Comienza el espectáculo.

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Cuando llegamos al hotel caímos en la cuenta  de que la cama era matrimonial. La suite era bastante grande a pesar de eso. Tenía la habitación, un gran baño, un comedor y un salón.

—Tú dormirás en el sofá —dije mientras dejaba mis cosas en la habitación.

—¿Qué? ¿Por qué yo en el sofá?

—Porque eres un caballero. Además nos turnaremos, un día tú y otro yo.

Me tiré en la cama y bostecé. Paul imitó mi acto y se estiró en la cama, lo miré mal.

—Pero ¿por qué no compartimos la cama? —bostezó.

—No. Vete, yo llegué primero. —Me paré y saqué unas cuantas mantas del armario. —Toma, vete a dormir —se las tiré.

—Caroline, no seas mala, moriré de frío allá solo —hizo pucheritos y yo me encogí de hombros. —¿Sabes? hay miles de mujeres que se mueren por dormir conmigo, tú serías una afortunada —me guiñó el ojo.

- Si, como no —lo empujé hacia la puerta—, ahora ve a dormir.

Se afirmó del umbral de la puerta.

—Oye, ¿y mi beso de buenas noches?  —me tomó por la cintura y se acercó a mí para besarme.

—Lo único que te daré será una gran bofetada si no me sueltas —dije intentando escabullirme de él.

—Un momento —dijo muy serio y casi asustado.

—¿Qué? —pregunté algo asustada.

Su expresión cambió y había aparecido esa sonrisa entre burlesca y picarona que tanto odiaba.

—Se supone que deberíamos consumar nuestro matrimonio —subió y bajó sus cejas repetidamente.

Me quité sus manos de encima y lo empujé.

—Duérmete. —Le cerré la puerta en la cara.

Me puse mi pijama y me acosté en la cama, la cual era realmente cómoda y grande. Dormí profundamente pues estaba muy cansada.

El despertador sonó, estiré mi brazo para apagarlo, luego me levanté media zombie y me fui al baño. Me bañé y luego me vestí. Salí de la habitación y miré en el sofá a Paul pero no lo vi. Me senté a desayunar pensando que Paul, quizás, había salido. Y entonces recordé que cuando me había levantado había visto algo al otro lado de la cama. Me levanté rápidamente de la mesa, fui a la habitación y ahí estaba, aún durmiendo en la cama...¿en la cama? ¿Cómo diablos había llegado él ahí? ¡Maldito idiota de McCartney! Pensé en despertarlo de mil maneras ,no obstante ,me relajé y fui a terminar mi desayuno, no quería despertarlo y tener que soportarlo durante el desayuno.

—Buenos días —escuché la voz medio dormida de Paul.

—Buenos días.  — Terminé de lavar taza. —Date prisa, tenemos que salir a las 11 am. Te prepararé el desayuno mientras. ¿Qué quieres desayunar?

Paul me miró desconcertado. Yo lo miré insistente.

—Café...y tostadas...por favor.

Yo asentí y él se fue bañar. Preparé el desayuno y tomé nuevamente la carpeta. Al rato Paul salió ya vestido y peinado y se sentó a desayunar. Cuando terminó retiró su taza de la mesa.

—Gracias, estaba delicioso.

—De nada —dije sin despegar mis ojos de la carpeta.

—¿Dónde debemos ir?

—Hoy a recorrer un poco París.

Me levanté del sofá y nos fuimos. Tomamos un taxi. Paul sabía unas cuantas palabras en francés, y yo también manejaba un poco el idioma. Paul tomó la carpeta.

Words of love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora