Words of love.

Familias.

Llevabamos exactamente 3 semanas casados, estas semanas han estado llenas de eventos y entrevistas así que veo muy poco a Paul en casa, lo cual no me molesta en absoluto. Iremos a conocer a su familia, al día siguiente tocaría ir donde mi familia . Tomamos un avión hacia Liverpool.

—Bien, él es mi hermano Michael y mi padre Jim.  —Me enseñó una foto. —Se supone que yo te he hablado de ellos ¿ok? —Yo asentí. —Mi madre se llamaba Mary —repasó con algo de dolor en su voz.

—Intentaré no sacar ese tema.

—Gracias —me sonrió.

Cuando llegamos a Liverpool, el hermano de Paul nos esperaría en el aeropuerto. Estábamos ya en marzo, a días de comenzar la primavera. Aún así Inglaterra se caracteriza por sus cambios constantes del clima y Liverpool por sus lluvias en diferentes estaciones, así que Liverpool nos recibió con una buena lluvia. Íbamos caminando, obviamente ambos muy tapados para que no nos reconocieran, cuando un tipo le tocó el hombro a Paul.

—Paul, soy Michael —susurró. Paul lo miró, iba a decir algo pero él lo interrumpió. —Síganme.

Y comenzó a caminar rápidamente. Paul se giró y me hizo una señal para que lo siguiéramos. Una vez llegamos al lugar escondido donde se encontraba el auto de Michael, Paul se quitó la bufanda que traía.

—¿Esas son formas de recibir a tu hermano, enano? —preguntó Paul con una sonrisa en el rostro.

Michael se acercó y lo abrazó.

—Oh, te presento a Caroline, mi esposa —sonrió.

—Es un placer —le tendí la mano.

—El placer es mio, Srta Hamilton. Soy un gran admirador suyo, me encantan sus libros —dijo con una enorme sonrisa en su rostro. —Soy Michael.

—Muchas gracias, Michael, por favor dime Caroline.

Subimos al auto.

—¿Cómo está papá? —preguntó Paul.

—Bien, se quedó  en casa .

Cuando llegamos a casa de los McCartney, Paul y Michael bajaron unas bolsas.

—¡Ya estoy en casa! —gritó Paul desde la puerta, Michael rió.

Y un señor de unos 50 y algo años de edad apareció desde el salón y casi llorando abrazó a Paul.

—Por un momento pude ver a un Paul con unos 5 años menos —dijo su padre, Paul rió.

—Papá, ella es Caroline, mi esposa.  Caroline, mi padre Jim.

—Es un gusto conocerlo, Sr. McCartney —lo saludé.

—Lo mismo digo —me sonrió.  —Que bonita mujer —dijo el Sr. McCartney.

Pasamos directamente a la mesa ya que el Sr. Jim ya tenía todo preparado.

—¿Puedo ayudar en algo? —pregunté.

—No, Caroline, por favor siéntate —me respondió amablemente Michael.

Hice caso. Paul guardaba un asiento para mí a su lado. La familia de Paul era realmente encantadora, comenzaba a creer que lo idiota había surgido tras la fama pues Paul, de vez en cuando, era amable como ellos.

Todos soltamos una gran y sonora carcajada tras escuchar la anécdota que había terminado de contar. Pasamos la tarde con los McCartney, nos alistamos para irnos al hotel donde pasaríamos la noche para luego partir a casa de mis padres. Estaba terminando de ordenar la cocina cuando el Sr. Jim entró.