Saga Forks I
❝ En Forks todo parece normal.
Escogí este lugar porque podía brindarnos la tranquilidad
que necesitábamos.
Pero lo que entre los verdes bosques se esconde
escapa a cualquier raciocinio humano.
¿Y qué puede hacer una chica como yo
frent...
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Observo a algunos de los Cullen, reunidos en torno a uno de los cuartos vacíos. Edward está apoyado sobre una mesita auxiliar, con Bella rozando su brazo con necesidad. Carlisle da vueltas con nerviosismo antes de comenzar a hablar. Tres lobos, uno de ellos Jacob Black, se encuentran junto a Brent y yo, preparados para cualquier cosa. Me estremezco ante la visión fija en mí que mantiene Jasper, como si no hubiese otra cosa en el mundo. Me cruzo de brazos, sintiendo mi cuerpo más cubierto, pero aún así me incomoda. Una parte de mí sólo desea lanzarme a sus brazos y que todo vuelva a ser como antes, aunque sé que eso es imposible.
- No iremos a Seattle -explica Alice, sacándome de mi ensimismamiento y contándonos a todos acerca de su visión-. Ellos vienen hacia aquí. Llegarán aquí en cuatro días.
Trago el nudo que se asienta en mi garganta, consciente de lo complicado que era para los demás contener mi fuerza cuando era neófita. Y lo peor es que ellos no se controlarán para no hacernos daño, sino que querrán hacerlo.
- Será un baño de sangre -se lamenta Carlisle, frustrado.
- ¿Quién está detrás? -pregunta Edward mirando pensativo hacia el suelo, probablemente hablando con su hermana telepáticamente.
- No vi a nadie que reconociera... Tal vez a uno.
- Lo conozco, es de aquí, Riley Biers -menciona Edward tras haber visto su rostro en la mente de Alice.
- Es el chico desaparecido... -comento, recordando perfectamente su rostro en los periódicos cuando estaba en Port Ángeles.
- Él no está detrás de todo esto. Sea quien sea se aleja de la acción.
- Se aprovecha de las lagunas de tu don -le dice Carlisle a Alice, que asiente quedamente con la cabeza.
- En cualquier caso, el ejército va a venir, y no podremos proteger al pueblo -interviene Jasper por primera vez, con una voz helada que nada tiene que ver con la dulzura de antaño.
- Un momento, ¿ejército? -pregunto asustada.
- ¿Qué demonios? ¿De qué ejército hablas? -pregunta Jacob cabreado, todos los lobos tensándose ante la afirmación de Jasper.
