Juegos de avión y premio.

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Estábamos a horas de marcharnos de Birmingham. Fuimos al hospital, me quería despedir de Julie.

—Hola, preciosa —dije entrando en la habitación.

Ella me miró, ya estaba un poco mejor. Ya comenzaba a retomar su color y su voz ya no era débil.

—Hola, Carol —dijo feliz—, hola, Paul.

Paul movió su mano saludándola.

—Hoy me voy... —dije algo triste. —Pero a penas llegue a Londres haré todo el papeleo para que podamos ir cuanto antes a Alemania.

Julie me miró con los ojos brillosos y una gran sonrisa.

—¿Irás conmigo? —Me abrazó.

—Así es mi pequeña. —Acaricié su cabello. —Estaré siempre a tu lado.

—Gracias. —Me miró y sonrió.

Alemania era nuestra esperanza, sin embargo, no era algo 100% seguro. No sabíamos si realmente el viaje valdría la pena. Pero el brillo en los ojos de mi pequeña Juliette, me incitaban a no perder la fe de que todo saldría bien. Su mirada, su esfuerzo, su valentía, ella...eran un claro ejemplo de que si realmente quieres puedes y de que nunca hay que rendirse.

Después de compartir mis últimas horas con mi familia, que se encontraba toda en el hospital, nos  marchamos para tomar el avión.

—Me pone de los nervios el hecho de pensar que tendré que esperar dos semanas para comenzar los trámites —bufé algo molesta ya en el avión.

—Ten paciencia, amor —me calmó Paul.

—Es que... Quiero que todo salga bien.

—Y saldrá bien. —Me miró, puso mi rostro entre sus manos. —Tranquila, amor. —Me dio la sonrisa más sincera y me besó.

Me acomodé en mi asiento. Pasado un rato comencé a molestar a Paul porque estaba aburrida.

—¿Qué hacen ustedes en los aviones para no aburrirse?—pregunté al borde de morir de aburrimiento.

—Charlamos, molestamos a los demás, jugamos...—Se encogió de hombros. —John gasta bromas a los demás y yo le ayudo.

—Son unos niños —dije con voz tierna y piadosa.

Paul sonrió ampliamente enseñando sus dientes. Yo reí.

—Juguemos a algo —propuso Paul—, y si yo gano...—miró hacia todos lados y se acercó a mí— recompensamos las noches que perdimos. —Me miró con una sonrisa ladeada, no pude evitar sonrojarme y reí.

—Está bien y ¿si yo gano?

—Mmm no lo sé...

—Dejas el cigarrillo por cinco días.

Paul se lo pensó un momento y finalmente aceptó. Sellamos el trato con un beso.

—El primer juego consiste en quien aguanta más sin reír —dijo Paul sonriendo.

—Ya perdí...—dije yo riendo. —¡No es justo! Sabes que me rio por todo...

Paul levantó sus manos en señal de “No es mi problema” y dio inicio al juego.

Él comenzó a hacer muchas caras  graciosas así que, como era de esperar, perdí. Luego cambiamos de juego porque al parecer nuestras risas no le causaron mucha gracia a las azafatas.

—Bien, tienes que escribir diez preguntas con sus respectivas respuestas sobre ti —dijo él mientras me pasaba papel y lápiz.

—Bien. —Tomé el lápiz y el papel. Comencé a escribir.

Escribí las diez preguntas y comenzamos a jugar.

—¿Cuál es el lunar tuyo que más me gusta? —preguntó Paul ya en la octava pregunta, íbamos empatados.

—El de mi espalda, que tiene forma de gota —respondí yo.

—Recuerdo la primera vez que lo vi —rió.

—Fue cuando nos casamos —recordé yo.

—Sí e irrumpí en la habitación que te estabas cambiando —Paul sonrió.

—¿Cuál es mi canción favorita? —pregunté sacando a Paul de sus pensamientos.

—Words of Love de Buddy Holly —dijo él y yo asentí.

Al final terminamos empatados. Y como Paul había ganado el primer juego, él ganó el premio.

Llegamos por la noche a Londres. Pasamos a casa de Lennon a buscar a Martha.

—Paulie y Caroline —dijo John con un cigarrillo en la boca cuando abrió la puerta.

—Hola, Lennon —sonrió Paul a su amigo.

Yo saludé con la mano. No nos quedamos mucho rato, ya que era muy tarde.

—Cosita —dije abrazando a Martha ya camino a casa—, te extrañe mucho, muchísimo. —La acaricié.

Luego miré a Paul que de repente miraba de reojo sonriente.

—¿Qué sucede? —pregunté con una media sonrisa.

—Pensaba en lo afortunado que soy... Y lo hermosa que es nuestra familia. —Sonrió.

Yo le sonreí de vuelta. Que lindo sonaba “nuestra familia.”

Cuando llegamos a casa, bajamos las maletas. Martha fue la primera en entrar a casa. Observé la casa. Hogar, dulce hogar.

Paul apareció por detrás de mí, me abrazó por la cintura y besó mi cuello.

—No hay tiempo que perder —susurró en mi oído.

Yo solo sonreí y me volteé hacia él. Comenzó a besarme, cada vez subiendo la intensidad.

—Paul...espera...—dije mientras el se ocupaba de mi cuello e iba bajando. —Vamos arriba...

Paul se detuvo. Y a penas entramos a la habitación rodee su cuello con mis brazos y él continuó.

Al parecer, Paul también me había extrañado mucho.

—Amor —dije apoyándome en su pecho—, me encanta nuestra familia. —Le sonreí.

—Y a mí —dijo él. —Y sobretodo me encantas tú. —Me besó.

—Deberían arrestarte por ser demasiado romántico —bromeé.

—Con una tentación como tú...—dijo él mientras me besaba.

Lo miré y sonreí. Luego suspiré.

—Sr. Paul McCartney, sepa usted que me vuelve loca —sonreí.

—Srta. Caroline, le contaré un secreto. —Se acercó. —Soy adicto a usted —susurró en mi oído.

Y si pensaba que al lado de Paul era la persona más feliz del mundo, me equivocaba. Porque mi felicidad a su lado era muchísimo más grande que eso, era inconmensurable. Y comprendí que eso era estar realmente enamorada, que era lo más hermoso que podía suceder.

♪♪♪ ¡FELIZ NAVIDAD! Perdón, me tardé con sus regalos, quería subirlo ayer a las 00:00 hrs (hora chilena) que es cuando abrimos los regalos... Pero no pude :/ Esto es una parte de su regalo, a lo largo del día subiré los demás ;) Espero hayan tenido una linda noche buena y que tengan una linda navidad!
Espero que les guste :3 Comenten si quieren y voten si les gusto :)

PD: Soy un asco poniendo títulos :D ♪♪♪

Words of love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora