoonGi?, enserio lo habían elegido a él. ¿De todos los posibles candidatos JungKook tenía que elegir al peor hijo de puta de todo Rikegisk?. 

Él mismo estaba dispuesto a aceptar un acuerdo matrimonial con JiMin aún a sabiendas de que procrear un heredero era prácticamente imposible entre ambos. Claro que a estas alturas su impresión no debía ser tanta ya que él fue de los primeros en saber de esta unión, y el único hasta hace una semana que las invitaciones para la boda fueron enviadas a los otros reyes y nobles. Y sí, por otro se refiere a la gente de Solufell quienes no eran ni la mitad de importantes como él y por eso no les avisaban con tiempo de nada. 

—YoonGi es realmente dulce y bueno, no entiendo por qué todos actúan de esa manera cuando saben que él será mi esposo— reclamo JiMin.

Jin lo miró, ya estaba vestido y arreglado, llevaba su traje real. El menor vestia un traje blanco con dorado, el velo era de una tela más fina y blanca, tal vez si estuviera más cerca podría lograr distinguir algunos de los rasgos de su amigo, llevaba un gran collar de diamantes y piedras azules iguales a los brazaletes que devoraban ambas muñecas. Como siempre lucía bonito, delicado.

Cuando los presentaron formalmente, Jin tenía catorce y JiMin unos ocho, así que realmente no fueron amigos de inmediato, más bien, Jin veía al príncipe como un hermano pequeño ya que sólo era dos años mayor que su pequeño TaeHyung. Solían escribirse de vez en cuando, y cuando visitaba Eviglod siempre pasaba a ver a JiMin. Lo quería mucho.

Aún podía recordar cuando vio al menor por primera vez, siendo JiMin un pequeño bebé de dos años, SeokJin le tuvo envidia de lo bonito que era, tanta enviadia que se negaba a estar cerca del niño, ¿tonto? sí, pero comprensible viniendo de un pequeño príncipe de ocho años, después de unos meses —o años— comprendió que no debía estar molesto con un bebé por algo tan tonto como su apariencia. 

Notó que JiMin lo miraba esperando una respuesta, se removió incómodo en su asiento. No podía decirle a su amigo todas las cosas que se decían de YoonGi y lo cruel y desalmado que era, si bien lo que se decía no era ni la mitad de malo de lo que el padre del azabache solía hacer, no tenía el corazón —o el estómago— para romper las ilusiones de su amigo. Tal vez, sólo tal vez YoonGi no era tan malo y resultaba ser un amor de persona como JiMin creía que era. Le daría el beneficio de la duda. Solo en esta ocasión.

—Nada, nada— restó importancia y se  colocó de pie. —Cosas mías, bien sabes que hacer amistad con reyes, que no sean tu hermano, no es mi fuerte. 

JiMin soltó una ligera y armoniosa risita. —Eso quiere decir que tu relación con Hoseok no ha mejorado desde la última vez que se vieron. 

—Bueno eso fue hace unos tres años— musito con gesto pensativo. —Y desde ese día no he pensado ni una vez en él, realmente no me agrada ni alegra su presencia, ¿pero que se le va a hacer?.

—Creí que de niños eran amigos— mencionó el menor.

Jin chasqueo la lengua, no quería recordar aquellos días. —Sí, pero desde entonces mi gusto y juicio han mejorado bastante— se acercó a JiMin y dio dos ligeros toques en sus hombros. —Pero suficiente de hablar de mi, aunque es algo que me encante hacer— dio un guiño que provocó otra risa en JiMin, —hoy es tu día y por eso te tengo un regalo. 

Rey de Cristal  *Yoonmin* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora