Saga Forks I
❝ En Forks todo parece normal.
Escogí este lugar porque podía brindarnos la tranquilidad
que necesitábamos.
Pero lo que entre los verdes bosques se esconde
escapa a cualquier raciocinio humano.
¿Y qué puede hacer una chica como yo
frent...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Abro los ojos y parpadeo para acostumbrarme a la luz de la mañana. Algo desorientada miro a mi alrededor, reconociendo que no estoy en mi casa sino en el despacho de Jasper. Alzo la vista, encontrándome con su mirada expectante. Sus ojos dorados se muestran mucho más descansados y relajados de lo que nunca los he visto. Estoy recostada sobre su pecho en el diván.
- ¿Llevas toda la noche ahí? -pregunto, somnolienta. Me incorporo ligeramente y me froto los ojos. Mi chaqueta de lana está sobre mí, funcionando como una buena manta. Él asiente, sonriente-. Jasper, no tenías que hacerlo. Deberías haberme despertado, o simplemente haberme llevado a mi casa -digo, acariciando su mejilla.
En ese momento recuerdo a mi madre y me incorporo de golpe, asustada. Él también parece tenso debido a mi reacción. Saco mi móvil de uno de los bolsillos de mi chaqueta y lo desbloqueo, encontrando dos llamadas perdidas de ella. Suspiro al leer el mensaje que les sigue. «Tranquila, cariño, el doctor Cullen me ha llamado y me ha dicho que te has quedado a dormir. También me ha dicho que te quedarás a comer hoy, y me parece estupendo. Nos vemos después, besos». Me río en silencio.
- ¿Todo bien? -pregunta Jasper alzando una ceja, inquisitivo.
- Sí. -Lo miro y sonrío de medio lado. Alzo el teléfono, remarcando mis palabras-. ¿Carlisle le ha dicho a mi madre que comeré hoy aquí? -pregunto.
- Puede ser. -Se encoge de hombros.
- No me lo puedo creer. Ni siquiera coméis. -Sacudo la cabeza, divertida.
- No les importará hacer comida para ti. Además, hoy tenemos más compañía -responde. Lo miro, extrañada-. Bella -se limita a decir. Pongo los ojos en blanco.
- Ya me explicarás eso -digo sorprendida- ¿Puedo ducharme? -pregunto-. Y no he traído ropa; Jasper, esto desde luego ha sido demasiado imprevisto -río.
- Alice o Rosalie estarán encantadas de dejarte algo. Cualquiera de las dos te sentarían bien. -Hace una pausa y acaricia mi mejilla-. Cualquier cosa te sentaría bien. -Hago un puchero y recargo mi mejilla sobre su mano.
- De verdad, a pesar de lo que Alice ha dicho, me siento horrible. Llevabais tanto tiempo juntos... Y de repente he llegado yo a fastidiarlo todo. -Miro al suelo con malestar.