- Capítulo 5

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Miro mi muñeca fijamente, absorta en el diseño de la pulsera que llevo

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Miro mi muñeca fijamente, absorta en el diseño de la pulsera que llevo. Para cualquiera podría resultar repugnante, escalofriante, e incluso yo lo siento así en cierto modo. Está formada por huesecillos de pequeños animales como aves y roedores que se unen con una especie de cuerda de esparto.

- No puedo más, de verdad, es horrible.

La voz de Emmett me arranca una risa y me hace regresar al mundo real.

- Sé que no es muy bonita, pero la mujer a la que fuimos a ver en Atacama dijo que porta magia en su interior. Dice que los espíritus están conmigo ahora, y que eso podría ser lo único que me mantenga con vida si decido... Hacerlo.

- Sí, pero, ¿alguien se ha parado a pensar en lo mal que huele eso? -Jacob ríe levemente, cuidando sus movimientos para no despertar a Bella, que duerme recostada sobre su pecho-. A muerte y putrefacción.

Observo a Bella con detenimiento. El día que Jasper y yo regresamos de nuestro viaje Carlisle nos informó de la situación: el bebé que lleva en su interior crece a pasos agigantados y se alimenta de la propia Bella, debilitándola más y más. Hace tres semanas que hemos vuelto y ya parece que estuviese embarazada de varios meses. Apenas tiene forma física, su piel pegada casi directamente a los huesos debido a su extrema delgadez. Su pelo, pajizo y estropeado, apenas hace diferencia con el tono blanco como el papel de su piel, y puedo oler con horror cómo se marchita. La placenta es demasiado gruesa así que Carlisle no ha podido ver al bebé. Edward casi no habla con ella, odia que haya tomado la decisión de tener a ese "monstruo", como él lo llama, y permitirle que le aleje de él. Sin embargo Rosalie se ha vuelto inseparable, defendiendo a capa y espada a la pequeña y frágil humana. Un quejido por parte de Bella y una mueca de dolor nos altera, aunque no llega a despertar.

- Veré qué le duele -indico.

Emmett me sujeta el brazo, ya que sabe perfectamente que mi equilibrio no es el mejor cuando estoy en trance, y me concentro en introducirme en el cuerpo de Bella. Me siento cada vez más ligera hasta que el ya conocido fundido en negro nubla mi visión. Tardo unos segundos en darme cuenta de que estoy dentro de ella, ya que al tener los ojos cerrados no veo nada, sólo un resplandor debido a que su piel se ha vuelto tan fina y débil que no protege lo suficiente su vista. Y compruebo que apenas tiene fuerzas cuando soy capaz de hacerme con el control de su cuerpo sin siquiera intentarlo, cuando con cualquier otro requiere cierta concentración. Abro los ojos y miro a mi alrededor; a pesar de tener poder sobre sus acciones siento la pesadez que ella debe de sentir en todos los músculos, y el dolor punzante de algo que aprisiona sus costillas. El bebé debe de estar inquieto, empujando allá donde puede, y ya tiene algún hueso roto. Es tan irreal. Jacob me mira, esperando respuesta, y humedezco sus labios para que la voz no suene demasiado enferma.

I Equinoccio · 𝓙𝓪𝓼𝓹𝓮𝓻 𝓗𝓪𝓵𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora