- Capítulo 6

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Mis piernas son más veloces de lo que creía posible

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Mis piernas son más veloces de lo que creía posible. Nunca pensé que Jasper volvería a perder el control, no después de haberlo hecho tan bien todo este tiempo. El tiempo que tardamos, a pesar de ser sólo unos segundos, se vuelve eterno en mi cabeza. Una parte de mí no está preparada para encontrarse con una humana ensangrentada, si es que cuando llegue sigue viva.

La puerta de la cabaña está abierta, y todo se encuentra en un silencio sepulcral. Me detengo de golpe, sintiendo cómo Brent lo hace junto a mí, y camino con cautela deseando que no sea tarde. Distingo unas gotas de sangre en la entrada. Aspiro con fuerza, y sorprendentemente el olor a lobo que me acompaña me ayuda a no enfocarme en el delicioso aroma humano. Veo un charco de espeso líquido rojo cuando avanzo un poco por el salón y temo lo peor.

- ¿Jasper? -pregunto con temor.

- Estoy en la cocina... -murmura, en un tono que sólo un oído sobrenatural podría captar.

Brent me sigue de cerca, y en una de las sillas de la cocina se encuentra la mujer. Está temblando, mas a pesar de las heridas no parece haber problema. Aguanto el aliento como bien puedo; aunque me resulta difícil no lanzarme a su yugular, mi cuerpo consigue permanecer en su lugar. Jasper está en la zona más alejada, tapando su nariz con la mano. Le hago una seña a Brent, que se acerca a la mujer y comienza a hablar con ella. Yo me acerco a Jasper a paso lento y acaricio su mejilla, a lo que parece relajarse.

- Te fuiste... Y ella llegó... Ha sangrado mucho, pense... Que no podría... -dice con la voz entrecortada.

- Tranquilo -susurro, acunándolo entre mis brazos. Dejo que lo envuelvan en un cálido abrazo y el entierra la nariz en mi cabello, aspirando mi aroma con quietud-. Todo está bien, no le has hecho nada. Tranquilo.

- Creo que está en shock, pero todas las constantes parecen estar bien. La llevaré al hospital, no está lejos para mí.

Asiento y vuelvo a observar a Jasper mientras se marchan, que emite un inmenso suspiro cuando la puerta se cierra tras ellos.

- Gracias -dice. Sonrío mientras acaricio de nuevo su mejilla-. ¿Tú estás bien? -pregunta, y sé que se refiere a la presencia de una humana con heridas abiertas.

I Equinoccio · 𝓙𝓪𝓼𝓹𝓮𝓻 𝓗𝓪𝓵𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora