Me desperté aquella mañana y ella ya no estaba. La casa se sentía totalmente vacía. Esperaba que de un momento a otro ella entrara con su hermosa sonrisa y me dijera que no se marcharía.
Pero eso no pasó.
Llegué algo tarde al estudio con una cara muy larga.
—Tu cara irradia alegría —dijo John al verme.
George y Ringo me miraron. Levanté la cabeza.
—Ella se ha marchado —pronuncié casi sin fuerzas.
—¿Quién? —preguntó Ringo.
—Caroline.
—¿Cómo que se ha marchado? —dijo John acercándose.
—¿A dónde? —preguntó George.
—Se marchó a Manchester. Asuntos de trabajo. Cree que lo mejor es que estemos un tiempo separados y que pensemos las cosas. —Solté un largo suspiro y me dejé caer en una silla—. Sólo empeoré las cosas. Quise protegerla, pero sólo la lastimé más.
—Tranquilo, amigo —dijo George dándome una palmadita en la espalda—. Todo se solucionará.
—Todo pasa por alguna razón, Macca —dijo Ringo.
Intenté sonreír, pero sólo logré mostrar una mueca.
—Un día el amor es como un juego, y al otro...—suspiré— todo se vuelve difícil.
~
Tomé el tren hasta Mánchester. Cuando estaba arriba, pensé muchas veces en bajarme antes de que partiera. Pero no lo hice. Esto sería lo mejor para ambos. Además, ya había dicho que sí a los de la editorial, no podía hacerme hacia atrás. El tren partió y ya no había vuelta atrás.Al llegar a Mánchester, me recogió un taxi que me llevó hasta la casa donde me quedaría. Era pequeña, pero muy grande para una sola persona. No hice mucho aquel día, y por la noche me dormí rápidamente.
Los días pasaban y no aguantaba la soledad en la casa, así que tomé un mapa y me fui a recorrer Mánchester.
Pude recorrer lugares bastante bonitos que me servirían mucho para mi libro. Tras unas cuantas horas recorriendo, me marché a la casa. Cuando abrí me encontré con una joven de cabello muy liso y largo. Su tez era morena, me recordó a Teresa, en versión joven.
—Hola, Srta. Hamilton —saludó amablemente la chica—. Mi nombre es Tania, yo limpio aquí.
—Hola —sonreí.
Una niña de unos tres años de edad apareció tras su larga falda y la tomó de la mano.
—¿Quién es esta pequeña? —dije mirando a la niña.
—Es mi hija, Martina, yo no tengo con quien dejarla. Le prometo que ella no molestará...
—Tranquila, no me molesta en absoluto —sonreí—. ¿Ya almorzaron?
Ella me miró extrañada y negó con la cabeza.
—Bien, pues vamos a comer algo.
Tania me ayudó a preparar la comida. Ellas almorzaron conmigo. Era muy simpática. Pero el dolor se podía ver en su mirada. Tania tenía solo 20 años.
—Tuviste a tu hija muy joven —dije observándola. Ella asintió.
—Mis padres me echaron de casa cuando se enteraron. Y el padre de Martina no volvió a aparecer.
Tania era una chica muy hermosa. No podía imaginar el dolor por el que tuvo que pasar. Me contó que ella amaba mucho a ese hombre pero él la dejó. Y entonces algo se me vino a la mente. Escribiría sobre su situación. Ella me lo permitió. Me contó algunas cosas, de lo muy enamorada que estaba y como todo se desvaneció con su embarazo. Pero luego, cuando creía que nada tenía sentido, nació Martina.
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Words of love.
Fanfiction*Ganadora BeatleWattys 2015 #Fanfic(Romántico).* Caroline Hamilton ha logrado el gran sueño de la literatura tras dejar atrás su pasado y su nombre comienza a renombrar en Inglaterra. Tras una oferta que sería de beneficio mutuo acepta casarse con...