Despedida.(Parte 1)

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Las semanas se me pasaron rápidamente. Juliette ya se encontraba con nosotros. Ella se veía bien, debíamos aprovechar aquello para viajar. Solo quedaban dos días para viajar, a medida que se acercaba la fecha pensaba en lo mucho que extrañaría a Paul.

Aquel día llegué antes a casa, Teresa ahora se quedaba hasta más tarde para cuidar a Julie.

Apenas abrí la puerta escuché la música. Sonaban a todo volumen las canciones de los Beatles.

Me dirigí a la cocina y me encontré con Paul y Julie cantando y bailando mientras preparaban quien sabe que, lo que si sabía es que estaban cubiertos de harina en el pelo y en la cara.

—¡Hola, Carol! —dijo mi hermana con una gran sonrisa.

Paul se volteó, tenía la cara cubierta de harina. No pude evitar reír. Se limpió un poco y se acercó a besarme.

-—Si Teresa viera esto los mataría —dije mirando el desastre que tenían en la cocina.

—Fue idea de Julie —se excusó Paul señalando a Julie que revolvía algo.

—¡Oye! —alegó ella—. Paul comenzó a tirar huevos —se defendió.

Yo sólo reí. Me acerqué a mirar lo que preparaban.

—Y esto es...

—Haremos un pastel de despedida —dijo Paul.

—Invitamos a los chicos y a tus amigas —añadió Julie.

—¿Quieren que los ayude? —pregunté amablemente.

—No —respondieron rotundamente ambos a la vez.

—¿Por qué? —pregunté confundida.

—Porque... Amor...—dijo Paul—. Tú...—suspiró—. Dile tú Julie. —Le dio un pequeño codazo.

—Porque eres muy mandona y quieres hacerlo todo —dijo mi hermana muy natural y sin dejar de revolver.

—Aaah, así que es eso —dije yo—. Pues... Van a ordenar este desastre solos después.

Ellos me miraron, luego se miraron, asintieron y continuaron haciendo el pastel.

—Bien...—dije—, ni quería. —Hice que no me importaba.

Hice ademán de irme pero me volteé a ellos.

—Me iré si es lo que quieren —insistí pero ellos seguían concentrados en hacer el pastel. No me miraban—. Julie, luego no me busques para que te maquille o te cante.

Miré a mi hermana.

Julie levantó la mirada.

—Puedo maquillarme sola y Paul puede cantar. —Se encogió de hombros.

Miré a Paul y él se encogió de hombros.

—Bien —dije mirándolos a ambos y me marché.

En realidad no estaba enojada, sólo un poco molesta porque me habían llamado “mandona”. Yo no era mandona, sólo me gustaba que hicieran lo que yo decía para que las cosas salieran bien.

Me fui a bañar, cuando Paul subió yo estaba con toalla. Me probé diferentes vestidos, me apliqué crema delicadamente en las piernas bajo la mirada de Paul. Lo estaba tentando. Jugué un rato con el roce de nuestros labios cuando se acercó a besarme pero cuando quiso pasar a algo más, me levanté y me fui.

Al rato llegó Anna y Rebecca. Seguido llegó Ringo con Maureen, George, los Lennon y finalmente Betty. Lucy y Brian no asistieron.

—Míralos, ya nos robaron a nuestro hijo —dijo John a Cynthia señalando a Paul que sostenía a Julian.

—Claro, amor —dijo Cyntia sin prestarle mucha importancia y continuó hablando con Betty.

—Deja de quejarte como niño John y disfruta —le dije sonriente.

Ringo y George  aparecieron riendo con Juliette rodeada por los hombros.

—Juliette es muy graciosa, Caroline —dijo entre risas Ringo.

—Y hace unas imitaciones muy buenas —agregó George—. Sobre todo la tuya —me dijo él.

—Que bueno que se divierten.

Acaricié la cara de mi hermana con una sonrisa.

Paul llegó con Julian en brazos.

—¡Hey, Julie! Creo que podríamos servir el pastel.

—¿Pastel? —preguntó George.

—Sí, con Paul preparamos un pastel —dijo feliz mi hermana.

—En el cual yo no participé —murmuré mientras tomaba a Julian.

John comenzó a reír mientras apuntaba a Paul.

—Debiste sacarle una foto —me dijo entre risas. Yo también reí.

—Ya veremos si se reirán cuando lo prueben —comentó Paul.

El pastel había quedado muy rico, George comió más de la mitad. Julie puso un poco de musica para baila así que nos entretuvimos bastante.

Cuando todos se marcharon me fui a despedir de mi pequeña Julie que estaba lista para dormir.

—No me cantarás ¿verdad? —Puso ojitos de cachorrito.

La miré tiernamente desde el umbral y me acerqué a ella. La tapé bien. Tenía 14 años pero para mi siempre sería mi pequeña. Me senté a su lado y comencé a cantar. Paul nos vio desde la puerta y se acercó a acompañar. Finalmente Julie se durmió y nosotros nos marchamos a dormir.

—Fue una buena idea la de Julie —dijo Paul acostándose.

—Sí. —Le sonreí y lo abracé.

Paul me besó. Yo continúe el beso.

—¿Me dejarás algo para recordarte? —dijo besando mi cuello.

—Sí, pero no hoy. —Me acomodé en su pecho—. Aún estoy un poquitín molesta.

—Sabes que no puedes molestarte conmigo —dijo él con una sonrisa torcida.

—Sí, es cierto —suspiré—. Pero si puedo dejarte con las ganas. —Le di un último beso y me dormí.

Words of love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora