I Equinoccio · 𝓙𝓪𝓼𝓹𝓮𝓻 𝓗𝓪𝓵𝓮

- Epílogo

Abro los ojos y vuelvo a cerrarlos al instante, ya que la luz solar me produce una leve jaqueca. Dios, desde que ne transformé no había vuelto a tener una de estas. Me llevo la mano a la frente con una mueca mientras pestañeo cuidadosamente para adaptarme a la luz. Ante mí distingo la figura difusa de Carlisle que poco a poco se va definiendo. Él sonríe al ver mi reacción y retira la linterna de mi rostro. Me incorporo levemente y compruebo que estoy recostada en un diván de su despacho. Sonrío débilmente a modo de saludo.

- Por fin despiertas -dice con calma.

- Llevo mucho tiempo... ¿así? -concluyo finalmente al no saber cómo catalogar el estado en el que me encontraba hace unos instantes. Era todo tan extraño, como si ya no fuese a haber nada, sólo oscuridad.

- Un día y medio más o menos -responde, girándose para anotar un par de cosas-. He estado observándote durante este tiempo de reposo. Edward te llevó con nosotros tan pronto como desfalleciste, asustado al dejar de escuchar tus pensamientos por completo. Aterrorizado, me atrevería a decir. No esuchaba absolutamente nada en ti, ni un zumbido, pero sabíamos que despertarías.

- ¿Cómo? -cuestiono sentándome.

- Simplemente lo sabíamos, mi niña. -Hace una pausa, pensativo-. Jamás había visto a un inmortal perder el conocimiento en todos los años que llevo en este mundo. Ha sido una especie de desfallecimiento profundo. Jasper nos contó lo que ocurre con tu... Sangre. No todo, pues todavía le falta información, pero sí ha solucionado muchas incógnitas. Seguiré estudiando sobre ello, querida, no tengas duda; pero creo que no me equivoco cuando digo que ambas cosas pueden tener relación. Y lo que Edward y Bella relataron sobre la evolución de tu poder, lo que hiciste con los neófitos... Creo que podría haber resultado un sobreesfuerzo incluso para tu cuerpo inmortal, y sumado al hecho de que todavía conserves sangre humana es probablemente la razón de que te hayas desmayado. Te mantendremos vigilada.

- Me haces sentirme como una delincuente o algo así -bromeo-. Me alegro de que estéis todos bien. Porque lo estáis, ¿verdad? ¿Jasper?

- Está bien; igual que todos nosotros, tranquila. Le diré que pase, le alegrará verte. Preferiría que todavía no te levantases, podrías sentirte un poco mareada.

Asiento mientras él se marcha, cerrando la puerta a su espalda. Carlisle es sin duda el mejor segundo padre que podría tener en la vida. No me extraña que sean una familia tan consolidada, ya que él y Esme hacen un increíble trabajo por comprender y ayudar a sus hijos en todo lo posible, e incluso más. Los pasos de Jasper me hacen proferir una sonrisa; tenía tanto miedo de no volver a verle.

- Oh, Dios, Malory. Estás bien -susurra abrazándome.

- Estoy bien, tranquilo, estoy bien -suspiro con alegría. Se separa y me mira.

- No vuelvas a darme un susto así. -Su mirada suplica incluso más que sus palabras.

- Técnicamente no he elegido hacerlo -replico con una sonrisa-. ¿Fue todo bien después de mi... colapso?

- Por lo que Edward nos dijo matamos a todos mientras tú aún estabas dentro. No imagino cómo debió ser para ti.

- Una agonía tras otra -digo encogiéndome de hombros-. Pero fue para vuestro beneficio, así que no hay problema. Aunque se sentía tan real... -murmuro perdiendo el hilo por unos instantes.

- Después de acabar con todos vinieron los Vulturi. -Ante ese nombre el vello de mi nuca se eriza. Bajo la mirada-. Rose te trajo a casa mientras limpiábamos ese desastre, no te vieron. -Suspiro aliviada-. Todavía quedaba una, Bree, una pequeña y pobre chica que se negó a luchar. Estábamos dispuestos a dejar que se uniera a nuestra familia, que adoptase nuestra dieta, pero Jane no lo permitió. -Recuerdo el nombre, la vampiro rubia de rostro aniñado que, según me han contado, tiene el don de provocarte un dolor atroz con sólo mirarte. Escalofriante.

- La mataron -termino por él en un susurro-. Pobre chica. Victoria ha sido un monstruo.

- Pero tú acabaste con ella para siempre -sonríe él acariciando levemente mi mejilla.

- Sí, eso es. -Respiro hondo antes de continuar hablando-. Me alegro tanto de que todo esté bien por fin.

- Bueno... -Jasper mira al suelo preocupado, y sé que algo no va para nada bien-. Hay un problema.

- ¿Disculpa? -pregunto alzando una ceja.

- Victoria de algún modo supo lo que eres, quizás haya conocido a más como tú en su larga vida inmortal. No sé cómo ni por qué, pero hace días que los Vulturi lo saben gracias a ella.

- Maldita zorra, quiere arruinarme la vida incluso después de muerta. -Hago una pausa y entonces caigo-. Van a matarme -digo con un hilo de voz.

- Suplicamos a Jane que te dejasen vivir, que no habías escogido esto y todavía eres muy joven. Te han dado hasta la próxima nevada en un gesto de compasión. -La ira en sus palabras es tan grande que ni siquiera es capaz de reprimirla, sus dientes rechinando en un chirrido ahogado.

Lo miro fijamente y respiro hondo antes de hablar para intentar que mis palabras no se rompan al pronunciarlas, aunque fallo completamente.

- Y entonces, cuando la nieve cuaje, moriré.

Y aquí tenéis el Epílogo del tercer book, espero que os guste tanto como los demás, pronto tendréis el primer capítulo del último book, de momento pondré el título. Si os gusta ya sabéis, votad y comentad después de este giro de los acontecimientos 😱☺