Fin de año.

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Aterrizamos en Londres el día 31, otro año que se nos iba. Quizás este año no fue muy bueno, pero la noticia que hace unos días habíamos recibido lo hacía el mejor año.

Habíamos acordado juntarnos y ver los fuegos artificiales juntos. Estarían los chicos y sus novias, la tía Mimi y nosotros.

Llegamos muertos de cansancio a casa. Aparte de que el viaje es agotador, lo es aún más cuando viajas con un Beatle. Caí rendida en el sofá.

—Deberías dormir un rato, amor —dijo Paul al verme media muerta en el sofá. —No quiero que tú y nuestro bebé estén cansados después.

Si Paul era sobre protector antes, ahora era tres veces peor, no quería ni imaginarlo cuando naciera el bebé. Pero entendía que él se preocupara, yo ya había perdido un bebé, no querría perder otro.

—De acuerdo —dije con un bostezo.

Me levanté y caminé hasta la escalera. Antes de subir, me volteé a mirarlo.

—¿No vienes? Tú también deberías dormir un poco.

Él asintió con una sonrisa.

—En seguida voy.

Subí y me acosté en la cama. Los ojos me pesaban muchísimo así que me dormí en un instante.

~La observé mientras subía la escalera. Antes de ir a dormir, me aseguré de que Martha estuviera dentro. Estaba muy cansado.

Subí las escaleras en silencio, cuando llegué a la habitación ella se encontraba plácidamente dormida. Me acerqué y acaricié su rostro.

Recordé el día de nuestra boda falsa, ella se veía hermosa. Recuerdo haber entrado a la habitación en que ella se cambiaba y se enfadó muchísimo. Vino a mi mente una conversación que tuvimos en el avión.

—¿Y qué pasa si te enamoras? —sonreí. —¿O yo me enamoro de ti? ¿O ambos nos enamoramos?

Ella negó con la cabeza y rió.

—Lo dudo, Paul.

—Uno nunca sabe. —Me encogí de hombros. —Quizás al final terminas enamorándote de mí. —Alcé mis cejas repetidamente.

—Ni en mi peor pesadilla, McCartney —dijo ella muy seria.

Tomó su libro y continuó la lectura. Yo a los minutos me había dormido.

Se me escapó una pequeña risa al recordar aquello. Cuando nos conocimos, Caroline y yo apenas podíamos vernos, no empezamos de buena manera. Cuando nos propusieron la idea del matrimonio, pensé que era lo más estúpido que podían haber ideado. Y ahora...no podía estar unas horas lejos de ella, porque sin ella no era nada. Ahora ella es mi familia, la mujer a la que amo y con la que pasaré el resto de mis días. Ahora ella es la mujer que lleva el fruto de nuestro amor en su vientre. Ella es quien alegra mis días.

Deposité un beso en su frente y me acosté a su lado, la observé hasta dormirme.

~Dormí unas cuantas horas. Cuando desperté, refregué mi rostro con mis manos. Parpadeé y me encontré con Paul dormido a mi lado, me tenía abrazada por la cintura. Le dejé un beso en su labios y me levanté a darme una ducha.

Estaba cantando en la ducha, cuando sentí que abrieron la puerta. Corrí un poco la cortina y me encontré a Paul sin camiseta.

—¿Hay espacio para mí? —preguntó mientras desabrochaba su pantalón.

—Claro.

Cerré la cortina. Me enjuagué el cabello.

Cuando Paul entró, cerré la llave e hice ademán de salir de la ducha.

Words of love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora